Un análisis de los genomas mitocondriales de 35 mastodontes americanos sugiere que estas especies extintas migraron repetidamente a la latitud norte de Estados Unidos en respuesta al calentamiento interglaciar durante el Pleistoceno.
Los hallazgos, publicados en Nature Communications, podrían ayudar a los investigadores a comprender las potenciales respuestas ecológicas de las especies de hoy en día ante el calentamiento global.
Esas especies (Mammut americanum) habitaban ubicaciones boscosas y pantanosas en Norteamérica y sus restos se han encontrado por zonas subtropicales de Centroamérica hasta las latitudes del ártico de Alaska y Yukon.
Ciclos de periodos glaciales e interglaciares de los últimos 800 000 años han resultado, según apunta el estudio, en la expansión periódica de mantos de hielo por aproximadamente el 50 % de la tierra habitable de Norteamérica.
No obstante, no está claro cómo el mastodonte respondió ante esas fluctuaciones.
El experto Emil Karpinsky y un grupo de colegas de la universidad McMaster de Ontario, en Canadá, a cargo de la investigación, estudiaron muestras fósiles de huesos y dientes de mastodontes americanos de instituciones de Norteamérica y secuenciaron los genomas mitocondriales completos de 33 especímenes (e incluyeron otros dos genomas en su análisis).
Identificaron cinco grupos de mastodontes, de los que dos se originaron en la región del este de Beringia -que históricamente se unió a Rusia y América- y vieron que no se solapaban las edades de los especímenes de los grupos de esa zona y que probablemente los dos resultaron de expansiones separadas en esta región.
Los expertos creen que esto coincidió con los periodos interglaciares, cuando las condiciones climáticas respaldaban el establecimiento de bosques y pantanos.
Los autores vieron además que los mastodontes del norte tenían niveles menores de diversidad genética que los encontrados en grupos hallados en el sur de las capas de hielo continentales.
(Con información de EFE)