Este nuevo perro robot en miniatura es una máquina que vas a tener que ensamblar y programar tú mismo y que incluso es compatible con elementos externos como una Raspberry Pi para hacerlo mucho más inteligente.
Si siempre soñaste con tener un perro robot en miniatura que pudiera hacer todo lo que quisieras simplemente enseñándoselo a base de una serie de líneas de códigos, el Petoi Bittle es un nuevo juguete enfocado para programadores y adultos amantes de la electrónica.
Hay muchos perros robots en el mercado, quizás el más famoso es el Aibo en Japón, pero ahora mismo está en una campaña de financiación colectiva en Kickstarter el perrito robot Bittle fabricado por la empresa Petoi, que lo está comercializando por apenas 200 dólares en una campaña que ya está superada.
Pero no se trata de un perro sencillo de domesticar, dado que vamos a tener que conocer bastante de programación y electrónica para poderlo construir y posteriormente programar. Y es que los compradores no reciben el perro en sí, sino reciben un kit que consiste en un marco de plásticos moldeado por inyección que deben ensamblar como si fuera un rompecabezas en tres dimensiones, junto a distintos servos para mover las articulaciones de las piernas y la cabeza, una batería de iones de litio y otros tantos elementos que vas a tener que encajar.
Una vez que hayamos encajado al perro robot, hay que programarlo para que aprenda a caminar y hacer todo tipo de piruetas. Cabe aclarar que cuenta con una placa de procesamiento Arduino NyBoard V1, una unidad de medición inercial utilizada para que pueda equilibrarse la máquina, soporte para Bluetooth y Wi-Fi y control remoto por infrarrojos.
Con todo lo anterior, el usuario tendría que empezar a escribir comandos codificados utilizando el software que viene de serie OpenCat de Petoi, o bien podría comprar módulos de hardware adicionales como una cámara para sensor de gestos que se añadiría al robot para hacerlo mucho más completo.
En lo que respecta al diseño, Petoi mide 20 × 11 × 11 cm y pesa algo menos de 280 g, y curiosamente puede transportar hasta 450 g colgando de debajo de su vientre. Cuenta con una velocidad máxima al caminar de más de dos longitudes corporales por segundo y es capaz de recordar decenas de patrones de movimiento instintivo para hacerlo prácticamente inteligente.
[Vía: newatlas]