La DGT sigue alertando sobre los peligros que se pueden sufrir en carretera y uno de sus últimos mensajes hace referencia al «efecto elefante» que ocurre en colisiones.
El trabajo de difusión que realiza la DGT por Twitter durante el último año está resultando más que interesante. Además de avisos y noticias, también traslada consejos y advertencias sobre situaciones comunes que suelen darse en carretera con el objetivo de concienciar. La última que se ha mostrado hace referencia a algo que se denomina como el «efecto elefante».
Este efecto se produce por el simple hecho de la inercia que sufre una persona u objeto cuando está en el coche y carece de cinturón de seguridad o agarre. A causa de la velocidad, en caso de salir volando puede pasar de unas decenas de kilos a tener un peso de toneladas si choca con el conductor. El nombre viene de una campaña francesa cuyo lema recomendaba «No viaje con un elefante en el asiento trasero«.
Según los cálculos de la DGT, a 50 km/h un objeto o persona puede multiplicar por 40 su peso en caso de colisión. Si te sacude un bolso de 2 kg a esa velocidad, es como si pesase 80 kg.
Esta campaña que ha sido difundida por la DGT se ha centrado en lo que ocurre si la persona no lleva el cinturón de seguridad en el asiento trasero, pero también en esos objetos que en ocasiones se dejan ahí, cuando no son las mismas mascotas.
Por la inercia y el #efectoelefante, la fuerza con la que un objeto suelto dentro del #vehículo golpearía a cualquier ocupante se multiplicaría hasta por 40 veces su peso a 50 km/h.
Imagina si fuese un niño mal anclado o sin sujeción.
👉https://t.co/a8OrT3xK2N#ÁtateALaVida pic.twitter.com/XKDCFLNKzh
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) October 6, 2020
Si lo pensamos, seguro que todos hemos dejado alguna vez un objeto de forma despreocupada en el asiento trasero. Desde la DGT han hecho un cálculo con algunos objetos bastante comunes y comparado con animales. Por ejemplo, un portátil en su bolsa que pese 2,2 kg, en caso de accidente a 50km/h golpearía con el conductor como si fuese un jabalí de 85 kg; y a 90 km/h como si fuese un oso de 275 kg.
De ese símil con animales nace el llamado «efecto elefante» que nos da qué pensar sobre las temeridades que cometemos al volante sin darnos cuenta y cómo podemos solucionarlas a veces con un simple cambio de rutina.