Sony Alpha 7C, análisis y opinión | Tecnología

Pocos se esperaban en 2018 que una sola cámara iba a alcanzar las cotas de ventas que Sony ha logrado con su Sony Alpha 7 Mk III, una cámara con sensor de formato completo muy bien dotada a nivel tecnológico. Sony repetía su hazaña en su gama APS-C con la Sony Alpha 6600.

Ante el paso hacia adelante que dio la gama APS-C, el siguiente paso que esperábamos era que la gama A7 diera un paso hacia abajo para acercarse a esa frontera entre ambas gamas. Eso es precisamente lo que aporta la Sony Alpha 7C que nos disponemos a analizar. En ella encontramos todas las prestaciones y tecnologías de una Sony A7III en el cuerpo compacto de una Alpha 6600 que ya analizamos hace algunos meses.

El nuevo concepto de cámara compacta con sensor Full Frame viene avalada con un nuevo objetivo 28- 60 mm f/ 4- 5.6 de unas dimensiones y peso muy contenidos que casa a la perfección la filosofía del formato.

  Sony Alpha 7C Sony Alpha 7 Mk III Sony Alpha 6600
Dimensiones 124 mm x 71,1 mm x 59,7 mm/ 509 gramos (sólo cuerpo) 127 mm x 96 mm x 74 mm / 650 gramos (sólo cuerpo) 120 mm x 66,9 mm x 69,3 mm / 503 gramos (sólo cuerpo)
Sensor CMOS Exmor R Full Frame | 24,2 Mpx CMOS Exmor APS-C | 24,2 Mpx CMOS Exmor APS-C | 24,2 Mpx
Pantalla LCD 7,5 cm (tipo 3.0) TFT panorámico| Abatible y rotatoria | táctil 921.600 puntos 7,5 cm (tipo 3.0) TFT panorámico | Pantalla abatible | táctil 921.600 puntos 7,5 cm (tipo 3.0) TFT panorámico | Pantalla abatible | táctil 921.600 puntos
Sistema de enfoque Automático híbrido (enfoque detección de fase/contraste) | 693 puntos de enfoque Automático híbrido (enfoque detección de fase/contraste) | 693 puntos de enfoque Automático híbrido (enfoque detección de fase/contraste) | 425 puntos de enfoque
Visor XGA OLED de 1,0 cm (tipo 0,39) | 2.359.296 pixeles XGA OLED de 1,3 cm (tipo 0,5) | 2.359.296 pixeles XGA OLED de 1,0 cm (tipo 0,39) | 2.359.296 pixeles
Velocidad de obturación De 1/4.000 a 30 segundos De 1/8.000 a 30 segundos De 1/4.000 a 30 segundos
Estabilización Sensor de imagen de 5 ejes | 5 pasos Sensor de imagen de 5 ejes | 5 pasos Sensor de imagen de 5 ejes
Autonomía Batería recargable NP-FZ100 | Hasta 740 disparos o 140 minutos de vídeo Batería recargable NP-FZ100 | Hasta 610 disparos o 150 minutos de vídeo Batería recargable NP-FZ100 | Hasta 810 disparos o 150 minutos de vídeo
Conectividad Zapata de interfaz múltiple | USB C 3.2 | WiFi | NFC | Bluetooth 4.1 | Toma de auriculares | Toma de micrófono Zapata de interfaz múltiple | micro USB | WiFi | NFC | Bluetooth 4.1 | Toma de auriculares | Toma de micrófono Zapata de interfaz múltiple | micro USB USB C 3.2 | WiFi | NFC | Bluetooth 4.1 | Toma de auriculares | Toma de micrófono
Precio 2.099 euros solo el cuerpo, o 2.400 euros en kit con el objetivo Sony E 28-60 mm f/4-5.6 OSS 1.899 euros solo el cuerpo, o 2.113 euros en kit con el objetivo Sony E 28-70 mm f/3.5-5.6 1.376 euros solo el cuerpo, o 1.769 euros en kit con el objetivo Sony E 18-135 mm f/3.5-5.6 OSS

Análisis de la Sony Alpha 7 C por apartados:

Dimensiones contenidas y una estética retro muy atractiva

Una de las primeras cosas que llama la atención en esta pequeña Full Frame es su estética algo inusual en los modelos de Sony, que acostumbra a ser muy purista en esto de los diseños de las cámaras, y acostumbran a vestir a sus nuevas cámaras de un riguroso negro.

