Estos últimos meses hemos disfrutado de mucho cine en casa, pero nos hemos tenido que conformar con las pequeñas pantallas de 50, 60 u 80 pulgadas de nuestros televisores. Cinera Edge te propone cambiar tu tele por una pantalla de 1.200 pulgadas con resolución 5K, sin moverte de tu sillón.
Parece una locura, pero estamos hablando de unas gafas de realidad virtual centradas en el cine y las series, aunque sus creadores se han preocupado mucho no usar estas dos palabras (realidad virtual) ni una sola vez en la campaña de KickStarter. Quizá porque no quieren que se asocien a experiencias nefastas como Google Cardboard, Daydream y en definitiva toda la realidad virtual para móviles, que tanto daño ha hecho al medio, por su bajísima calidad.
Lo que existe ahora, Oculus Quest, la realidad virtual de PC, es otra generación, y no tiene nada que ver. Y cualquiera que haya probado la realidad virtual de calidad sabe que se pueden ver películas en una pantalla tamaño cine gigante. Realmente contemplas un panel de 300, 400, o 1.200 pulgadas como asegura Cinera Edge, gracias a la magia de las lentes amplificadoras:
Los problemas que tienen las gafas de realidad virtual actuales para ver películas, son dos: su excesivo peso, que termina cansando al final de una película, y la resolución, que en la mayoría de los modelos no llega a 1080p. Cinera Edge asegura haber solucionado estos dos problemas.
El primero salta a simple vista en el vídeo: son mucho más ligeras y parecen más cómodas que cualquier gafa de RV. Esto ha sido posible gracias al uso de paneles micro-OLED. Un nuevo tipo de OLED que mantiene una elevada resolución en un pequeño tamaño. Y con un gamut de color extendido DCI-P3.
Su pantalla alcanza la resolución 5K, pero con una pequeña trampa. Son dos paneles, uno para cada ojo, y cada uno tiene una resolución de 2560 x 1440 píxeles, así que esa es la resolución real que vamos a ver. Pero gracias al uso de micro-LED la definición que notamos es algo más que 2,5K, con nada menos que 3.515 puntos por pulgada, siete veces más que un iPhone 11 Pro.
Y gracias a la realidad virtual lo vamos a ver todo en una pantalla de 1.200 pulgadas como si la contemplásemos a 20 metros de distancia. Con un ángulo de visión de 66 grados, muy cercano a los 70 grados de una pantalla IMAX.
Las lentes tienen ajuste IPD por hardware, es decir, se pueden separar o juntar para colocarlas exactamente en el centro de los ojos de cada persona. E incluso se puede graduar las dioptrías en tiempo real con un botón, para que las personas que usan gafas no las necesiten mientras ven la película.
Para obtener la experiencia completa posee 4 altavoces independientes en cada auricular, con lo que se obtiene sonido Dolby Digital 5.1 certificado.
¿Y qué tipo de contenido podemos ver? Estamos ante unas gafas autónomas con procesador Cortex A17 de cuatro núcleos a 1,8 GHz, con 2 GB de RAM (4 GB la versión Pro) y 16 GB de almacenamiento (32 GB la versión Pro). Utiliza Android y es compatible con las apps de Netflix, HBO, YouTube, Disney+, Amazon Prime Video, etc.
Además dispone de ranura micro SD para reproducir tus propios vídeos, y de conector HDMI 2.0 para conectar un PC o un reproductor y ver películas en Blu-ray o Blu-ray 3D.
Al tener dos pantallas independientes reales, una para cada ojo, no tiene que usar los viejos trucos de las teles 3D para ver películas en 3D, así que no se oscurece la pantalla ni se pierde resolución.
También puedes conectar una consola, y jugar a juegos de PS4 o Nintendo Switch en una pantalla de 1.200 pulgadas.
En resumen, estamos ante unas gafas de realidad virtual diseñadas para ver cine o series, que a priori garantizan una experiencia espectacular, al menos sobre el papel.
En KickStarter ya han recaudado 40 veces más de lo que necesitaban. La versión básica sin HDMI ni Dolby Digital cuesta 400 euros, un 45% más barata que cuando se ponga a la venta en tiendas, en diciembre. La versión Pro, con estos dos complementos y más memoria, sube a los 489 euros.