Se estima que existen entre un 5 % y 10 % más de pingüinos de los que se conocían gracias a las nuevas colonias detectadas por estaciones satelitales.
La localización de las colonias de pingüinos emperador resulta complicada desde hace tiempo. Las migraciones provocadas por el deshielo son habituales y la inaccesibilidad del terreno, así como la falta de observadores, provocan que se desconozcan sus movimientos o la cantidad existente.
De cara a investigar los movimientos de estos pingüinos, el British Antarctic Survey (BAS) se ha apoyado en Sentinel-2, la misión desarrollada por la Unión Europea que tiene entre sus objetivos seguir la evolución de la naturaleza, cambios en la corteza terrestre y la gestión de desastres naturales. Mediante imágenes infrarrojas se han encontrado en la Antártida ocho lugares de reproducción distintos.
Teniendo en cuenta espacios que aún falta por confirmar, parece ser que se pasaría de 50 hasta 61 los lugares de reproducción entre pingüinos emperador, con una media de 100 kilómetros de distancia entre ellos.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la especie es la búsqueda de un espacio de hielo marino que consideren estable y en el que poder estar sin peligros, pero el deshielo provoca grandes migraciones y una evolución contraria a la que necesitan. Se piensa que en las próximas décadas se puede vivir un importante descenso de población.
En este momento, los pingüinos emperador están catalogados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como Casi amenazados, pero todo indica que pasarán al siguiente nivel a no mucho tardar, ya que la tendencia de deshielo no hace más que pronunciarse.