Como comprenderás, es una cuestión de confort, sí, pero también de seguridad, porque la fatiga aumenta en estas fechas por una cuestión fisiológica. Y no digamos si alguien sufre deshidratación, mareos, pérdidas de consciencia… ¡Las consecuencias podrían ser fatales incluso si no estuviera al volante!
Incluso, con aire acondicionado
Es cierto que, desde que se generalizó el aire acondicionado, algunos de estos consejos parecen cosa del pasado. Pero si lo piensas bien, la física es la física, amigo, y aunque dispongas del mejor climatizador, hay momentos de riesgo porque la temperatura no es óptima dentro del habitáculo.
Además, te puedes encontrar con que el aire acondicionado o climatizador…
- Haya bajado de rendimiento (no enfríe tanto ni tan rápido como antes), debido a la pérdida o envejecimiento del gas.
- Esté averiado del todo, y pasen días hasta que lo puedas arreglar -si es que lo vas a hacer por tu disponibilidad, días que vayas a usar el coche este verano, economía familiar…
- O directamente, no tengas porque tu coche sea antiguo o fueras de los que renunciaste a él hace años, cuando el A/A era un extra y preferiste acogerte a aquello de «radiocasete extraíble o descuento equivalente», que era tan habitual en la publicidad de entonces.
Además, no apures las marchas más de lo necesario, con el fin de que el motor no se sobrecaliente también y sigue estos trucos, que nunca están de más!
1. Aparca a cubierto
«Lo que mal empieza mal acaba». Así que, ¿por qué no comenzar tu trayecto con un coche que no sea un horno? En verano, el habitáculo de un vehículo al sol puede ponerse a más de 50ºC de temperatura. Por eso, siempre te insistimos en que nunca dejes a un niño ni a un animal dentro, aunque sea para hacer una gestión rápida como echar gasolina o sacar dinero: es ilegal y, sobre todo, muy peligroso.
Así que lo primero de todo es tratar de aparcar a cubierto, para que el sol no caliente demasiado todo. Además, ten en cuenta que el ‘astro rey’ va desgastándolo todo de forma prematura, por lo que más vale que tu vehículo se manche un poco (con el polvillo de un techado, con resina o incluso con excrementos de los pájaros por dejarlo bajo un árbol) a que el interior arda y se deteriore. La pintura también es sensible a periodos prolongados de sol intenso.
Lo mejor, pues, es ponerlo a cubierto, bajo una sombra real (los tejadillos de metacrilato pueden conseguir lo contrario, una especie de ‘efecto invernadero’, por lo que sólo son recomendables en otoño e invierno, para evitar heladas y la exposición directa a la lluvia).
¿Se deben abrir las ventanillas o el techo solar? Si no hay riesgo de que te abran el coche, una vez que dejas el coche a la sombra, es tentador dejar unos dedos abiertos estos elementos, con el fin de que se disipe el calor interior y circule algo de aire para que el interior se refrigere y se ventile bien. La pega es que a los insectos les gusta eso y lo normal es que todo se te llene de moscas (por lo menos).
2. Cubre asientos y volante
Por todo lo anterior, no sobra que cubras asientos y volante, por lo menos. Quizás, con un cartón/parasol puedas tapar la luna delantera y hacer esa función. O puedes usar un cubrevolante específico. Una toalla también puede servir, especialmente para los asientos.
Este truco es muy útil para no quemarte las manos al empezar a maniobrar, como es obvio. Pero es que, en el caso de los asientos, si la butaca está demasiado caliente, tu sensación de calor durará mucho más, aunque el habitáculo se empiece a refrigerar. ¡Imagina si tienes tapicería de cuero, piel o ‘escay’!
Y en el caso de que cuentes con asientos y volante refrigerables -que los hay-, pasarás calor igualmente durante muchos minutos, hasta que el sistema empiece a lograr sus objetivos.
3. Sal ‘a la fresquita’ (y calcula la posición del sol)
A la hora de programar un viaje, si estás solo, puede que hayas perdido aquella vieja y sana costumbre de salir ‘a la fresquita’. Esto era muy común cuando los coches no tenían aire acondicionado, eran más lentos, se calentaban, no había tantas carreteras principales y todas estaban en peor estado… y se tardaba más.
Pero aunque dispongas del mejor climatizador del mundo, evitar las horas de más calor (y calcular la posición del sol) sigue siendo uno de los mejores 5 trucos para bajar la temperatura de tu coche. La razón es obvia: aunque subas la potencia del aire acondicionado, si te está dando el sol directamente en alguna parte del cuerpo también acabará por resultarte incómodo.
Por no hablar de lo molesto que es conducir, aunque cuentes con parasoles y gafas oscuras, con el sol de frente. También es más peligroso, porque la fatiga aumenta y la visibilidad disminuye.
4. Lunas, cristales y ventanillas
Si conducir a pleno sol es incómodo para quien va al volante, imagina para tus acompañantes, ¡especialmente, si son niños! El conductor y el copiloto tienen ciertos recursos a la hora de ponerse el parasol delantero, cerrar el techo solar u orientarse mejor el flujo del aire acondicionado; pero en la fila trasera, a veces no es posible regular de forma independiente estos parámetros.
Al margen del confort -y la seguridad que va asociada a él-, cuando la cuestión es bajar unos grados la temperatura del coche, lo más recomendable es impedir que el sol entre directamente con:
- Cortinillas fijas, enrollables o ‘de quita y pon’.
- Lunas tintadas, mediante la instalación de cristales oscurecidos o vinilos. Recuerda que, a diferencia de otros países, la ley en España no permite oscurecer el parabrisas frontal ni las ventanillas laterales de las plazas delanteras.
¿Toallas? Pueden servir en caso de emergencia (amarradas a los asideros interiores, pilladas con la ventanilla…) siempre que no comprometan la seguridad porque se muevan, vuelen o impidan que las puertas cierren correctamente).
5. Corrientes interiores
En tiempos, en las pruebas de coches de antaño, la aireación interior era un factor tan importante como la iluminación o el ‘reprís’ a la hora de evaluarlos. Sin embargo, desde que todo esto ha mejorado tanto y hay aire acondicionado, se supone que un coche moderno va a cumplir unos mínimos en todos estos aspectos.
No obstante, todavía se puede sacar mucho partido a la ventilación convencional para bajar la temperaratura de un coche sin necesidad de poner el aire acondicionado:
- Bajando unos dedos las ventanillas delanteras (en función de la velocidad a la que circules).
- Abriendo un poco el techo solar (si lo tienes)
- Abriendo un poco las traseras (tanto si son practicables como sólo abatibles).
- Abriendo las rejillas de ventilación y dejando que el flujo de aire exterior -cuando sea relativamente fresco- entre por sí solo o de forma forzada con el ventilador en marcha, sin encender el compresor del A/A.
El problema que se da en muchos coches modernos es que:
- No permiten abrir el paso de aire del exterior sin encender todo el sistema electrónico de climatización.
- No permiten apenas circular con las ventanillas traseras bajadas, porque, debido a su diseño -pensado para ir con ellas subidas y la climatización puesta-, generan un ruido aerodinámico insufrible debido al rebufo.
Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.