Buenos números con el primer coche eléctrico de la compañía, el Ford Mustang Mach-E ha alcanzado los 480 kilómetros de autonomía en las últimas pruebas.
A falta de unas semanas para que el Ford Mustang Mach-E llegué a las manos de los primeros conductores europeos, y de unos meses para que alcance España, han decidido realizar una prueba para que los posibles clientes puedan ver su autonomía: un recorrido a través de Noruega, desde Oslo a Trondheim. El resultado ha sido más que positivo, tal como se pudo seguir a través de sus redes sociales.
Durante el recorrido por el país, que se hizo tanto por autovías como carreteras secundarias, el Ford Mustang Mach-E no vivió ningún percance y al llegar a su destino, tras 480 kilómetros, aún le quedaba un 15% de batería. Se entiende que hubiese alcanzado los 500 kilómetros sin problema, aunque seguramente prefirieron evitar las imágenes de quedarse sin batería.
En principio, este vehículo se vende con una batería de 99 kWh y 540 kilómetros de autonomía, según el ciclo WLTP y es el primer modelo totalmente eléctrico de la marca.
Pero este coche de Ford será mucho más que la batería, ya que contará con una potencia de 337 CV y 565 Nm de par, al menos en su versión estándar, y la versión Performance tendrá 465 CV y un par motor máximo de 830 Nm. Esto significará pasar de 0 a 100 km/h en menos de 5 segundos.
Su interior estará enfocado a implementar las últimas tecnologías con una gran pantalla central de 15,5 pulgadas en vertical y una más pequeña horizontal tras el volante. Además de los nuevos sistemas de audio y las aplicaciones propias, también será compatible con Apple CarPlay, Android Auto y AppLink.
La idea es que el primer vehículo totalmente eléctrico de la compañía no desmerezca al compararse con la competencia o con los coches de Tesla. Han logrado un modelo muy competitivo que se podrá comprar por un precio que ronda los 60.000 euros, aspecto donde se vuelve a comprobar el salto que suponen los coches eléctricos para el bolsillo de los conductores.
En definitiva, parece que ya estamos ante el final de la perspectiva de que un vehículo eléctrico solo es útil en trayectos cortos. Aunque tras estos avances en autonomía quedan mejorar otros, como el número de estaciones de carga que haya en las carreteras y la velocidad de carga.