Todavía hay que echar muchos números para comprar un coche eléctrico, pero vamos a ver en qué momento nos encontramos.
La cuestión de hoy es ‘la pregunta del millón’ más que la pregunta de los martes: ¿es buena idea comprar hoy en día un coche eléctrico? Porque son muchos los que se cuestionan esto cada día. Y aunque la oferta de eléctricos es imparable en casi todas las marcas de coches, aún quedan muchos factores en los que pensar antes de dar el paso.
Lo primero que tienes que tener en cuenta es que no tiene sentido seguir pensando en que esto es una moda pasajera y el año que viene los fabricantes «nos querrán vender otra moto» (sí, estas frases se oían mucho en los bares y ahora continúan pululando por las terrazas, con y sin mascarilla).
De hecho, cuando tienes acceso a las cifras de inversión que los diferentes grupos automovilísticos llevan manejando desde hace más de una década -incluso los que juraban y perjuraban que nunca dejarían a un lado los motores térmicos-, constatas que la electrificación va en serio: los coches enchufables son la tendencia actual y del futuro más inmediato, tanto si te encantan como si los detestas; tanto si tienen un recorrido limitado en el tiempo o como si acaban siendo la solución perfecta y, por tanto, los únicos vehículos que circulen por las vías públicas.
Además, sea como estrategia meramente política y marquetiniana (lo ‘eco’ siempre vende) o por convicción, el hecho es que las distintas Administraciones están apostando también por los llamados automóviles ‘eficientes’, y los eléctricos están en la primera fila de cada programa electoral, al menos, sobre el papel. Y no importa que haya un debate paralelo sobre lo que cuesta al medioambiente producir cada unidad, construir sus baterías, achatarrar los coches tradicionales -que hasta sirven de moneda de cambio para acceder a las ayudas- y reciclar luego el coche y sus ‘pilas’ cuando uno de ellos (o los dos) llegue al final de su vida útil.
Tipos de electromovilidad
Por tanto, habiéndote tratado de convencer de que los eléctricos han llegado para quedarse durante mucho tiempo, no menos cierto es que el resto de formas de movilidad convivirán con ellos también en los próximos años, y en eso parecen coincidir todos los fabricantes con los que hemos hablado en los últimos 15 años.
De hecho, como vehículos de transición, hay un gran abanico de posibilidades entre los coche de gasolina y diésel ‘de toda la vida’ y los eléctricos puros, aunque aquí nos centremos en estos últimos. Esos pasos intermedios serían:
- Los vehículos térmicos (de gasolina, diésel, de diésel y gasolina más gas natural comprimido GNC o licuado del petróleo GLP) parcialmente electrificados. También se conocen como ‘Mild Hybrid’.
- Los híbridos (o plug-in hybrid): con motor térmico (de gasolina, diésel o gas) y motor eléctrico que se va combinando.
- Los híbridos enchufables (o PHEV): funcionan como los híbridos anteriores o como los 100% eléctricos, sólo con electricidad.
- Los eléctricos con autonomía extendida: van siempre con electricidad, salvo cuando se les agota la batería. Entonces, un motor térmico actúa de generador de corriente y permite disponer de unos kilómetros extra para llegar a una estación de carga y repostar.
- Eléctricos puros (plug-in o 100% enchufables): sólo funcionan ‘a pilas’, que se recargan mediante una red de corriente (alterna y/o continua) y lo que se pueda regenerar en las frenadas.
¿Es buena idea comprar hoy en día un coche eléctrico?
Una vez que nos centramos en el último tipo de coche electrificado, para contestar a la pregunta de este martes, hay que echar (muchos) números, con el fin de determinar si merece la pena.
Nuestro consejo es que cojas la calculadora sin dejarte fuera ninguno de esos aspectos:
- Precio de adquisición: debido a que en este tipo de vehículos la cuota de mercado aún no llega al 3%, el PVP sigue siendo alto respecto a un coche equivalente de combustión.
- Ayudas: pueden ser un factor aún más determinante que el precio de compra. Debes informarte bien sobre los plazos y condiciones que puedan ofrecer:
- Fabricante.
- Administraciones públicas: Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos (si fuera el caso).
- Amortización: si se reduce el precio y pretendes hacer con él muchos kilómetros, siempre es más fácil que te merezca la pena el desembolso inicial.
- Gastos fijos: pero ojo, porque en algunos modelos, las baterías van a parte, o con un alquiler mensual o no se incluyen dentro de la garantía a partir de unos años o un kilometraje (o si su rendimiento no ha descendido de un porcentaje determinado).
- Uso y kilometraje: tienes que determinar muy bien para qué quieres el coche, qué autonomía necesitas y qué kilómetros harás al mes y al año. ¡Un eléctrico no es un coche para utilizar esporádicamente!
- Consumo: en base a tus recorridos (las apps de cada fabricante y las independientes facilitan esto mucho) es conveniente calcular tu coste por kilómetro en base a tu tarifa de la luz y tus trayectos habituales.
- Red de recarga: ¿vas a instalar poste en casa -que también conlleva sus gastos-? ¿Lo tienes ya? ¿Hay cerca puntos apropiados en la vía pública? ¿Y en tu lugar de trabajo?
- Mantenimiento: en principio, un eléctrico es menos complejo que un coche de combustión y la parte mecánica debería tener menos elementos sujetos a romperse, aunque las averías no tendrían por qué ser necesariamente más baratas de reparar.
- Ventajas al circular y al aparcar: en función de la localidad y la región, a corto plazo, ya es una realidad que los eléctricos tengan ventajas a la hora de:
- Circular por zonas y días restringidos por contaminación.
- Circular por carriles especiales y de alta ocupación (tipo Bus-VAO)
- Aparcar gratis o con tarifas especiales en zonas de estacionamiento regulado.
La pregunta es durante cuánto tiempo estarán vigentes estos privilegios, así que en tus cálculos, estas ventajas no deberían pesar demasiado, aunque sean un ‘plus’ a favor de comprar un eléctrico.
- Depreciación: aunque sean los coches ‘de moda’, aún no conocemos su envejecimiento en la mayoría de los casos, especialmente en el de las baterías -que, como decíamos más arriba, puede perder rendimiento-. Esto podría inclinarte a mirar fórmulas de renting, mejor que una compra directa.
Como ves, plantearte si es buena idea comprar hoy en día un coche eléctrico ya no es ninguna locura y puede ser toda una jugada maestra para tu economía. Pero antes de dar el salto calcula bien los costes reales en escenarios lo más concretos posible de acuerdo a tus verdaderas necesidades. Y si todo cuadra, ¡adelante!
Este artículo fue publicado en Autobild por Rodrigo Fersainz.