Dentro del coche con las ventanillas subidas muchos conductores prefieren conducir sin la mascarilla, pero no saben dónde guardarla o colocarla. Si no tenemos cuidado podemos encontrarnos con una buena multa.
Las vemos por todas partes, colocadas en el codo, en la barbilla, colgando del bolso y ninguno de estos sitios es el adecuado para llevar la mascarilla. Saber guardarla es tan importante como saber llevarla bien puesta o lavarnos las manos correctamente.
Cada vez es más común ver a todo el mundo por la calle con la mascarilla puesta y, excepto algunos despistados que siguen con la nariz por fuera, la gran mayoría la lleva correctamente. Sin embargo, a la hora de guardarla un momento, los errores se multiplican.
Los conductores se han acostumbrado a colgar la mascarilla del retrovisor y este simple detalle es un riesgo para la seguridad vial. Llevar la mascarilla así mientras conducimos puede suponer una multa de hasta 80 euros, principalmente por el riesgo que implica no ver en su totalidad la carretera.
La mascarilla en el retrovisor impide que se pueda ver con claridad la carretera, motivo por que el podríamos tener un accidente. La DGT es clara en cuanto a colgar objetos en el coche que impidan la visibilidad en todas las direcciones.
Y este no es el único detalle por el que esta costumbre es peligrosa. Cuando nos quitamos la mascarilla, dentro o fuera del coche, se debe guardar en una pequeña bolsa de papel que transpire. No se debe colgar ni de la silla, ni del bolso, ni dejar en codo, pues en estos lugares se puede contaminar y dejar de ser útil.
Desde que se empezó a recomendar su uso durante la cuarentena, las autoridades sanitarias han recomendado guardarlas dobladas en bolsas de papel o sobres, nunca en bolsas de plástico. Además una vez la hemos guardado o nos la volvemos a poner es necesario lavarse las manos, con agua y jabón o con gel desinfectante.