Si de recordar los 90´s se trata, seguramente se le viene a la mente una de las mejores series de humor juvenil, quien identificaba a los muchachos de clase humilde que soñaban vivir en la clase alta, sí es muy probable que al decir estas cosas, usted, piense en el Príncipe del Rap, interpretado por un aún desconocido Will Smith.
Su vestimenta poco apropiada para la ocasión, el baile de moda que rompía esquemas en el mundo y su influencia algo traviesa en sus familiares ricos, hacían de este príncipe, el rey de las risas a montones.
Hoy, han pasado ya más de 25 años desde que se emitió el primer capítulo de esta fenomenal serie. Asi es que, asi como en su momento hablamos de “Los años maravillosos”, hoy toca hablar de la mejor serie de la década de los 90´s.
El primer episodio se emitió un 10 de septiembre de 1990 por la cadena de televisión estado unidense NBC; la historia trata de “Will Smith”, un joven de Filadelfia, gracioso, simpático y a la vez holgazán e irresponsable, el cual corría peligro por sus malas juntas, al ver esto, su madre lo mandó a vivir con sus tíos en la zona más adinerada que pueda haber, Bel Air, en California.
El príncipe del Rap, Will Smith, ya era un músico reconocido en la vida real; sin embargo le debía mucho dinero a la disco, por lo que en sus tres primeros años de fama televisiva, el estado tuvo que retenerle el 70% de su sueldo.
James Avery, era el tío Philip Banks, quien era un juez que también surgió de la pobreza, el cual a punta de trabajo y dedicación pudo lograr el sueño de cualquiera, comodidad. Su familia estaba compuesta de Vivian Banks, quien era la hermana de la madre de Will; y sus hijos: Hillary, la hija mayor, la cual se caracterizaba por ser coqueta, pero a la vez un tanto boba y manipulable; le seguía Carlton Banks, quien era todo lo contrario a Will, tímido con las mujeres, ambicioso, creído, responsable y sentía un gran celo por el carisma de su primo; y por último, Ashley, su tierna y dulce primita, quien quizá es la única que ve con muy buenos ojos la llega de su primo, al cual considera como el hermano mayor que siempre quizo.
En ese entonces, actores afro-americanos, eran bien recibidos por la crítica televisiva, quienes encontraban mucho potencial en ellos, tanto por sus grandes dramatizaciones como por su gran humor y chispa; gracias a esta serie, la comunidad negra llegó a tener un nuevo estatus en la comunidad de Estados Unidos.
Como era de esperarse, esta era la típica comedia del pez fuera del agua; Will arrastraría a sus integrantes a salirse de lo común y meterse en serios líos; la complicidad que tenía con su primo Carlton, para enredarse en situaciones era pieza fundamental en la serie; verlos a los dos en problemas, era el momento más esperado.
Siendo el actor, un músico popular, el rap y cualquier baile, le daban audiencia que se contaba por millones; sobre todo del primo, el cual era fanático del cantante inglés Tom Jones. Es más, hasta el día de hoy, es muy difícil ver al realizado actor de Hollywood, junto a su entrañable amigo y primo en la ficción, bailando y deleitando a sus millones de admiradores.
Esta serie no solo era humor y comedia, temas como el racismo, la discriminación y la paternidad responsable, eran manejados inteligentemente por los guionistas, como por ejemplo, aquel capítulo donde el padre biológico de Will, el cual lo abandonó siendo un niño, apareció, pero solo para romperle el corazón, una vez más; el cual contiene escenas que sencillamente hace que salgan lágrimas de nuestros ojos. Al instante, salió el gran tío Philip, para darle el consuelo necesario y llorar junto con él.
La serie duró desde 1990 hasta 1996, su tiempo fue, en comparación con muchas otras series, algo corto. El capítulo final, culmina con una familia que abandona su residencia en Bel- Air, pues cada uno de sus integrantes tiene proyectos de vida totalmente distintos. En este episodio, se ve la mejor escena que tuvo esta serie, la cual culmina y centra todo: Will reconoce a su tío que lo extrañara, mencionándole que no quería volver a ser su pariente y verlo de vez en cuando, llegándole a decir cuanto lo amo, como a un padre; a lo que el robusto tío le dice rotundamente: “Tu eres mi hijo, Will, punto final”, y terminan abrazandose.
Al terminar la serie, a todos los actores les fue muy bien; la dulce primita, Ashley, actualmente es una bella modelo, cantante y activista política; la tía Vivian, quien a mitad de serie tuvo que ser reemplazada por tema de contrato, sigue dedicándose al teatro; Hillary, quien en la vida real es Karyn Parsons actualmente, es una modelo y una prospera empresaria, Geoffrey, el mayordomo inglés, interpretado por Joseph Marcell, es hoy un reconocido miembro del teatro inglés; Alfonso Ribeiro, quien fue Carlton, se dedicó a la competencia automovilística y es productor de televisión; James Avery o el tío Philip, se dedicó a la televisión hasta su muerte el 31 de diciembre de 2013; y finalmente, Will Smith, es el actor más querido de los Estados Unidos y del mundo, le gusta mucho hablar el español, se ha hecho multimillonario y espera que sus hijos vivan cómodamente.
El príncipe del rap, era una serie que llevaba sana alegría a todos los hogares, la cual enseñaba que no hay que perder la chispa para ascender en la vida, y rescataba la autenticidad y la personalidad para ser un triunfador. Lo máximo