Por años, la idea de acercarnos al sol y estudiarlo ha sido base para diversas misiones no tripuladas. La más reciente, la sonda Solar Orbiter, ha sido la encargada de concretar ese primer paso para estar cerca del centro de nuestro sistema planetario y obtener, por primera vez, imágenes realmente cercanas del Sol.
Desde febrero de 2020, la sonda inició su viaje hacia el Sol, pero no ha sido hasta hace un mes que el instrumental añadido al equipo comenzara a operar. Tras el funcionamiento completo de esta estación, se registraron las primeras imágenes del Sol.
“Las primeras imágenes han superado nuestras expectativas”, señala Daniel Müller, científico del proyecto Solar Orbiter de la ESA. “Ya se ven indicios de fenómenos muy interesantes que hasta ahora no habíamos podido observar con detalle. Los diez instrumentos a bordo de Solar Orbiter funcionan muy bien y, juntos, ofrecen una visión integral del Sol y el viento solar. Así, confiamos en que Solar Orbiter nos ayudará a responder a preguntas de gran calado sobre el Sol”.
El punto máximo de cercanía al Sol ha sido de 77 millones de kilómetros, casi el punto medio entre el Sol y la Tierra. Sin embargo, el propósito es estar más cerca que Mercurio – 42 millones de kilómetros – como parte de una nueva misión a iniciarse a fines de 2021.
En este momento, la sonda Solar Orbiter ha iniciado su proceso de ajuste de órbita alrededor del Sol en modo crucero.
Solar Orbiter es una misión espacial fruto de la colaboración internacional entre la ESA y la NASA. Doce Estados miembros de la ESA (Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Italia, Noruega, Polonia, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza), así como la NASA, han contribuido a la carga útil científica. Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos y Portugal han participado en la construcción de la nave, pero no en la carga útil.