Quien no ha tenido una mascota, nunca tuvo la oportunidad de sentir la alegría de disfrutar a un verdadero amigo. Pero quien no la tuvo, tampoco pasó por la tristeza de perderlo, y sentir el dolor cuando sabes que no podrás volver a verlo. Porque aunque parezca increíble, uno llega a amar tanto a una mascota, como si fuera un hijo.
Por eso cuando vimos esta carta, nos identificamos tanto con quien la escribió, que decidimos compartirla para todos los amantes de los animales.
Benny fue un perrito muy afortunado, pues su persona, como él lo llamaba, John Pointer, lo quería mucho y lo dejaba acompañarlo incluso hasta a sus conciertos, pues él es músico.
John Pointer, se ha convertido por estos días en un personaje muy conocido a través de Facebook y no precisamente por alguna canción, sino por la carta de despedida que escribió como si fuera su perro Benny que falleció a causa de un cáncer.
Benny acompaño al cantautor cerca de nueve años hasta el momento que descubrieron su penosa enfermedad. Los últimos instantes del bóxer quedarán para siempre en las palabras de su dueño que hoy le recuerdan a todo el mundo lo difícil que es despedirse de un mejor amigo cuadrúpedo.
Quizás su carta de despedida los hará entristecerse, y hasta llorar, pero es hermosa, y de alguna forma u otra podría ayudarnos a todos los que tememos pasar por un momento así con nuestros hijos y compañeros…nuestros perros.
Esta carta tan tierna y real a lo mejor también consigue que los que no tienen perro puedan empezar a entender el profundo vínculo que se establece con un can con el que compartes tu vida, su vida.
A continuación, podrás leer esta carta:
Ayer fue un día extraño. No pude pararme de la cama. El chico con el que vivo me levantó. Intenté mover mis patas pero no cooperaban. Él me dijo: “No te preocupes, te tengo, amigo”. Me llevó a la planta baja, y me sacó por la puerta principal. Eso fue muy amable de su parte. Necesitaba orinar mucho, sólo tenía que ir allí donde él me dejó. Normalmente lo haría por mi cuenta, pero ambos decidimos hacer una excepción a la regla ese día.
Empecé a caminar hacia ese lugar donde todos los perros como yo van a hacer popó. Sentí que mis patas se arrastraban por el suelo. “Qué extraño”, pensé. Entonces, de repente, no aguanté y me hice. En el medio de la zona de aparcamiento. Normalmente, yo no haría eso. Va contra las reglas.
Mi humano limpió el desastre. Él es bueno en eso. Me sentía incómodo, lo miré, y él dijo: “¿quieres seguir caminando, amigo?”. Lo hice, pero fue sorprendentemente difícil. En el momento en que llegamos al final del lugar, mi cabeza daba vueltas. Traté de subir la pequeña colina, y casi me caigo. No podía entender lo que estaba pasando.
Él se inclinó de nuevo, y puso sus manos sobre de mí. Eso se sintió bien. Él me cargó y me llevó a casa.Todavía estaba confundido, y mi cabeza no estaba clara, pero me alegré de no tener que caminar todo el camino de vuelta. De repente parecía una distancia imposible.
Estaba tan contento de estar en mi cama. Mi humano me acariciaba, diciendo: “Te tengo cubierto, amigo. Te tengo”. Me encanta la forma en que me hace sentir. Sé que lo sabe. Él hace que todo sea mejor.
Sintió mis patas, y revisó mis labios. Él dijo: “amigo, ¿tienes frío?”. Yo tenía mucho frío. Mi cara estaba fría, mis patas estaban frías. Él envió unos mensajes a algunas personas, y continuó acariciándome.
Unos minutos más tarde, otra persona llegó. Es uno de mis favoritos, su nombre es Jay. Me acarició y le dijo a mi humano: “¿Quieres que busque una manta?”. Ellos pusieron una manta sobre mí, y wow… se sentía bien. Me relajé, y ambos me acariciaron, pero ambos empezaron a soltar lágrimas”.
