La contaminación del aire repunta en las principales capitales de Europa. Lo hace a medida que los países del Viejo Continente relajan sus medidas de confinamiento y entran en esa llamada nueva normalidad, que incluye emisiones de CO2 derivadas de la actividad económica.
Las principales capitales registran repuntes en las emisiones de dióxido de nitrógeno. Su concentración aumenta respecto a los niveles que se marcaron durante el parón económico, según los datos de la Agencia Europea Medioambiental recogidos por Financial Times. La caída de los niveles de contaminación aumenta y los ciudadanos optan por usar el transporte privado en detrimento del público por el coronavirus.
Los niveles de contaminación urbanos se acercan a los previos a la crisis del coronavirus, y todo pese a que las ciudades no han recuperado la actividad económica habitual. Según los datos de la Agencia Europea Medioambiental, en París la concentración de dióxido de nitrógeno ha aumentado de los 13,6 microgramos/metro cúbico, su nivel más bajo durante el confinamiento, a los 29,7 microgramos/metro cúbico que recogen los datos más recientes registrados. La capital francesa registra, así, el mayor repunte de los niveles de contaminación frente a otras capitales. Le siguen Atenas, Bucarest y Munich.
La concentración de dióxido de nitrógeno en Madrid ha pasado de niveles próximos a 15 microgramos/metro cúbico en abril, a superar los 20 microgramos/metro cúbico en la semana del 20 de junio. Pero el caso más sangrante es Budapest, la única ciudad europea que ha registrado niveles superiores de contaminación que los previos al confinamiento.
Aún así, parece que los niveles de contaminación en las principales capitales europeas se encuentran aún por debajo de los registrados hace un año. Desde la entidad medioambiental consideran positivo que muchas ciudades han pisado el acelerador en sus planes de sostenibilidad, impulsando el transporte cero emisiones como la bicicleta. Sin embargo, el número de personas que usa el transporte público se ha desplomado.
Este repunte de la contaminación ya se vio previamente en China. Cuando el gigante asiático recuperó la normalidad tras el periodo de confinamiento, la concentración de gases contaminantes aumentó. El país intenta intentar cumplir con los objetivos de crecimiento del PIB previstos para 2020. La doble marcha a la que se someterá el país la producción para intentar retomar los objetivos marcados para 2020 implica quemar muchos combustibles fósiles.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Lidia Montes.