EL fútbol mundial se pone de luto. El día de ayer, falleció el mítico Johan Cruyff, a los 68 años de edad, debido al cáncer del pulmón que este tenía. Sin duda, hablar de este personaje, es hablar de fútbol, ídolo del deporte Rey, con su selección logró el subcampeonato en el mundial de Alemania 1974. En tres ocasiones fue balón de oro, a saber en 1971, 1973 y 1974. A pesar que no llegó a ser como Pelé o Maradona, se le conoce por su transcendencia en fútbol mundial y hacer que futuras generaciones sigan con el hambre de jugar a la pelota. Creador del fútbol total, el cual consistía en que el jugador sea multifacético y que no solo juega en una misma posición siempre, esto hacia que el equipo rival se pierda
Virtuoso con el balón, verlo en el campo era un espectáculo, derrochaba elegancia por doquier; líder innato dentro y fuera del campo. Logró la liga de Campeones en tres oportunidades, algo que muy pocos lo han logrado; llegó al Barcelona en 1974; y junto a al peruano Hugo Sotil, fueron una dupla de temer. Gracias a los goles de estos, el cuadro catalán logró la liga en aquella temporada, la cual le era esquiva mas de una década. Como entrenador, tambien demostró grandes dotes, logrando a formar a aquel «Dream Team» con el Barcelona, donde lo ganó todo en las temporadas de 1990 hasta 1994. Este hombre cuando era jugador era entrenador dentro del campo, y cuando era un entrenador, era un jugador más fuera del campo. Poseía de una visión sin igual para el fútbol.
Lastimosamente, a parte de fútbol, el tabaco era su otra adicción; para desgracia de este, esta adicción, es de las que mata. Se dice que no era raro ver a Cruyff como a muchos otros futbolistas de sus tiempos, ponerse a fumar un cigarrillo en el descanso de un partido. Un compañero suyo en el Ajax contó años después que un día Cruyff se quemó la mano intentando esconder un cigarrillo de la vista de su entrenador, el también legendario Rinus Michels.
En una muy conocida campaña contra el tabaco hecha cuando entrenaba al Barcelona, Cruyff confesó: «En mi vida he tenido dos grandes vicios. Fumar y jugar al fútbol. El fútbol me lo ha dado todo. En cambio, fumar casi me lo quita».
En febrero de 1991, Cruyff fue intervenido a corazón abierto por una grave obstrucción en sus arterias, provocada directamente por este maldito vicio, le colocaron un doble baipás. Los médicos fueron muy claros: tenía que dejar de fumar de forma inmediata si quería evitar dolencias más graves. Entonces se generó una de las imágenes icónicas de la España de los noventa: Cruyff, dirigiendo al Dream Team culé desde la banda, con el palo de un chupa-chups asomando por la boca. Estaba dispuesto a dejar ese mal, que de a pocos lo estaba matando.
Dejó de utilizar los cigarros por caramelos y las consumía de tal manera que su figura mantuviera la misma elegancia que tenía cuando marcaba goles imposibles; la clase en Johan Cruyff siempre ha sido innata. En Wembley, en la final que le dio al Barza su primera Copa de Europa en 1992, combatió los nervios con chupa-chups, un severo contraste respecto a una imagen de su etapa en el Ajax, en la que sostenía la copa con la mano izquierda y un cigarro con la mano derecha. Nunca sus dos vicios habían quedado tan bien retratados, como en aquella final.
Pese a no volver a fumar desde la operación a corazón abierto de 1991, Johan Cruyff anunció el 22 de octubre de 2015, 24 años después, que sufría un cáncer de pulmón. Aunque deje se deje de fumar, un exfumador siempre tiene mucho más riesgo de sufrir un cáncer de pulmón que alguien que nunca ha fumado. Desde el traumático anuncio no se supo mucho del genio holandés, y era difícil imaginar que el peor de los desenlaces pudiera llegar solo cinco meses después. El cáncer no se apiada ni de los genios más grandes.
Como no ponernos triste, los hinchas del fútbol saben que ahora todo será distinto, Johan Cruyff ya no estará para dar su opinión y su ánimo a los nuevos. Quizá nunca haya un jugador tan elegante que el «Tulipán de Oro»