Motorola continúa con su política de lanzamiento de varios dispositivos de la familia Moto G cada temporada. Tras tener sobre la mesa todos los exponentes de la octava generación, es el momento de dar la bienvenida a la novena.
Dentro de los Moto G9 tenemos varios dispositivos. Por un lado el Moto G9 Plus con mejores cámaras y pantalla y el Play, la versión más modesta. Sin número en el nombre tenemos, además, el Moto G 5G Plus, que nos da acceso a estas redes por unos 379 euros.
Nosotros llevamos unos días usando el más básico de la familia como móvil principal y, a continuación, os contamos nuestra opinión en este análisis del Motorola Moto G9 Play.
Moto G9 Play | |
---|---|
Pantalla | Panel IPS | Resolución HD+ de 1.600 x 720 píxeles | 270 píxeles por pulgada | 6,5″ y el 81,6% del frontal es pantalla | Relación de aspecto 20:9 |
Procesador | Snapdragon 662 |
Memoria RAM | 4 GB de memoria RAM |
Almacenamiento | 64 GB de almacenamiento | Ampliable mediante microSD |
Sistema | Android 10 | Personalización ligera de Motorola |
Camaras traseras | Principal de 48 Mpx f/1.7 | Macro de 2 Mpx f/2.4 | Profundidad de 2 Mpx f/2.4 |
Cámara frontal | 8 Mpx f/2.2 |
Batería y carga | Batería de 5.000 mAh | Carga rápida de 20 W |
Conectividad | NFC | GPS | Bluetooth 5.0 | USB Tipo-C | Jack de 3,5 mm |
Dimensiones y peso | 165,2 x 75,7 x 9,2 mm | 200 gramos |
Precio | 179 euros en Amazon |
Análisis del Motorola Moto G9 Play por apartados:
Líneas convencionales con notch y pantalla HD+ que se defiende en el día a día
Comenzamos el análisis del Moto G9 Play hablando del diseño. Estamos ante un móvil que no es, precisamente, compacto. Tiene un grosor de 9,2 milímetros que alberga la enorme batería de 5.000 mAh, pero el alto es de 165,2 milímetros y el ancho de 75,7 mm. El peso es de 200 gramos y en la mano se siente un terminal robusto y cómodo gracias a los bordes redondeados.
El tacto es agradable y, como no podía ser de otra forma en este rango de precios, el material que impera en la trasera y en los laterales es el policarbonato. Cuenta con un acabado brillante y aunque las huellas se quedan, no lo hacen con tanta facilidad como en otros terminales similares o en los de cristal.
El módulo de cámara es cuadrado y sobresale un poco respecto al cuerpo, pero con la funda de silicona incluida se disimula. Justo bajo la cámara está un sensor de huellas que tiene el logo de Motorola y que funciona realmente bien. Es preciso y no nos ha dado ningún problema en estos días de uso.
En la parte inferior tenemos el micrófono, el puerto USB Tipo-C y el único altavoz, que proporciona un sonido con bastante pegada para su gama. En la parte superior tenemos el jack de 3,5 mm, en el lateral derecho una ranura de Dual SIM o de SIM + microSD que cuenta con protección contra el agua y en el lateral izquierdo tenemos tres botones: bloqueo con textura, volumen y un botón que activa Google Assistant.
Si nos vamos al frontal tenemos una pantalla que ocupa el 81,6% del mismo. Esto quiere decir que tenemos marcos generosos, sobre todo en la parte de la barbilla y en la parte superior, donde tenemos un notch de tipo gota.
La pantalla es de 6,5”, lo que explica las dimensiones del terminal, y cuenta con una resolución de 1.600 x 720 píxeles. Es HD+ y lo cierto es que en esta diagonal de pantalla vais a notar los píxeles, sobre todo en textos.
Los colores nos han parecido algo planos y al brillo máximo también le falta un ‘punch’, pero en términos generales vamos a poder ver contenido en el móvil en cualquier situación.
La respuesta del panel es muy buena, algo que se agradece porque la navegación por gestos de Android es el sistema de navegación predeterminado y también hay una personalización muy enfocada a arrastrar iconos y realizar gestos, por lo que buen punto para este Moto G9 Play.
Tenemos modo oscuro y el sensor de brillo que ajusta la intensidad según la luz ambiental funciona de manera rápida y precisa. Lo que no nos ha gustado tanto es que la pantalla tiene algo de ghosting, lo que implica que animaciones a la hora de abrir y cerrar apps o a la hora de hacer scroll por las aplicaciones se noten no lentas, sino como que se quedan unos milisegundos más de lo que deberían en la pantalla.
¿Es un motivo para descartar el teléfono? No, y en unos días nos hemos “acostumbrado”, pero es un detalle que creemos importante comentar.
Buen rendimiento del Snapdragon 662 y un Android 10 muy limpio
En el interior tenemos el Snapdragon 662 acompañado por 4 GB de memoria RAM. Se trata de un SoC de ocho núcleos en el que cuatro van a 2 GHz y otros cuatro a 1,8 GHz. La GPU es la Adreno 610 y, aunque no nos permite jugar a los juegos más potentes del mercado con la mejor configuración, con gráficos en medio/bajo van bastante bien.