En la Sony A7C, en cambio, la opción más atractiva es la formada por un acabado bicolor en el que la parte superior de la cámara y una pequeña parte del frontal son de color plateado que hace un guiño a lo vintage, pero que no descuida esa estética sobria y elegante característica de las cámaras Sony.

 

 

La textura que recubre la empuñadura también se ha dotado de un nuevo acabado que dibuja un patrón de pequeños puntos y ofrece una gran seguridad en el agarre al transmitir un tacto ligeramente gomoso que se sienta segura en la mano.

Sus 124 x 71,1 x 59,7 mm y los 509 gramos también ayudan a transmitir la sensación de mantener un control constante de la cámara al tratarse de un cuerpo muy manejable.

La ergonomía de la cámara de Sony es realmente buena para su tamaño, y sigue la senda que ya vimos en nuestro análisis de la A6600 con una empuñadura generosa que servía como cobertura para alojar una batería de mayor capacidad.

El agarre resulta muy cómodo con el nuevo objetivo compacto que ha presentado Sony, pero también con objetivos de mayor tamaño ya que, a pesar de sus reducidas dimensiones, no debemos olvida que se trata de una cámara de formato completo con todas las de la ley y, en ella, puede montarse cualquier objetivo de la bayoneta E de Sony.

A pesar de su tamaño compacto, distintos detalles en su diseño revelan que no nos encontramos ante un nuevo miembro de la familia A6000. Uno de los que más llama la atención es toda la parte superior, que no solo aporta cambios en el acabado, disponible en el precioso bicolor que luce la unidad que estamos analizando, y completamente en negro para los más tradicionales.

En la parte superior Sony juega con el efecto óptico que produce este acabado metalizado y, en lugar de ofrecer una superficie plana, como en la A6600, dibuja distintos escalones y la zona cromada no cubre todo el grosor, sugiriendo visualmente que la cámara es más estrecha de lo que realmente es.

Aquí destaca la presencia de la zapata activa multidispositivo para flashes, sistemas de sonido y micrófonos, situada en una posición centrada. A su derecha, en un nivel algo más bajo, encontramos la rueda de modos, el dial de exposición escorado en la esquina, un nuevo botón de grabación de vídeo más accesible y el botón de disparo con el interruptor de encendido integrado.

Si nos vamos a la trasera, lo primero que encontramos es el visor electrónico desplazado a la esquina izquierda al más puro estilo A6600. La Sony A7C repite con el visor electrónico OLED de 2.359.296 puntos que ya vimos en la Alpha 6600.

La experiencia de uso de este visor ha sido uno de los puntos menos convincentes de esta nueva cámara. No nos hemos terminado de encontrar cómodos con él en varios aspectos. El primero de ellos es desde el punto de vista ergonómico con la ausencia de una visera de goma que no ayuda a acomodar el ojo al mirar por el visor como sí sucede tanto en la Sony A7 e incluso en la A6600.

El visor OLED ofrece una buena calidad de imagen pero, de nuevo, el tamaño del visor se antoja algo reducido y no es tan fácil de leer como sí lo es en la A7 III. El caso se agrava si llevas gafas, ya que el visor queda más retirado del ojo y obliga a “asomarse” a las esquinas del visor para consultar la información.

La disposición de los botones de la A7C se mantiene en la misma línea de las A6600 con dos botones de revisión y borrado en la equina inferior derecha, el pad circular que permite configurar distintos parámetros al usar esta rueda como una cruceta.

Al deslizar el anillo permite cambiar y seleccionar los valores de configuración en los menús. Un botón de Fn y el de enfoque AF completan los botones de esta sección. Sobre este botón se encuentra la única rueda de ajuste que permite controlar ajustes básicos como la velocidad de obturación o la apertura.

