Siete meses de restricciones no han conseguido doblegar la curva de contagios por coronavirus en Argentina, un país que superó este lunes la frontera del millón de casos sin que todavía haya visto la luz al final del túnel, con 26.716 fallecidos y una situación económica y social cada vez más crítica.
Según los últimos datos del Ministerio de Salud nacional, el país acumula 1.002.662 positivos por covid-19, de los cuales 803.965 se han recuperado y otros 159.695 son casos confirmados que permanecen activos.
En ese sentido, y teniendo en cuenta que la media de contagios diarios en los últimos 7 días es de 14.133, Argentina es el segundo país latinoamericano y el quinto del mundo en romper esta barrera numérica.
UN VIRUS QUE AVANZA POR TODO EL PAÍS
Las restricciones instauradas por el Gobierno argentino el pasado 20 de marzo consiguieron controlar la propagación de la COVID-19: mientras otros países de la región como Perú, Chile o Brasil veían crecer sin control el número de casos y muertes, durante los primeros meses de la pandemia Argentina limitó el brote al área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la zona más densamente poblada del país.
Sin embargo, el virus logró traspasar las fronteras del AMBA y se expandió, poco a poco, por las provincias del interior, muchas de las cuales habían dejado atrás en junio la etapa de «aislamiento social, preventivo y obligatorio» para encaminarse a otra de mayor flexibilización, conocida como «distanciamiento social, preventivo y obligatorio».
Si en el sexto mes del año la capital argentina y su populoso cinturón urbano concentraban más del 90 % de casos de covid, hoy ese porcentaje apenas es del 27,5 %, de forma que las provincias representan un 72,5 % de las nuevas infecciones por coronavirus, con Santa Fe, Córdoba y Tucumán a la cabeza.
En el caso de Buenos Aires, la capital alcanzó el «pico» en agosto y desde entonces ha bajado lentamente la curva de contagios, con apenas 557 positivos este lunes, siendo la única región argentina, junto con las provincias de Salta y Jujuy, en donde el número de casos descendió de forma plausible en las últimas fechas.
«La curva está en un lento pero sistemático descenso desde la última semana de agosto hasta el día de la fecha», aseveró este lunes el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós.
MÁS MUERTOS POR MILLÓN DE HABITANTES
Actualmente, Argentina está entre los países latinoamericanos en donde más avanza la pandemia, una realidad que se suma a otra aún más preocupante: el alto número de fallecidos diarios desde comienzos de septiembre.
De hecho, según el portal estadístico Our World in Data, dependiente de la Universidad de Oxford, Argentina es el país del mundo con más muertos por millón de habitantes de los últimos siete días, con cerca de 8, situándose muy por delante de República Checa (4,76), Israel (4,11), Colombia (3,21), Irán (3,11), México (2,68) y España (2,58).
En esta última semana, el país registró 2.083 muertes por covid-19, con una media diaria de 297 fallecidos.
Otro dato alarmante es la tasa actual de incidencia (porcentaje de positivos respecto al número total de pruebas): desde que comenzó la pandemia, Argentina hizo 2.626.406 testeos de covid-19, con un porcentaje acumulado de positivos cercano al 44 %, según señaló el Ministerio de Salud nacional en su reporte matutino de este lunes.
Una cifra que fue todavía mayor este último domingo, puesto que el número de casos confirmados (10.561) respecto a los testeos totales (13.890) fue del 76 %, superando ampliamente el umbral del 10 % recomendado por la Organización Mundial de la Salud para certificar que se están haciendo suficientes pruebas.
Este lunes, se confirmaron 12.982 contagios nuevos.
LA PANDEMIA AGRAVA LA CRISIS EN ARGENTINA
En cualquier caso, la sanitaria no es la única crisis que atenaza al país austral, sumido desde mediados del 2018 en una recesión agravada por las medidas de aislamiento impuestas para controlar la pandemia.
Los datos hablan por sí solos: la economía se desplomó un 19,1 % interanual entre abril y junio, el desempleo avanzó hasta el 13,1 % en el mismo período y la tasa de pobreza superó el 40 % en los primeros seis meses de 2020, cinco puntos más que a principios de este año.
Asimismo, Argentina afronta desde mediados de septiembre una creciente tensión cambiaria, con una brecha entre el dólar oficial y el informal superior al 100 %, lo que ha levantado temores respecto a una posible devaluación del peso argentino.
Todo este panorama llevó al Fondo Monetario Internacional a empeorar todavía más su pronóstico para el 2020: según el organismo multilateral, la economía argentina caerá un 11,8 % este año, en lugar del 9,9 % pronosticado en junio.
(EFE)