Para dar con la mejor idea, primero es necesario desechar otras muchas. En la historia de la NASA nos encontramos con un gran número de éxitos, grandes momentos estelares que la mayoría de la humanidad recuerda fácilmente. Sin embargo, en su cronología también se han ido quedando muchos proyectos abandonados.
Los proyectos que os vamos a explicar en este artículo no llegaron a buen puerto, se cancelaron y quedaron guardados en los archivos de la agencia a la espera de que alguien los rescate. Misiones de larga distancia o propuestas para nuevas formas de exploración, algunas de las cuales llegaron a tener fecha de lanzamiento y todo preparado cuando se vinieron abajo.
Los motivos por los que se cancelaron son varios, como podréis comprobar. Algunas propuestas requerían de una tecnología muy compleja o simplemente no eran buenas ideas, pero principalmente estos proyectos requerían una inversión monetaria demasiado alta y se toparon con el cambio de rumbo de los dirigentes de Estados Unidos en ese momento que tenían otras prioridades.
Canceladas o simplemente abandonadas, todas estas ideas tienen algo en común, cualquier día pueden regresar a primera línea. Basta con que una persona las considere una buena idea de nuevo, que la tecnología actual salve los obstáculos de aquella época o que se cuente con el presupuesto adecuado. Algunas, incluso, han visto cómo se creaban en los últimos años proyectos muy similares bajo otro nombre y con ciertos cambios que los hacen más propicios.
Los proyectos cancelados de la NASA:
NERVA: El cohete nuclear para llegar a Marte
Después de haber conquistado la Luna, la agencia espacial estadounidense puso su foco en el planeta rojo. El reto era enorme, debía conseguir cohetes más potentes para llegar a Marte en el menor tiempo posible. Aquí es cuando entró la idea de crear un cohete propulsado con energía nuclear.
En la década de los 50 la energía nuclear estaba creciendo en popularidad. Esto llevó a la NASA a poner en marcha NERVA (Nuclear Engine for Rocket Vehicle Application) un motor de propulsión nuclear que tenía como misión llevar a los astronautas hasta el planeta vecino en cuatro meses de viaje.
Las pruebas tuvieron tanto éxito que en agosto de 1969, se propuso enviar a 12 hombres a Marte a principios de la década de 1980 utilizando motores de cohetes desarrollados a partir de NERVA. Pero esto nunca llegaría a ocurrir.
El proyecto fue cancelado en 1972 tras años de recortes en el presupuesto de la NASA. Por aquel entonces Estados Unidos necesitaba toda su concentración y dinero en la Guerra de Vietnam. Ese mismo año Apollo 17 cerraba una etapa de exploración y misiones a la Luna. El presidente Nixon decidió centrar los recursos de la NASA en la órbita terrestre y el programa del transbordador espacial.
Sin embargo, en la NASA no tiran nada a la basura, todo queda registrado para cuando la ocasión lo permita, retomar los proyectos. A principios de esta década se comenzó a hablar del proyecto Prometheus, un fiel sucesor de NERVA y en 2017 confirmaron que la NASA había destinado una partida presupuestaria a estudiar el desarrollo de la energía termonuclear.
Soldados y armas espaciales
La idea de contar con fuerza militar en el espacio no es nada nueva, muchos políticos y militares la han propuesto en Estados Unidos, muchos de ellos del Partido Republicano. Barry Goldwater fue uno de ellos, que en 1964 se presentaba a la presidencia del país. «Estoy convencido de que el destino del hombre es entrar al espacio, y que quien controla el espacio abierto que nos rodea está en condiciones de controlar la tierra», dijo el que era senador de Arizona.
The first #SpaceForce utility uniform nametapes have touched down in the
Pentagon. @EsperDoD @SecAFOfficial @SpaceForceCSO @GenDaveGoldfein @DeptofDefense@usairforce pic.twitter.com/mzr6FAZBwt— United States Space Force ➐……………. ᵖᵃʳᵒᵈʸ (@SpaceCorpsUS) January 18, 2020
El último en mencionar esta posible Star Wars ha sido Donald Trump. El actual inquilino de la Casa Blanca ha creado la Fuerza Espacial del Ejército de EEUU, cuyo cuerpo militar espacial ya tiene uniforme, aunque este ha despertado bastantes burlas.
Antes que Trump y que Goldwater, otros pensaron que sería una gran idea y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos propuso la creación del Laboratorio en órbita tripulado (MOL). El objetivo de este proyecto era probar la utilidad militar que supone tener seres humanos orbitando la Tierra.
Todo estaba listo para que en diciembre de 1969 se realizará el primer lanzamiento del MOL pero se terminó retrasando hasta el otoño de 1971. No llegaron a esa fecha, el programa fue cancelado por el secretario de Defensa Melvin R. Laird en 1969. El coste era demasiado alto, habían tenido que aumentar el presupuesto a 3 mil millones de dólares y ya habían gastado 1,3 mil millones.
Algunos de los astronautas militares seleccionados para el programa terminaron trabajando para la NASA y volando en el transbordador. Uno de ellos fue el administrado espacial desde 1989 hasta 1992 Richard Truly.
De momento, sí tenemos varias personas orbitando alrededor de la Tierra, pero son astronautas de todo el mundo realizando ensayos científicos en beneficio de la ciencia y no de la fuerza militar de un único país.