En líneas generales son los mismos que en la A6600, pero se echan de menos algunos botones programables de acceso directo como los que encontramos en la A7III, que permiten acceder rápidamente a determinados ajustes para configuración de la cámara antes de hacer la foto (balance de blancos, el modo de enfoque, etc,…).

Nos habría gustado contar con una segunda rueda en la parte frontal de la empuñadura, tal y como la tiene la A7 III, haciendo más intuitivo y sencillo el manejo de los ajustes de la captura.

El botón de Menú se desplaza a una posición centrada sobre la pantalla. Pantalla que se ha convertido en uno de los principales atractivos de esta cámara.

Tras lanzar la Sony ZV-1, que ya pasó por nuestras manos, y la nueva versión de la A7S III para vídeo, Sony parece haberle cogido el gusto a las pantallas articuladas y giratorias que permiten al usuario verse mientras se está grabando o haciendo selfies, algo que no podemos más que aplaudir. ¡Ya era hora Sony!

Esta es una pantalla de 3 pulgadas con 920.000 puntos de resolución. A todas luces es idéntica a la que Sony ha venido montando en sus cámaras, por lo que pocas novedades al respecto, ofreciendo una vista previa bien definida y con un brillo destacable incluso a pleno sol.

Lo que esta pantalla no ha integrado son las funciones táctiles de selección más allá de las funciones de enfoque. Es algo que ya incorpora la Sony A7S III en su nueva iteración, haciendo mucho más intuitivo su uso.

A algunos usuarios les habría gustado encontrar un joystick en la parte trasera desde el que controlar el sistema de enfoque como el que encontramos en la A7 III, sin embargo, esta Sony A7C utiliza el mismo sistema que su hermana menor en APS-C, y puede controlar el punto de enfoque desde la pantalla táctil mientras se mira por el visor como si fuera el trackpad de un portátil.

Al ser algo más gruesa que la A6600, Sony ha podido rediseñar el lateral izquierdo donde se concentran todas las conexiones en distintos compartimentos que permiten proteger mejor estos conectores cuando no están en uso.

Al abrir la compuerta central nos encontramos con la ranura para una sola tarjeta SD, en lugar de las dos ranuras que integra la A7III. Detalles como ese demuestran que Sony no ha pensado en esta Sony A7 C como una cámara con un perfil tan profesional como la A7 III en la que las dos ranuras proporcionaban un respaldo adicional.

En la compuerta superior encontramos el jack para el micrófono, mientras que en la parte inferior se ubica el conector de 3,5 mm para auriculares con los que monitorizar el audio que capta la cámara. Además también encontramos un conector micro HDMI y un USB C con funciones de carga.


La Sony A7C es la cámara con sensor de formato completo más compacta del catálogo de Sony. Cuenta con un sensor FullFrame de 24 megapíxeles, pantalla abatible y el excelente sistema de enfoque de Sony, y todo con un peso de 509 gramos y el tamaño de una cámara APS-C.

En la parte inferior encontramos el compartimento para la batería NP-FZ100 que ofrece una autonomía realmente impresionante. Las gomas y aislantes que encontramos en distintos puntos revelan que el cuerpo de la cámara, al igual que el nuevo objetivo, están sellados contra el polvo y salpicaduras

En el frontal el protagonismo se lo lleva el nuevo objetivo con focal 28-60 mm que logra unas dimensiones muy ajustadas, pero que no transmite la calidad premium del resto de objetivos por los materiales en los que ha sido fabricado en pos de lograr el menor peso posible.

A nivel interno no se ha escatimado en materiales y tanto la montura como el interior son metálicos, mientras que para el resto se ha optado por una construcción externa en plástico.

Ofrece un sistema de lentes retráctil que, para alcanzar su mínima expresión, debe llevarse el anillo de zoom manualmente en una determinada posición para que el objetivo quede completamente recogido protegiendo así las lentes.

Un paso atrás a los laberínticos menús de Sony

Nos consta que crear un menú en el que estén accesibles tantas funciones y ajustes como las que permite esta cámara de Sony no debe ser algo sencillo. Sin embargo, no pedimos algo que no se haya hecho ya en modelos como la A7S III que se presentó hace un par de meses.

