Interactuar con la naturaleza en la realidad virtual (VR) conduce a mejoras en el estado de ánimo positivo y la conexión con el medio ambiente, según revela un estudio británico. Esta tecnología podría aplicarse a personas en cuarentena por la COVID-19 o pacientes hospitalizados.
No estamos en la naturaleza, sino que somos parte de ella, por lo que es normal sentirnos en equilibrio en entornos naturales, lejos del asfalto, del ruido y de la prisa. No en vano actividades como la horticultura son excelentes para cuidar la salud mental, algunos médicos de lugares como Escocia recetan directamente naturaleza a sus pacientes y cada vez más personas destinan su tiempo libre a estar al aire libre, realizar excursiones por la montaña o darse «baños de bosque».
Muchas personas han reportado los beneficios psicológicos de volver a conectar con la naturaleza durante la pandemia de COVID-19, ya sea en sus patios traseros, en parques públicos o en el campo. Experimentar la naturaleza de primera mano -y a ser posible, todos los días al menos veinte minutos– resulta fantástico, pero hay personas que por tener movilidad limitada de forma permanente o transitoria, estar hospitalizadas o confinadas en sus casas no tienen acceso a ella.
Algunas de estas personas disfrutan viendo documentales, vídeos o películas sobre naturaleza para mejorar su bienestar mental, aliviar su aburrimiento y reducir la soledad, agitación o depresión, algo frecuente en personas enfermas, que viven solas o ancianas. Pero, ¿y si le añadiéramos a esta experiencia un componente interactivo que la enriqueciese? Eso se propusieron averiguar los psicólogos de la Universidad de Exeter y la Universidad de Surrey en el Reino Unido, cuya hipótesis residió en que la realidad virtual proporciona ventajas para el bienestar mental en comparación con ver naturaleza en televisión.
También tenían curiosidad por saber si la interacción con un entorno natural virtual aporta beneficios adicionales en comparación con una experiencia de realidad virtual más pasiva, razonando que cuanto más inmersiva fuese la experiencia, más «presencia» sentirían las personas, mejorando su estado de ánimo y su sentido de conexión con la naturaleza.
Para ello, 96 voluntarios vieron un vídeo de cuatro minutos diseñado para inducir el aburrimiento -un hombre describiendo su monótono trabajo en una empresa de suministros de oficina, almorzando o conversando con un cliente-. Después, se les asignó al azar una de las tres condiciones: ver un arrecife de coral tropical con peces de colores y una tortuga en un televisor de alta definición, ver el mismo arrecife con un visor de VR con vistas 360 ° desde un punto fijo o ver una escena similar generada por computadora a través de un casco de realidad virtual, moverse e interactuar con los peces y los corales usando un controlador de mano.
Los resultados de la investigación se mostraron contrarios a sus expectativas, ya que hallaron que la televisión resulta tan efectiva como las dos formas de realidad virtual para aliviar el aburrimiento y los estados de ánimo negativos como la tristeza. Antes y después de la experiencia visual, los participantes respondieron preguntas sobre sus sentimientos de conexión con la naturaleza, su estado de ánimo y su nivel de aburrimiento. Las tres opciones consiguieron el propósito deseado.
«Con personas de todo el mundo que enfrentan un acceso limitado a entornos al aire libre debido a las cuarentenas de COVID-19, este estudio sugiere que los programas de la naturaleza podrían ofrecer una forma accesible para que las poblaciones se beneficien de una ‘dosis’ de naturaleza digital», apunta Nicky Yeo, al frente de la investigación.
Realidad virtual, ideal para el compromiso y la conciencia
Sin embargo, la realidad virtual interactiva dio lugar a mayores mejoras en el estado de ánimo positivo y la conexión con la naturaleza en comparación con la realidad virtual pasiva, que a su vez fue superior a ver televisión. La realidad virtual puede ser una gran llave tanto para mejorar el bienestar de personas que no tienen acceso al mundo natural, como las que están en el hospital o en la atención a largo plazo, pero también podría ayudar a fomentar una conexión más profunda en poblaciones saludables, incitando a la protección de la biodiversidad y mejorando el compromiso con el medio ambiente.
La investigación ha sido publicada en el Journal of Environmental Psychology. El equipo ahora está planeando una prueba de campo de experiencias en la naturaleza que involucran a residentes de hogares de ancianos o personas en entornos médicos.
Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.