El futuro de la industria automotriz puede depender del cambio de las baterías de iones de litio, las utilizadas hasta la fecha, a las de fosfato de hierro que llegarán pronto al mercado, informa CNBC.
Se espera que los vehículos con baterías de iones de litio den paso en los próximos años aquellos fabricados con fosfato de hierro, ya que eso reducirá los costes y permitirá a los coches recorrer 650 kilómetros entre cargas y durar hasta 1.600.000 kilómetros.
La reducción de costes y estimular la venta de coches eléctricos sigue siendo la prioridad de Tesla.
Esta nueva tecnología cambiará la experiencia de tener un coche, especialmente porque la vida extremadamente larga de las baterías permitirá que mantengan su valor en el tiempo y puedan revenderse una vez que los propietarios quieran cambiar de coche.
Según los analistas, estas baterías son más seguras y pueden tener una segunda o tercera vida como almacenamiento de electricidad.
El Día de la Batería, el gran próximo evento de la compañía que dirige Elon Musk, está programado para septiembre y, según Musk, será uno de los días «más emocionantes» en la historia de la compañía.
¿Por qué es importante eliminar el cobalto de las baterías?
La diferencia clave en las baterías de fosfato de hierro es que no necesitan usar cobalto, un elemento raro y costoso que influye en gran medida en el elevado precio de los vehículos eléctricos, según el analista de CFRA Research Garrett Nelson.
Tesla firmó recientemente un nuevo acuerdo a largo plazo con Glencore para suministrar cobalto para sus plantas de baterías en Shanghai y Berlín.
El precio del cobalto se ha desplomado durante la actual crisis económica, cayendo de los 95.000 dólares (alrededor de 85.000 euros) por tonelada en 2018, hasta los 30.000 dólares (26.000 euros) este año.
El cobalto ha sido durante mucho tiempo un desafío para las principales empresas de tecnología, no solo Tesla, sino también Apple, que necesita cobalto para sus baterías. El material también se ha convertido en un tema políticamente sensible, ya que algunos de los mayores suministros de cobalto provienen de la República Democrática del Congo, donde se dice que hay escolarización infantil.
Pese a eso, los analistas consideran que es difícil deshacerse del cobalto.
Tesla y el mercado chino
Con esta nueva tecnología, los precios de las baterías de coches eléctricos podrían caer hasta los 60-80 dólares (53-71 euros) por kWh en unos años.
Un proveedor emergente clave para Tesla es el fabricante chino de baterías Contemporary Amperex Technology, o CATL, que también está trabajando con Volkswagen. El presidente de CATL dijo recientemente que está listo para fabricar baterías que duran hasta 16 años, o 1,2 millones de millas (1,9 millones de kilómetros), según ha publicado Bloomberg.
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Si bien no se ha hecho ningún anuncio público sobre el proveedor de baterías, se cree que las baterías CATL son una razón por la cual Tesla puede fabricar los Model 3 más baratos para el mercado de China que para el estadounidense.
Otros fabricantes de automóviles también están innovando en baterías, pero aún no están eliminando el cobalto por completo, como General Motos, que está reduciendo el contenido de cobalto a aproximadamente el 4,5% de la batería.
Si bien una mayor reducción en el cobalto utilizado en las baterías no es el cambio revolucionario que ofrece el fosfato de litio y hierro, estos esfuerzos requieren décadas de trabajo.
Lo más importante es que el coste de los coches eléctricos podría alcanzar el de los motores de combustión interna alrededor de 2023, según un analista de Bloomberg.
Los vehículos eléctricos también pueden ser más útiles porque las baterías tendrían un valor de reventa, posiblemente para el almacenamiento de energía solar residencial, ya que son más duraderas que los propios automóviles.
Un cambio radical no solo para los vehículos eléctricos
La idea más radical es que estas baterías podrían incluso cambiar el concepto de poseer un coche, ya que permitirían que funcionasen como robotaxis acumulando kilómetros transportando pasajeros mucho más rápido que los vehículos de uso personal.
Aunque estas idea de Musk depende más de los avances de software que de la duración de la batería.
Pero las nuevas baterías probablemente marcarán una gran diferencia que impulsará la aceptación de los vehículos eléctricos por parte de los consumidores: aumentarán la confianza y harán que la compra de una parezca menos rara. Además, la durabilidad de la misma ayudaría a evitar los temores de su corto alcance y el alto coste de reemplazarla.
Está claro que es posible fabricar una batería de larga duración, lo que no solo sería un cambio para los vehículos eléctricos, sino también para el mercado de almacenamiento de la red energética.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Andrea Gómez Bobillo.