En este modelo, Sony reorganizó sus menús de una forma más intuitiva y los dotó de opciones táctiles que permitían al usuario navegar hasta el ajuste que quería modificar con solo unos toques en la pantalla.

Todo apuntaba a que esta A7C iba a continuar con esa línea, pero nos tememos que, con motivo de incompatibilidades con el procesador BIONZ X que monta la Sony A7C, esto no ha podido ser posible.

Por ese motivo, el usuario de esta Sony A7C deberá seguir lidiando con unos laberínticos menús de Sony que pueden suponer una pesadilla para los usuarios menos experimentados.

Nos da la sensación de que en esta cámara Sony ha dado un paso atrás en esa evolución hacia unos menús más fáciles de usar.

La distribución de los menús es uno de los puntos débiles históricos de Sony y el hecho de haber reducido el número de botones de acceso directo a las opciones de configuración obliga a navegar por estos menús más frecuentemente o a hacer uso de los paneles de funciones en pantalla.

Por suerte, las últimas versiones de estos menús incluyen una breve descripción de la función de ese ajuste al pulsar el botón Eliminar. El problema es que, en ocasiones, la descripción es tan poco esclarecedora como el enunciado.

Es cierto que semejante cantidad de páginas y apartados de configuración complica su uso y requiere una curva de aprendizaje mayor, pero una vez se conoce (aproximadamente) la ubicación de cada opción, contar con un control tan exhaustivo de cada función permite afinar mucho el funcionamiento de la cámara.

El enfoque de Sony sigue en plena forma y su sensor a la altura

Pasamos a analizar qué tal ha sido el rendimiento de esta Sony A7C, aunque lo cierto es que pocas novedades a comentar por aquí. La Sony A7C no es una cámara en la que Sony se haya empleado a fondo para revolucionar su sistema de enfoque o añadir funciones disruptivas.

Lo que cabe esperar de esta cámara es el mismo buen comportamiento que ofrecen las Sony A7 III, pero con un formato más compacto y ligero. Y eso es exactamente lo que nos hemos encontrado en esta Sony A7C.

En lo que se refiere a calidad el sensor de la Sony A7C comparte las mismas prestaciones que el de la Sony A7 III, pero no es exactamente el mismo sensor, ya que aquí encontramos un sensor CMOS de 24,2 megapíxeles BSI (Back-Side Illuminated) o sensor retroiluminado.

Esta tecnología básicamente se trata de cambiar la posición de la circuitería del sensor para que la luz incida directamente sobre la superficie fotosensible del sensor, por lo que su comportamiento en baja luz debería ser sensiblemente mejor que su homónimo integrado en la A7 III.

Sony lleva muchos años usando este tipo de sensores por lo que le tiene muy bien cogida la medida y esta Sony A7C ofrece una calidad de imagen y un nivel de detalle sobresaliente, controlando muy bien la aparición de ruido en situaciones en las que se hace obligado el uso de ISO alto, comportándose de forma brillante con valores superiores a los 12.800 ISO.

Desde este enlace puedes descargar algunas muestras originales tal y como han salido de la cámara para que puedas comprobar su calidad.

La colorimetría es otro de los pilares en términos de calidad para esta Sony A7C, que ofrece un rango dinámico amplio y un tratamiento de color con tonos de piel realista y una entrega de JPG muy afinada.

La cámara es solo el 50% en lo relacionado con la calidad, por lo que también debe tenerse en cuenta la calidad óptica del objetivo. En este caso, el compañero elegido ha sido el nuevo objetivo compacto que se incluirá en forma de kit.

En nuestras pruebas hemos podido constatar que en el proceso de compactación de esta lente no se ha sacrificado un ápice de calidad óptica y ofrece un rendimiento excelente tanto en velocidad de enfoque como en nitidez en todo el rango focal y aperturas. Además, al contar con un diafragma de 7 palas ofrece un bokeh muy agradable.

Obviamente siempre queda espacio para el debate sobre la elección de una focal de 28 mm para una cámara que puede ser usada como cámara para autograbarse por ser algo larga y cerrar el encuadre más de lo deseable, e incluso de ser una lente poco luminosa.