Destino Alpha Centauri
La estrella más cercana a la Tierra es en realidad un sistema formado por tres estrellas, Alpha Centauri. De esas tres, las dos principales son Alpha Centauri A y Alpha Centauri B, que forman un sistema binario. Se encuentran a aproximadamente 4,3 años luz de la Tierra. La tercera estrella es Próxima Centauri que está a unos 4,22 años luz de la Tierra y es la estrella más cercana después del Sol.
De entre los destinos que los ingenieros de la NASA se han planteado alcanzar, Alpha Centauri es uno de ellos. Esta idea se recogía en el Proyecto Longshot que consistía en lanzar una sonda no tripulada hasta la estrella a principios del siglo XXI.
La sonda se ensamblaría en la estación espacial y tardaría aproximadamente 100 años en llegar a la estrella más cercana. Para ello era necesario desarrollar varias tecnologías, la más importante era una unidad de microexplosión de fusión pulsada con 1.000.000 segundos de impulso específico.
También se necesitaba un reactor de fisión grande y de larga duración con una potencia de salida de 300 kW. Los láseres de comunicaciones utilizarían una longitud de onda de 0,532 micrómetros, ya que las estrellas tienen una potencia mínima de salida en esa banda de frecuencia. Un láser con una potencia de entrada de 250 kW permitiría una velocidad de datos de 1000 bits por segundo en el rango máximo.
Aún así, el proyecto nunca pasó de la primera etapa de planificación, ni siquiera se llegaron a materializar las tecnologías y elementos que compondrían la nave. No se sabe si fue un problema de presupuesto, algún proyecto más importante que desbancó esta idea o simplemente que era demasiado compleja para la época.
Un paseo por Marte y Venus
A día de hoy la NASA sigue trabajando en la misión que acercará a los seres humanos a Marte, pero está idea no es nada nueva, tras el programa Apollo y sus sucesivas misiones en la Luna, el siguiente objetivo siempre ha sido el planeta rojo, como ya se ha demostrado en otros proyectos fallidos de los que hemos hablado antes.
A mediados de la década de los 60, el Planetary Joint Action Group, un consorcio de científicos e ingenieros de toda la agencia, propuso sobrevolar Venus y Marte. Es más, dos ingenieros desarrollaron un plan que incluía a cuatro astronautas del programa Apollo, los cuales se acercarían a Marte y Venus en un viaje de 800 días.
Es posible que en unos años veamos a los primeros seres humanos aterrizar en la superficie roja de Marte, pero en los años 80 esta idea no pasó del papel. A veces las ideas no están destinadas a figurar en la lista de hitos de la exploración espacial.
Internet entre planetas
En este artículo de 2005 en la revista Space se puede ver los planes que se tenían para el Mars Telecommunication Orbiter, primera nave espacial interplanetaria cuya misión principal es proporcionar servicios de comunicaciones a otras misiones.
Esta nave debía lanzarse en 2009 y orbitar Marte a una distancia mayor que el resto, unos 4.500 kilómetros. Desde allí se comunicaría con la Tierra a través de dos bandas de radio y una nueva terminal de comunicaciones ópticas, era una demostración increíble del uso del rayo láser de infrarrojo cercano para las comunicaciones interplanetarias.
Se trata, a fin de cuentas, de una forma de mejorar las comunicaciones entre ambos planetas y facilitar la tarea a las futuras misiones. El Mars Telecommunications Orbiter tendría velocidades inferiores a 56K,no serviría para consultar Facebook desde Marte, pero sí para mantener la conexión con cualquier otra nave o rover.
No obstante, como todas las demás ideas de este artículo, se terminó por cancelar. No hubo un problema de presupuesto o tecnológico, al contrario, había dinero y tenían la tecnología, pero en otras naves. Se terminó por descubrir que las misiones Mars Express y Mars Reconnaissance Orbiter tenían equipos de comunicaciones más que suficientes para realizar el trabajo y este proyecto ya no era necesario.
El laboratorio móvil de la Luna
Cada vez vemos más cerca la base lunar en la que vivirán los primeros astronautas en la Luna. Sí, ya la hemos visitado bastantes veces, pero no hemos pasado mucho tiempo en ella. Esta es la que se conoce como Misión Artemisa, pero muchos años antes de que se presentará esta misión, la NASA ya había pensado en lo que haría falta para vivir allí arriba.
Una de las propuestas fue un laboratorio gigante con ruedas, un rover con el que circular por la superficie del satélite recogiendo muestras y estudiándolas, un 2 en 1. Los vehículos de la NASA siempre han sido un tanto peculiares, pero este podría ser el más extravagante. MOLAB, así se llamaba, se diseñó como un hábitat para los astronautas que tuvieran que explorar la superficie de la Luna, una especie de caravana lunar.
Para su construcción, la NASA contrató a General Motors que se encargó de hacer realidad el MOLAB. Estaba propulsado por un motor Corvair modificado, podría albergar a un par de astronautas dentro de su cabina de 13 metros cuadrados por unas dos semanas de tiempo.
Antes de que cancelarán el proyecto, el MOLAB estuvo en funcionamiento durante 6 años con pruebas en el desierto de Nuevo México, incluso, sirvió al Servicio Geológico de los Estados Unidos y realizó un trabajo pionero en el mapeo de depósitos minerales y la toma de muestras de suelo.
Fue un proyecto histórico para la época, pero implicaba algunas dificultadas, la primera era su tamaño. Media unos 6 metros de altura, imposible llevarlo en una nave hasta la Luna de una sola pieza en los cohetes de aquel momento. El proyecto MOLAB fue cancelado por completo en 1968.