Antes de contaros nuestra experiencia con el Moto G9 Play, os dejamos una tabla en la que os mostramos los resultados de los test sintéticos y una comparativa con móviles de rango similar:
Moto G9 Play | Moto G8 Plus | Samsung Galaxy M31 | TCL 10L | Oppo A9 2020 | |
---|---|---|---|---|---|
AnTuTu | 175.212 | 159.850 | 172.462 | 174.755 | 175.731 |
Geekbench 4 mono | 1.512 | – | 1.460 | 1.500 | – |
Geekbench 4 multi | 5.745 | – | 5.249 | 4.115 | – |
Geekbench 5 mono | 315 | 311 | 263 | 310 | 314 |
Geekbench 5 multi | 1.432 | 1.333 | 1.151 | 1.044 | 1.410 |
3D Mark | 1.883 | 1.706 | 1.584 | 1.698 | 1.146 |
PC Mark | 6.353 | 6.453 | 5.535 | 6.838 | 6.351 |
La memoria interna es de 64 GB y UFS 2.1. No es de última generación y nos ofrece una velocidad de escritura secuencial de 129 MB/s, una lectura secuencial de 223 MB/s, escritura aleatoria de 20,57 MB/s, copia aleatoria de 12,57 MB/s y una copia en memoria de 3,44 GB/s.
No es la más rápida, pero excepto en tareas de copia de datos pesados, como cuando editamos una fotografía en un Photoshop Express o así, en el resto de tareas nos ofrece fluidez. Si necesitáis más memoria, podéis ampliarla mediante tarjetas microSD.
Ahora, vamos con la experiencia de usuario. Motorola lleva años acostumbrándonos a una personalización de Android muy bien penada. Tiene elementos propios, como el reloj principal que hace las funciones de widgets, algunos elementos de personalización en términos de diseño y el control tanto por gestos como por tres botones.
Sin embargo en lo demás es muy, muy Android ‘Pixel’. Tenemos Google Discover, cajón de aplicaciones, la barra de notificaciones es como la de los Pixel y los iconos también son los que utiliza Google. Contamos con modo oscuro a nivel de sistema (aunque como el panel es IPS y no OLED/AMOLED, nos da igual porque no vale para ahorrar batería, simplemente para proteger la vista en las diferentes condiciones lumínicas).
Es decir, la personalización es muy sencilla y ligera, lo que nos permite tener un buen rendimiento en prácticamente cualquier tarea del día a día (navegación web, redes sociales, apps de streaming, etc.) y, de hecho, es muy similar a lo que tenemos en un Pixel con Android 10/11, de ahí que hayamos tenido el Pixel 4a al lado en el vídeo que tenéis sobre estas líneas.
Algo que me gusta es que, en la pantalla de bloqueo, cuando la activamos, tenemos una serie de iconos de aplicaciones que podemos arrastrar unos milímetros para ver, sin desbloquear el móvil, una previsualización de la notificación. Además, está la típica personalización de Motorola que nos permite realizar ciertas acciones agitando el dispositivo, como activar la cámara o la linterna.,
¿Vais a poder jugar a videojuegos? Sí, aunque en los más potentes se nota la falta de soltura de un Snapdragon 622 que no deja de ser un SoC muy modesto (aunque tener que mover solo una resolución HD+ ayuda a lograr mejores resultados que si tuviera que mover un panel FullHD+).
Y más allá del rendimiento, algo que es calidad de vida es el chip NFC. Contrasta ver este chip en un terminal tan modesto y lo bueno es que con NFC podemos emparejar otros dispositivos y, además, pagar con el teléfono. Bien, Motorola, en este sentido.
Triple cámara, aunque sólo vamos a usar una
Como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren, el Moto G9 Play tiene tres cámaras. Bueno, tiene tres objetivos, pero realmente la configuración es de doble cámara. Por un lado contamos con el sensor principal de 48 megapíxeles f/1.7 que tiene un tamaño de píxel de 0,8 micras y un sensor de 1/2,0”. Cuenta con enfoque PDAF y gracias a la tecnología quad pixel -pixel binning- nos permite hacer fotografías de 12 megapíxeles con un tamaño de píxel mayor que el que tenemos a 48 Mpx.
Esto permite que hagamos fotos en condiciones de poca luz con algo más de calidad, aunque ahora hablaremos de esto. Por otro lado tenemos dos objetivos que… bueno, sirven para que Motorola diga que su móvil tiene triple cámara y no perder el tren del marketing. Uno es un sensor de profundidad de 2 megapíxeles f/2.4 que usamos en retratos y el otro es un macro que tampoco da para mucho debido a su resolución de 2 megapíxeles.
Es más, como la cámara principal cuenta con un enfoque bastante cercano, por calidad de color, textura, iluminación y nitidez, es más conveniente hacer fotos de cerca con el objetivo principal antes que con el macro, o también hacer fotos a 48 megapíxeles y realizar un recorte.