Sin embargo, de lo que no cabe discusión alguna es del buen rendimiento que ofrece esta lente, tanto en fotografía como en vídeo, mostrando un enfoque rápido, silencioso y decidido.

Sin dejar de lado el tema del enfoque, en la Sony A7C encontramos el mismo sensor Exmor R que monta el resto de la gama A7 y que les ha servido para posicionarse como las cámaras de formato completo más populares de los últimos años, que además se potencia con 693 puntos de enfoque.

Los modos de enfoque automático son muy precisos y rápidos y permiten seguir a un sujeto por todo el encuadre sin dudar con microenfoques y, sobre todo, sin perder el enfoque.

Para conseguirlo la Sony A7C combina distintos modos detección que van desde el enfoque continuo con seguimiento al ojo para humanos y animales tanto en fotografía como en vídeo, hasta reconocimiento de cara o detección de movimiento.

Esto significa que cuando la cámara detecta una cara humana o de animal, fija el punto de enfoque en uno de los ojos y lo sigue en el movimiento para que permanezca enfocado en todo momento. Si el sistema pierde la referencia al ojo, pasa a la detección de cara y si también la pierde, pone a trabajar los 693 puntos de enfoque para identificar el movimiento y seguirlo.

En nuestras pruebas hemos contado con la colaboración de una amiguita peluda de cuatro patas a la que hemos hecho una ráfaga de unas 100 fotos en la que el enfoque al ojo se ha mantenido activo mientras la protagonista jugaba y el resultado es impresionante.

La variante para humanos de este sistema de enfoque es uno de los principales argumentos de la A7 III entre los creadores de contenido que necesitan mantenerse enfocados mientras hablan a cámara. En la A7C el sistema de enfoque se mantiene e incluso se mejora ligeramente con algunos añadidos para acercarse al rendimiento de enfoque de la A7R IV.

Es el caso del control de transiciones, que permite configurar la velocidad a la que el sistema de enfoque cambia de un punto a otro, creando un efecto más cinematográfico y no tan brusco como un sistema de enfoque tradicional.

La Sony A7C soporta grabación de vídeo con una resolución 4K a 24 con un muestreo de color de 8 bits 4: 2: 0, aunque para obtener una cámara lenta de calidad habrá que bajar el listón al 1080p con 120 fps.

Tampoco podemos olvidarnos del sistema de estabilización de cinco ejes en un sensor de formato completo integrado en un cuerpo tan compacto. Todos estos retos por separado ya suponen muchas limitaciones, pero juntos, se convierte en un muro insalvable.

A pesar de ser de cinco ejes, el sistema de estabilización de Sony no está al nivel de los que ofrecen otras marcas. Estabilizar un sensor tan grande, con una montura tan ajustada y en un cuerpo en el que, literalmente, no hay mucho espacio para moverse, no debe ser nada fácil.

Esa puede ser la explicación por la que el sistema de estabilización de Sony no deja de ser anecdótico en los videos que salen directamente de la cámara. Sin embargo cuenta con una as en la manga para conseguir una estabilización más precisa en postproducción.

Cada archivo de vídeo se acompaña con una serie de metadatos de un giroscopio que se ayudan a que un programa de edición de vídeo de Sony pueda usarlos para estabilizar el vídeo en postproducción.

No creemos que esta sea una solución adecuada para el público a la que va dirigida la A7C, que probablemente quiera disfrutar de un contenido lo más acabado posible directamente desde la cámara. Sin duda, la estabilización en vídeo no es el punto más fuerte de esta Sony A7C.

Donde sí es importante esta estabilización es en el apartado fotográfico en condiciones de baja iluminación en las que el obturador debe permanecer abierto durante más tiempo para captar más luz. Aquí es donde esta estabilización puede marcar la diferencia entre una foto trepidada y una foto nítida, .

Más de 700 fotos sin preocuparte por el cargador

Una de las cosas que Sony ha venido haciendo muy bien con respecto a su competencia es la optimización en el consumo energético de sus cámaras. Esto se une a unas baterías de gran capacidad que ofrece una autonomía de uso muy larga.