No puedo verlos llorar, me parte el corazón. Es mi trabajo hacer que se sientan mejor, y yo estaba un poco cansado y frío. Entraba y salía del sueño, y ellos siempre estuvieron allí, asegurándose de que yo estuviera bien, y hablando entre sí.
A lo largo del día, mi humano hizo algunas llamadas telefónicas, y pasó mucho tiempo conmigo. Le oí decir: “Mañana a las 9:00 a.m., está bien, le aviso si hay algún cambio. Gracias, Dra. MacDonald”. Él llamó a otra persona, y dijo: “Lo siento, tengo que cancelar esta noche”. Luego, cuando yo estaba a punto de dormirme, le oí llorar un poco más.
Por la noche, otras de mis personas favoritas llegaron. Todos fueron muy amorosos. Lamí sus lágrimas cuando se acercaban a mi cara. Me susurraban cosas dulces al oído, y me dijeron que era un buen chico.
Más tarde en la noche, me sentí lo suficientemente bien como para ponerme de pie y caminar hasta la puerta para ver quién llegó. Fue más agotador de lo normal, pero me encantó verlos a todos. Oí a mi humano decir algo como: “Esta es la primera vez que él se para y hace algo por sí mismo en todo el día”. Todo el mundo parecía contento de que yo estuviera fuera de la cama. Yo también, pero vaya… después de que la emoción se disipó fue muy agotador moverme.
Después de que se fue el último visitante, mi humano me llevó afuera para hacer lo que él llama “mi negocio”. Volvimos a entrar y cuando llegamos a la parte inferior de la escalera, parecía dos veces más empinada y diez veces más larga de lo que recordaba. Miré a mi humano, y él me miró. Me dijo: “No te preocupes, te tengo, amigo”, y me llevó hacia arriba.
¡Luego se puso aún mejor! En lugar de dormir en mi cama, él me llamó para dormir en la suya. Permítanme repetir: ¡Iba a dormir en la cama de mi humano, junto a él! Normalmente tenemos nuestras propias camas, pero ayer por la noche nos acurrucamos juntos, ¡y se sentía tan bien estar tan cerca de él! Pensé: aquí es adonde pertenezco. Nunca dejaré su lado. No me sentía muy bien, sin embargo, y era difícil respirar a veces.
Todo comenzó hace unos meses. Estábamos jugando y de repente, perdí el conocimiento. No sé lo que pasó, pero creo que dejé de respirar. Podía oír a mi humano llamándome. No podía mover un músculo. Él levantó mi cabeza y me miró a los ojos. Podía verlo allí, pero no podía lamer su cara. Él dijo: “Benny, ¿estás ahí?”. Yo no podía responder. Me miró, y dijo: “No te preocupes. Te tengo amigo, te tengo”.Empecé a dar vueltas en la oscuridad, pero luego mis pulmones tomaron una respiración profunda, y no pude ver de nuevo.
Fuimos a ver a algunos médicos, y desde entonces hemos escuchado un montón de palabras como: cardiomiopatía, cáncer, e insuficiencia renal. Todo lo que sé es que a veces me siento bien, y a veces… ya sabes… me siento mal. Mi humano me da unas pastillas.
Esta mañana oí a mi humano levantarse y tomar una ducha. Volvió a la habitación, y olía muy agradable. Él me ayudó a levantarme, pero esta vez, yo pude hacerlo por mi cuenta. Llegamos a la parte superior de la escalera, y wow… se veía muy larga y empinada de nuevo. Me dijo: “Te tengo, amigo”, y me llevó hacia abajo. Hice mi negocio, y volví a entrar. Abrió una lata, una muy deliciosa lata de comida para perro. ¡Oh, me encanta!
Jay apareció otra vez. ¡Qué linda sorpresa! Él y mi humano se veían preocupados, pero todo el mundo me estaba acariciando.
Parecía un poco como un juego, en el que todos los actores estaban tristes, pero fingían estar felices. Muy pronto después de eso, otra persona apareció. Llevaba pantalones de médico, y me apoyé en ella.
Los escuché hablar. Todos miraron mis encías, y sentían mis patas. Oí a la dama de pantalones de médico decir: “Es tu decisión, pero sin duda está así. No quiero presionarte, pero mirando su falta de color, estoy sinceramente sorprendida de que aún está de pie. Además de las patas y la mandíbula, mira aquí (señaló mi cara) esto debe ser de color rosa. Está casi blanco, y rayando hacia el amarillo”.
