El agujero negro más pequeño o la estrella de neutrones más grande de la historia, los astrónomos se han encontrando con una nueva incógnita que pone patas arriba los parámetros actuales con los que estudian el universo.
El espacio sigue sorprendiendo a los astrónomos. Tras años de estudios espaciales sabemos mucho más, pero no lo suficiente como para que este inmenso espacio que nos rodea ya no pueda dejarnos con la boca abierta.
Un nuevo descubrimiento ha despertado más incógnitas. Un equipo de astrónomos de Colaboración Científica Ligo-Virgo detectó unas ondas gravitacionales a través de dos detectores situados en Estados Unidos e Italia, el problema reside en que los datos recogidos no se corresponden con nada de lo que conocemos hasta ahora.
«No sabemos qué es y es por eso que es tan emocionante porque realmente cambia nuestro campo» ha explicado Charlie Hoy, estudiante de doctorado de la Universidad de Cardiff a la BBC. El objeto es demasiado grande para ser una estrella de neutrones y demasiado pequeño para tratarse de un agujero negro.
Este grupo de autónomos tiene claro que se trata de un objeto que desapareció hace 780 millones de años engullido por un agujero negro, pero por su tamaño no queda claro qué es exactamente, si una estrella de neutrones o un agujero negro devorado por uno más grande.
La Colaboración Científica Ligo-Virgo es un equipo de astrónomos con presencia principalmente en Reino Unido que se encarga de estudiar los datos recogidos por los detectores de ondas gravitacionales LIGO y Virgo que se encuentran en Estados Unidos e Italia, respectivamente.
Con esos datos, los científicos pueden determinar la masa del objeto que están estudiando y descubrir por su tamaño de qué se trata. El agosto del año pasado se detectó la colisión de un agujero negro 23 veces más grande que la masa de nuestro Sol con otro objeto de 2,6 masas solares.
Ese segundo objeto tiene una masa más pesada que la estrella muerta o de neutrones más grande que se ha detectado hasta ahora, pero también es más ligero que el agujero negro más pequeño conocido por el momento. Por eso se muestran confusos los astrónomos y, aunque no descartan ninguna opción, se decantan por que sea un agujero negro ligero engullido por uno más grande.
La profesora Sheila Rowan, directora del Instituto de Investigación Gravitacional (IGR) de la Universidad de Glasgow, considera que el descubrimiento desafía los modelos teóricos actuales: «Será necesario realizar más observaciones e investigaciones cósmicas para establecer si este nuevo objeto es realmente algo que nunca antes se había observado«.