Un grupo de investigadores ha descubierto que casi la mitad de personas ebrias no son conscientes de su estado y para ello quieren usar el móvil y que alerte de la incapacidad de estas personas para conducir.
Las bebidas alcohólicas y la conducción han demostrado durante años no ser compatibles, sin embargo, todavía hay un gran número de conductores que no ven el peligro a conducir borrachos o no saben que están por encima del límite permitido para coger el coche. A estos conductores podría ayudarles su propio smartphone.
Un grupo de investigadores de las Universidades de Stanford y Pittsburgh han estudiado cómo utilizar los teléfonos móviles para determinar cuando sus dueños han bebido más de la cuenta. El proyecto utiliza los acelerómetros que encontramos en cada móvil para analizar el caminar de esa persona.
Los acelerómetros, para el que no lo conozca, es uno de los sensores más básicos de un teléfono móvil. De ellos depende gran parte del funcionamiento del smartphone. Estos sensores miden las aceleraciones, pero no en el sentido del desplazamiento, como ocurre en un coche, sino en el del peso y la gravedad. Detectan la aceleración en los tres ejes (X, Y y Z) para saber si el móvil se mueve en una determinada dirección, si vibra, o si se agita. Con ellos sabemos si giramos el móvil para inclinar una aplicación o si damos pasos.
Gracias a estos sensores, los móviles pueden determinar si nuestro andar es distinto y un síntoma de que estamos en un estado de embriaguez más alto de lo recomendado. Brian Suffoletto, líder del proyecto, explica que utilizaron a 22 voluntarios a los que dieron una hora para tomar una bebida mezclada con vodka y conseguir una concentración de alcohol en el aliento del 0,2%, mucho más alta que el límite para conducir del 0,08% en Estados Unidos.
A los participantes del estudio se les colocó el móvil en la espalda baja y les pidieron que intentaran caminar en línea recta. Esta prueba se repitió varias veces en las siguientes 7 horas según el efecto del alcohol iba disminuyendo. Después de la prueba con el móvil, debían pasar por un alcoholímetro para determinar el verdadero grado de embriaguez. Falta por averiguar si los datos son igual de buenos cuando el móvil se lleva en la mano o en un bolso.
Así los investigadores pudieron comprobar que su sistema valoraba con precisión el nivel de alcohol de la persona por su forma de caminar. Más del 90% de las pruebas pudieron determinar correctamente que la persona superaba el límite permitido.
Este mecanismo podría utilizarse para alertar a esas personas de su estado y evitar que conduzca en las próximas horas, reduciendo el riesgo de accidente. Suffoletto y su equipo habían descubierto con anterioridad que las personas no se dan cuenta de que se ven afectadas hasta el 50% de las veces cuando están borrachas.
Teniendo en cuenta la evolución que están sufriendo los coches, los cuales cada vez están más conectados a los coches, este sistema podría usarse para impedir que el conductor arranque el coche, si el móvil ha detectado que no está en buen estado o para ayudar a la persona a pedir un taxi o avisar a un familiar.
Aún así, los investigadores aseguran que no se debería determinar simplemente por la forma de caminar si una persona está borracha o no, puede ser síntoma de otros problemas. Será necesario incluir este sistema de detección con otros mecanismos de control.