Mi humano y Jay entraron para hablar de algo. Cuando regresaron, oí a mi humano decir: “Estoy de acuerdo. No quiero esperar hasta que esté en agonía absoluta”. Así que nos fuimos adentro. A decir verdad, me sentía bastante mal, a pesar de que estaba de pie. Parecía como si toda mi cabeza estuviera fría, mis patas estaban heladas, y mis patas traseras no funcionaban bien.
La dama dijo: “Voy a poner esto en su músculo. Es un sedante. Luego, volveré por aquí, y tú sólo puedes darle amor hasta que se duerma”. Mi humano besó mi cara, y me miró a los ojos. Él estaba tratando de no llorar.
La dama me puso una inyección en la pierna. Yo miraba a mi humano. Él es tan genial. Siempre estaré a su lado.
Él y Jay me consolaron, diciendo las cosas más agradables: lo buen perro que soy, el buen trabajo que he hecho, lo agradecidos que están por tenerme en sus vidas. Después de un rato, mi mente empezó a nublarse. Miré de nuevo a mi humano. Lo amo tanto.
Me dejé llevar de nuevo. ¡FOCUS! Pude ver a mi humano. Lo amo tanto. Siempre estaré a su lado. Él lo sabe. ¿Estoy soñando? ¡ATENCIÓN! Siempre lo miraré con todo mi corazón…
La dama dijo: “Él tiene una voluntad increíble para quedarse a tu lado. Él realmente está luchando por eso. Es impresionante”. Mi humano empezó a llorar y dijo: “Lo sé. Él vive para mí. Él es el alma más fiel que he conocido”. Juntamos nuestras cabezas y cerramos los ojos. Me sentí bien. Realmente no puedo describirlo. Nos miramos el uno al otro de nuevo. Me sentía bien, pero tal vez era mejor estar acostado. Mi humano me ayudó, y se sentía tan bien.
Sentí que él y Jay me acariciaban, y los oí hablar de mí. Ellos me aman muchísimo. Qué afortunado soy.Entonces sentí miles de manos acariciándome. Todo el mundo que había conocido y amado, estaba allí, acariciándome, rascándome las orejas, y mi punto debajo de mi collar que hace que mi pierna se levante. Todo el mundo debería probarlo. ¡Es simplemente increíble!
Entonces sentí a la dama tocar mi pierna. ¿Te dije que mi humano tuvo que arreglarme mis dos rodillas?Son de titanio, y me han servido bien, pero ya sabes… Me he estado sintiendo un poco mal últimamente.
Mientras todo el mundo estaba acariciándome, la dama puso otra inyección en mi pierna, pero esta vez, cuando el fluido entró, ¡se curaron mis patas! Mis rodillas estaban perfectas! Y cuando sentí que se movió a través de mi cuerpo, ¡mi cáncer desapareció! Y entonces mis riñones se sintieron mejor. Y por último, aunque mi corazón estaba entero y sano, sentí como si me hubiera curado de toda mi enfermedad. ¡Asombroso!
Vi a mi humano y a Jay. Parecían estar acurrucados sobre algo. Me acerqué a mirar. Parecía que… No sé. En cierto modo se parecía a mí, pero como cuando me sentía muy enfermo y agotado. La cara estaba borrosa, pero ese pobre chico parecía que había estado sufriendo.
Me di cuenta de que mi humano estaba muy triste. Lo amo tanto. Miré al que se parecía a mí, y lo miré a él. Creo que estaba triste por eso. Salté por la habitación, como un payaso, pero parecía que estaban centrados en lo que sea que era eso que estaban acariciando y besando.
Mi humano estaba definitivamente muy triste. Me incliné sobre él, como lo he hecho un millón de veces antes, pero no era lo mismo. Se sentía como si su cuerpo fuera una nube y yo pasaba a través de él. Así que me quedé a su lado, me senté como un niño bueno, y mi corazón le susurró al suyo: “No te preocupes, amigo. Te tengo”.