Sony decidió utilizar sus baterías NP-FZ100 de 2.280 mAh en toda la gama de cámaras Alpha y a la Alpha A6600, lo cual ha facilitado que las cámaras más reducidas puedan alcanzar unas cifras de disparos realmente altas.

Las especificaciones hablan de más de unos 740 disparos, aunque esa cifra depende mucho del uso de sistemas de enfoque automáticos o manuales, uso del visor o la pantalla, frecuencia de enfoque, etc.

En nuestro caso, la cifra de disparos con una sola carga no bajó en ningún caso de 650 disparos, incluyendo ráfagas de hasta 10 fps que permite la Sony A7C y grabación de varios clips y pruebas de vídeo. En todas nuestras salidas fotográficas la cámara aguantó hasta el final sin necesitar una carga.

Esta es una autonomía de uso que se sitúa en la misma línea que ya vimos en el análisis de la Sony a6600 y muy por encima de cámaras de otras marcas como Olympus, Panasonic o Fujifilm que no ofrecen cifras mucho más allá de los 450 o 500 disparos.

Toda la garra de las Alpha A7, en un formato compacto y con algunas renuncias

Ponemos punto final a este análisis de la Sony A7C con la satisfacción de habernos divertido mucho con esta cámara.

Nos ha gustado el concepto de tener todas las prestaciones de una cámara de formato completo como la A7 III, que muchos profesionales usan para desarrollar su trabajo, en un formato más compacto y ligero que no obliga a cargar con una cámara pesada y que, con el nuevo objetivo de 28-60 mm lo convierten en un equipo sensacional para viajes e incluso para fotografía callejera.

No vamos a incidir más en el sistema de enfoque que hace que puedas confiar en que los vídeos van a quedar bien enfocados, algo que empuja y motiva todavía más a los usuarios que quieren iniciarse en la creación de contenidos haciéndolos más productivos.

La pantalla articulada y giratoria también le hace ganar muchos enteros en este sentido, permitiendo comprobar el estado de la grabación, el enfoque o el encuadre de una forma mucho más sencilla y rápida.

En este análisis también hemos descubierto ciertas cosas de la Sony A7C que no nos han gustado tanto y hace que el usuario deba renunciar a determinados detalles que parecían ya cosa del pasado.

Por ejemplo, hablamos del visor electrónico, claramente insuficiente para esta cámara, que podría haber mejorado su uso con solo adaptar el mismo visor y visera que encontramos en la Sony A6600.

También hemos echado de menos los accesos directos y la rueda de ajuste en el frontal, que mejora considerablemente la usabilidad de la cámara sin tener que despegar el ojo del visor para buscar los distintos ajustes en los laberínticos menús que Sony se resiste a jubilar.

Sin embargo, el mayor obstáculo lo encontramos en su precio, factor decisivo durante su el proceso de decisión de compra y que, fuera de contexto, puede crear una cierta confusión en el usuario.

¿Cómo es posible que una cámara como la A7 III que coincide en la mayoría de prestaciones con esta A7C, cueste una media de 200 euros menos? ¿Merece la pena el desembolso adicional de esos 200 euros por una pantalla giratoria y apenas 140 gramos menos?


La Sony A7C es la cámara con sensor de formato completo más compacta del catálogo de Sony. Cuenta con un sensor FullFrame de 24 megapíxeles, pantalla abatible y el excelente sistema de enfoque de Sony, y todo con un peso de 509 gramos y el tamaño de una cámara APS-C.

La Sony A7C se pone a la venta por un precio de 2.099 euros solo el cuerpo, o 2.400 euros en kit con el objetivo Sony E 28-60 mm f/4-5.6, mientras que la A7 actualmente se puede encontrar 1.899 euros solo el cuerpo, o 2.113 euros en kit con el objetivo Sony E 28-70 mm f/3.5-5.6.

No es una diferencia muy grande en precio, pero sí puede ser decisiva para que los usuarios de la A7C prefieran pagar un poco más por un diseño mucho más atractivo y compacto, o prefieran la practicidad de una A7 III. Las decisiones en fotografía no siempre se hacen con el cerebro. La fotografía es un arte y el corazón también tiene mucho que decir en ello.

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