Hace mucho que uso un teléfono de gama media como equipo principal: el Pixel 3a XL de Google. ¿La razón? Así puedo estar en el punto medio del mercado con una experiencia de uso promedio, y no afectar mi juicio desde la gama alta cuando pruebo un equipo de menos potencia. Esa “auto limitación” me ha ayudado a entender qué tan potente es un equipo o qué tanto le falta para encajar en ese punto medio. Tengo a prueba al Moto G8 Power, y debo adelantar que ha sido complicado lograr un punto medio con este equipo.
Estas son las características del equipo:
Diseño heredado de la línea One
Ya lo había mencionado en mis primeras impresiones, y este concepto G8 no es nuevo. Ya habíamos tenido un cambio importante en las formas desde la gama media alterna de Moto, y ahora la G hereda las líneas de construcción de ese formato.
Por un lado, debo decir que todo se siente cómodo en el agarre. Tenemos uno de los diseños más seguros del mercado para una manipulación eficiente: pantalla ancha y bordes de aluminio. Todo bien con los botones y el sensor de huellas, además del ingreso para audífonos y el puerto USB.
La textura que añadió Motorola en la espalda de este equipo es muy elegante, pero va a ser un enorme imán de huellas. Prepara el paño.
Un upgrade en pantalla que aún tiene deudas
Respecto al modelo anterior, la resolución de la pantalla crece hasta los 1080p y mejora la visualización de contenido. Si bien el nivel de contraste no es tan alto, la gama de colores anda bien y no se ven tan lavados como en la generación anterior. De respuesta táctil está dentro de lo que uno espera en la gama media: va bien y sin problemas.
Sin embargo, tengo dos detalles que compartir que no me gustaron. El primero, y quizás el más molesto, es la ubicación de los sensores de proximidad. Como sabes, estos sensores permiten que la luminosidad del panel se adapte a la luz en el ambiente. El problema está cuando agarras el equipo en “Modo Juego” en horizontal y con los botones de volumen hacia arriba.
Con la mano, casi siempre vas a tapar esos sensores. Esto es terrible si usas el “brillo adaptivo”, pues la pantalla va a reducir drásticamente la luminosidad mientras juegas, y en ambientes luminosos puede resultar molesto. Sí, se soluciona desactivando el “Brillo Adaptivo”, pero si lo usas mucho – como en mi caso – va a ser muy incómodo.
El otro punto es el tremendo asunto por resolver con los bordes cuando vemos contenido 16:9. No solo es incompleto, pues tenemos dos barras grises laterales, sino que también es asimétrico debido al agujero para la cámara delantera. Esto daña el TOC de cualquiera, y es algo que, lamentablemente, no he visto que Motorola resuelva con los modelos que he probado antes.
Android 10 con poca carga
Si algo debemos agradecerle a Lenovo, la marca encima de Motorola, es que haya mantenido la interfaz que propició el éxito de las líneas X y G bajo la tutela de Google. Esta versión de Android 10 viene casi inmaculada, y añade pocos elementos para mejorar la experiencia.
Ya hemos visto extensamente los añadidos de Motorola en otras reseñas, y este Moto G8 Power no es la excepción. Tendremos la misma experiencia que en todos los modelos, pero también un apartado de Dolby para escoger el tipo de salida de audio en función del contenido que reproducimos en el smartphone.
Sion embargo, aquí debo hacer una advertencia. Desde que recibí el equipo no he tenido actualizaciones de seguridad, y el equipo se mantiene hasta la fecha de publicación de esta reseña en diciembre de 2019. Ojo a Motorola.
Más cámaras, pero solo para fotos
A diferencia del modelo del año 2019, este G8 Power nos da un arsenal para fotografía realmente amplio. De uno, pasamos a 4 lentes de distinta medida para todo tipo de resultados.
Este año, vemos que el esfuerzo de Motorola por mejorar la ciencia de color en sus fotos es notable. Colores más vivos, un mejor HDR, mejor profundidad de campo y estabilidad para la IA aplicada en filtros.
El lente “macro” es divertido, pero Motorola debería hacer que esta opción se active automáticamente y no llamarla. Casi siempre olvidaba que la tenía.
El sensor delantero anda muy bien, aunque suele ser un poco más “pastel” en tonos que el resto de las cámaras.
De noche, el equipo ya sufre un poco en el enfoque y el balance de luz. Suele reventar demasiado las luces y poner un poco de ruido a las sombras.
En video no anda mal, pero aun tenemos ese contraste duro tan tradicional en Motorola, que expone un poco más los pixeles y un sonido algo más opaco que equipos del mismo fuste. Además, no podemos cambiar de lente mientras grabamos y solo podemos escoger entre el gran angular y el lente principal para el video. No podemos usar el lente telefoto.
No es un mal combo de cámaras, pero es importante entender que hay mejores opciones a ese precio. Más cámaras no significan mejor calidad de fotos, pero sí varias herramientas de uso.
Fluidez no es lo mismo que potencia
Aquí es donde me preocupa un equipo como el G8 Power, que resalta la palabra por energía y carece, por momentos, de poder. El procesador anda bien para tareas tradicionales, pero he tenido algunos problemas en la multitarea.
En calidad de llamadas y geolocalización anduvo bien, y la conectividad a plan de datos y WiFi se mantuvo estable. Sin embargo, tuve varios problemas para el emparejamiento Bluetooth con los Galaxy Buds+ y mis Bose QC35 II. Por momentos la conectividad iba y venía, lo que resultaba irritante cuando quería ver un video de YouTube con los audífonos puestos.
Salvo la asimetría en el visionado, la multimedia anduvo bien. El sonido estéreo es tremendo, y en la categoría se agradece tenerlo. El sensor de huella en la parte trasera anda bien, y reacciona rápido.
He tenido algunos hipos constantes con el G8 Power, y creo que es algo que puede resolverse con software. Ojo, lo tuve como teléfono principal y usando todos mis servicios ahí. He vivido cada instante de las últimas tres semanas con él en mi bolsillo, y me ha tocado vivir parte de esos lapsos. Regreso al escritorio, saltos entre apps, todo lo que tenía que ver con cambios de entornos me pareció poco optimizado.
Día y medio de energía con carga rápida
Aquí sí se cumple lo ofrecido. Tenemos una de las mejores autonomías con los componentes establecidos. Mi jornada más alta de uso fue 35 horas, con casi 10 horas de pantalla y 2% restante sin el ahorro encendido. Fenomenal.
La carga rápida es eficiente, sobre todo por el tamaño de la batería. Procura siempre usar el cargador que viene en caja para optimizar los tiempos de carga, porque muchas veces tuve que usar cargadores veloces y el tiempo se dilató hasta por más de dos horas y media para llegar al 100%.
¿Vale la pena?
Sí, y creo que hay cosas que pueden ser mejoradas por actualizaciones. Tenemos varias soluciones integradas en un equipo, y aspira a ser una apuesta fuerte en la gama media.
Por otro lado, hay desventajas en video y la fluidez en el rendimiento. Frente a otros competidores en la categoría, puede ser un poco difícil sobresalir.
Si buscas un equipo con gran autonomía, buena pantalla y un desempeño destacado en fotografía, este equipo es para ti.
* Equipo cedido a préstamo por Motorola Perú desde el 11 de junio hasta la publicación de la reseña