Os dejamos todas las fotografías realizadas estos días en este enlace (a resolución completa y sin comprimir), pero os dejamos unos ejemplos a continuación:
Me gustan los colores, me gusta la textura y son fotos que podemos usar, perfectamente, en redes sociales para compartir contenido o para inmortalizar momentos. No son fotos muy contrastadas, pero es algo que podemos retocar de manera fácil desde el propio móvil.
En retratos realiza un recorte correcto tanto con la cámara principal como con la frontal, aunque da la sensación de haber más software que hardware (el trabajo de ese tercer sensor que, supuestamente, calcula el desenfoque).
En el apartado de vídeo, podemos grabar a una resolución máxima de 1.080p a 60 fps y contamos con un modo en el que podemos activar la estabilización electrónica. Así es como está grabado el vídeo que tenéis sobre estas líneas.
La batería es el punto fuerte con dos días de uso y carga de 20 W
Llegamos al punto fuerte del Moto G9 Play, una clave que es, perfectamente, un motivo de compra. Y es que, la batería es esencial en cualquier tipo de dispositivo, pero el usuario que compra un terminal de esta gama es lo que va buscando.
Ya saben que no van a tener el móvil más potente por menos de 200 euros, ni las mejores cámaras ni la mejor pantalla. Buscan un móvil que resista el día a día y que no pida enchufe cada dos por tres, y lo cierto es que esa experiencia es la que tenemos con este móvil.
La batería es de 5.000 mAh, una cantidad considerable en esta gama y que está apoyada por dos elementos. Por un lado la pantalla, ya que la resolución HD+ es menos exigente con la batería que una resolución mayor, como la FullHD+ que encontramos en móviles de precio similar.
Por otro lado, aunque el SoC Qualcomm no es el más avanzado ni cuenta con la litografía más sofisticada, los 11 nanómetros y la potencia del mismo no hacen sufrir a la batería. La optimización del software también es buena, y al final todo eso se nota.
Concretamente, en nuestro día a día con redes sociales, Spotify y YouTube, alcanzamos los dos días de autonomía. No he conseguido ir más allá, pero un usuario que no consuma tantas redes sociales o música en streaming casi continuamente seguramente podrá estirar hasta los dos días y medio.
De hecho, la prueba de fuego ha sido el pasado fin de semana, cuando me llevé el móvil el viernes por la tarde y lo puse a cargar el domingo por la noche al regresar a casa… y solo para que no se quede cargando mientras duermo.
En una prueba más objetiva, el test de batería de PC Mark 2.0, baja del 100% al 19% con el 100% de brillo de pantalla en 15 horas y 17 minutos. Es una auténtica barbaridad y, realmente, viniendo de móviles con un consumo mucho mayor (Pixel 4a y Samsung Galaxy Note 20 Ultra -análisis-), lo he agradecido.
Sí, pierdo en muchísimas otras cosas (en el resto, de hecho), pero si queréis un móvil con muy buena batería, el Moto G9 es una opción más que válida.
Ahora bien, ¿qué pasa con la carga? En cuanto cogemos el cargador, sabemos a lo que nos atenemos porque la potencia de salida va serigrafiada en él. Buen punto para Motorola, ya que es algo que me gusta. Es un cargador de 20 W USB Tipo-C que nos permite cargar el 50% en una hora y el 100% en tres horas. Es una carga bastante lenta y claro que se habría agradecido más velocidad, pero al final esa carga lenta se compensa con una muy buena autonomía.
Un móvil para el día a día si no buscas rendimiento TOP, pero sí gran autonomía
Y llegamos al final del análisis del Moto G9 Play sabiendo que tenemos uno de esos móviles que no llaman la atención, pero que al final vende por nombre y, sobre todo, por características como la dilatada autonomía.
El Moto G9 Play es un terminal para ese usuario que quiere tener un sistema que permita mover aplicaciones del día a día con fluidez. WhatsApp, Telegram, Twitter, Instagram, Spotify y navegación web se desenvuelven sin problemas en el dispositivo.
Con aplicaciones algo más pesadas, el SoC sufre y vemos que tenemos que desactivar opciones gráficas en juegos o comernos tiempos de carga a la hora de guardar elementos pesados, como fotos que editemos en el propio terminal.
La pantalla tampoco es el punto fuerte debido a una resolución escasa para sus 6,5″ y, sobre todo, a un ghosting acusado, bajo brillo y colores algo planos. Sin embargo, esa resolución y el bajo consumo del SoC, así como los 5.000 mAh de batería, permiten que estemos dos días con un uso convencional sin pasar por el enchufe.
TSi es lo que necesitáis, un móvil para redes sociales con una muy buena autonomía, ni os lo penséis. Además, la cámara principal es solvente. Eso sí, por los mismos 179 euros que cuesta el moto G9 Play hay competencia dentro de la misma familia.
No tiene la misma autonomía, pero el Moto G8 Plus gana en pantalla y cámaras, aportando más calidad en el panel y más versatilidad en el apartado fotográfico.