Su vida fue, en muchos sentidos, un misterio sin resolver. Michael Jackson, a 11 años de su muerte, continúa concitando el interés del público, alimentado por biografías y documentales como “Killing Michael Jackson”, realizado por HBO, que reveló el extraño perfil de un cantante que mantuvo un cuestionado vínculo con los niños que lo frecuentaban.
El enigma en torno a su figura se acrecienta a su alrededor luego de que, recientemente, los resultados de la autopsia elaborada por el equipo forense arrojaran que Jackson tenía pastillas casi disueltas en el estómago. Pero eso no es todo: el examen también reveló que el cuerpo del cantante —su cadera, sus muslos y hombros— tenían marcas de pinchazos, producto de las inyecciones de analgésicos.
Estas inyecciones fueron administradas por Conrad Murray, su doctor de cabecera, quien, en el 2009, tras la muerte de Michael Jackson, fue condenado por homicidio involuntario debido a que le brindó una dosis errónea de Propofol, calmante que le produjo un paro cardíaco.
De acuerdo con los informes, el exintegrante de los The Jackson 5 apenas comía una vez al día y recibía medicamentos para enfrentar una supuesta anorexia.
CORTES Y MANCHAS EN EL CUERPO
La autopsia de Michael Jackson dejó más de una interrogante sobre su vida. Y es que su cuerpo presentó cortes en la espalda y magulladuras en las rodillas. Su piel, además, conservaba manchas, lo cual confirma su padecimiento de vitíligo.
Por otro lado, según el diario The Sun, la estrella pop no tenía cabello: era calvo y la negra cabellera que cubría su cabeza durante sus últimas apariciones públicas era una peluca que había pegado a su cabeza.
Otro aspecto inquietante eran sus labios y cejas, cuyo color rosa y negro, respectivamente, habían sido hechos a través de tatuajes. Y no eran las únicas partes de su cuerpo que estaban tatuadas: la parte delantera de su cuero cabelludo también lo estuvo para encubrir la peluca.
En ese sentido, corren los rumores de que el intérprete de “Thriller” comenzó a utilizar pelucas después de las quemaduras de segundo y tercer grado que sufrió durante la grabación del comercial de Pepsi que protagonizó en 1984.
REVELADOR DOCUMENTAL
Los detectives Orlando Martínez, Dan Myers y Scott Smith fueron los responsables de la investigación inicial del fallecimiento de Michael Jackson. Y son, también, quienes presentan los contundentes testimonios en el documental “Killing Michael Jackson”.
“Cuando vi su cuero cabelludo, observé cómo la parte superior de su cabeza estaba calva. Además, tampoco tenía pelo en los costados”, dijo Smith.
Es en esta pieza audiovisual donde se muestran las cicatrices y marcas en el cuerpo de Jackson, las cuales fueron consecuencia de las múltiples cirugías estéticas a las que se sometió en vida.
Los tres detectives detallaron que la habitación del intérprete de “Beat It” era desordenada y estaba llena de agujas, medicamentos y poemas pintados en las paredes. Había, asimismo, una muñeca que lucía siniestra entre sus muros.