Nueva York. [AFP]. Un policía de Nueva York de origen tibetano fue acusado el lunes de espionaje y las autoridades estadounidenses lo responsabilizan de recabar información sobre la comunidad del Tíbet para el gobierno chino.
Según la acusación que se hizo pública el lunes, el oficial de policía, que trabajaba en una comisaría de Queens, era dirigido por miembros del consulado chino en Nueva York.
A través de sus contactos con la comunidad tibetana, el hombre, de 33 años, presuntamente reunió información entre 2018 y 2020 sobre las actividades de personas del Tíbet en Nueva York e identificó posibles fuentes de inteligencia.
De acuerdo con el expediente de la acusación, el acusado, que es reserva del ejército de Estados Unidos, presuntamente también permitió que se invitara a miembros del consulado a actos organizados por el Departamento de Policía de Nueva York.
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Las autoridades chinas le pagaron varias decenas de miles de dólares por sus servicios, agrega el informe.
Se presentaron cuatro cargos contra el policía, entre ellos alistarse al servicio de un país extranjero en territorio estadounidense, hacer declaraciones falsas y obstruir el funcionamiento de un servicio público.
El lunes fue presentado ante un juez y se le puso bajo custodia, dijo a la AFP un portavoz del fiscal federal de Brooklyn.
Actualmente está suspendido sin goce de sueldo, indicó de su lado un portavoz de la policía de Nueva York.
Nacido en China, obtuvo asilo político en Estados Unidos alegando que fue torturado por las autoridades chinas debido a su origen tibetano.
Sin embargo, la investigación demostró que sus padres eran miembros del Partido Comunista Chino.
“De ser confirmado por un tribunal”, el caso “demostraría que el Partido Comunista Chino está llevando a cabo operaciones calumniosas para contrarrestar cualquier oposición, no sólo en el Tíbet (…) sino en todo el mundo”, dijo la Campaña Internacional para el Tíbet, una organización de defensa de los derechos de los tibetanos.
El Tíbet funcionó de manera autónoma entre 1912 y 1950, pero Pekín recuperó el control del territorio en 1951 y el Dalai Lama, líder espiritual de los tibetanos, vive en el exilio desde 1959.