Hace unos días os contamos nuestra opinión del iPhone 12 –aquí tenéis el análisis– y os contamos que, precisamente, los modelos 12 y 12 Mini eran este año casi tan ‘pro’ como este 12 Pro. ¿El motivo? Entre el iPhone 11 y el 11 Pro había una serie de diferencias que podían justificar el salto de precio. Ahora, esas diferencias se reducen a meros detalles.
Puede que algunos no tengáis en cuenta esos detalles y que, de hecho, sean insignificantes, pero para mí, este es el mejor iPhone 12 de los dos modelos lanzados hasta ahora por la versatilidad y calidad de las cámaras, pero también por el acabado mate y las promesas del formato Apple ProRAW. Sin embargo, sigo pensando que el que tiene todas las papeletas para ser un superventas es el 12 estándar debido a que en pantalla, batería, rendimiento, y cámara principal son calcados.
A continuación, os contamos nuestra opinión del iPhone 12 Pro, pero antes, os dejamos la tabla de características técnicas:
iPhone 12 Pro | |
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Pantalla | 6,1″ | Panel OLED | Resolución de 2.532 x 1.170 píxeles | 460 ppp | HDR | DCI-P3 | Cristal de nanocerámica |
Procesador | Apple A14 en 5 nm |
Almacenamiento | 128 / 256 / 512 GB |
Memoria RAM | 6 GB |
Batería | 2.815 mAh |
Sistema | iOS 14 |
Cámaras principales | Principal de 12 Mpx f/1.6 OIS | Gran angular de 12 Mpx f/2.4 | Telefoto de 12 Mpx f/2 2x OIS |
Cámara frontal | 12 Mpx f/2.2 | Estabilización EIS | HDR |
Dimensiones y peso | 146,7 x 71,5 x 7,4 mm | 187 gramos |
Análisis del iPhone 12 Pro por apartados:
Calcado al iPhone 12, pero con detalles ‘premium’ que se agradecen
Y empezamos la review del iPhone 12 hablando del diseño, como es habitual. Tenemos un móvil que es calcado en dimensiones al iPhone 12 y cuenta con una pantalla de 6,1″ en un cuerpo de 146,7 x 71,5 x 7,4 milímetros. Cuando decimos «calcados» lo decimos literalmente, ya que las fundas MagSafe de Apple son compatibles con los dos teléfonos.
El peso es algo mayor que el de su hermano pequeño y lo que explica esos 187 gramos es la elección de materiales y el hardware extra para el sistema LiDAR y el telefoto. 187 gramos son un peso típico y son los 162 gramos del iPhone 12 los que realmente llaman la atención. Muchas veces he tenido los dos móviles con la funda sobre la mesa y sabía que cogía uno y no el otro debido al peso.
Los bordes angulosos y los laterales planos me gustan y, de hecho, son algo distintivo de este terminal exactamente igual que cuando los de la manzana mordida lanzaron el iPhone 4 y 5 hace ya unos añitos. Esos bordes permiten reducir en unos milímetros el marco de la pantalla y aunque el notch sigue presente, tenemos el resto de bordes simétricos, lo que da una sensación muy premium.
Pero vamos a las diferencias con el iPhone 12 normal. En los laterales tenemos la misma distribución en ambos teléfonos (micrófono, Lightning y altavoz en la parte inferior; botón de bloqueo en el lateral derecho; botones de volumen y silencio en el izquierdo y parte superior completamente limpia), pero en esta ocasión el material elegido es acero inoxidable en lugar de aluminio texturizado.
El acero es más resistente a abolladuras que el aluminio, pero el acabado es ‘glossy’ -brillante- y se quedan los dedazos marcados con facilidad. Es bonito y muy premium, pero en este caso prefiero el aluminio texturizado.
En la trasera, sin embargo, no hay color. El iPhone 12 Pro viene en cuatro colores -negro, blanco, oro y azul- y considero que nuestra unidad, la azulada, es la más bonita de la generación. La trasera sigue siendo de cristal, igual que la del iPhone 12, pero en lugar de un acabado brillante, tenemos un acabado mate que es muy agradecido al tacto: es agradable y no se quedan las huellas.
El módulo de cámara tiene una terminación brillante y hay algo que llama la atención. En este módulo de cámara hay un montón de elementos: tres cámaras, LiDAR, flash y micrófono y hay que miniaturizar.
Es bastante interesante ver el tamaño del micrófono de vídeo del iPhone 12 Pro comparado con los de la generación anterior o del mismo iPhone 12.
Es un micrófono diminuto y, aunque al final esto no tiene demasiada importancia, no deja de ser una muestra de lo que Apple mima el diseño.
La gran pregunta, y una de las polémicas, es la de laterales planos vs marcos redondeados de generaciones anteriores. Me gustan los dos diseños, pero en estos días de uso con los dos terminales no he encontrado que el nuevo iPhone sea incómodo en mano. Tiene un grosor muy reducido y sientes que tienes algo diferente entre manos.
Pero, como siempre digo en estos temas más subjetivos, esto es algo que depende de cada persona y de sus gustos.
Fantástico panel OLED Super Retina XDR con un refresco que se queda algo corto
Como os contamos en el análisis del iPhone 12, todos los iPhone de esta generación comparten panel, resolución, propiedades del mismo y densidad de píxeles.
El iPhone 12 Pro cuenta con un panel OLED que se ve francamente bien. Se trata de un panel muy bien calibrado de fábrica que no nos permite elegir otra configuración de color que no sea la que Apple aplica por defecto, pero podemos seleccionar el modo oscuro que tiñe algunas aplicaciones y el sistema de negro para ahorrar batería en algunos casos y para mejorar la visualización en condiciones de baja luz.
Además, contamos con la tecnología True-Tone que atenúa y cambia los colores del panel en función de la luz ambiental para que tengamos una visualización más confortable.
Tenemos la misma diagonal y densidad de píxeles que en el iPhone 12, es decir, 460 píxeles por pulgada gracias a una resolución de 2.532 x 1.170 píxeles en sus 6,1″ de diagonal. Es una pantalla que se ve muy bien tanto por la densidad de píxeles como por el panel ‘XRD’ de Apple.
Ese ‘Super Retina XDR’ se traduce en un panel HDR que, además, cuenta con certificación Dolby Vision. Esto es algo que se nota en los contenidos con formato HDR, que realmente brillan con luz propia en este panel, pero también a la hora de consumir el fabuloso vídeo que podemos grabar en el iPhone 12 Pro en Dolby Vision a 4K y 60 fps.
Es una pantalla con una sensibilidad extraordinaria que es perfecta tanto para consumir contenido gracias a la paleta de colores como para jugar. Si adquirís uno de los nuevos iPhone, os recomendamos la suscripción a Apple Arcade, ya que hay juegos muy cuidados que sacan partido a este panel.
Sobre el brillo, y antes de pasar a los números, debemos decir que el sensor de brillo automático se porta de maravilla, ofreciendo una iluminación justa tanto en interior como en exterior. Una de las diferencias entre el modelo estándar y el Pro es que el brillo típico sube de los 600 a los 800 nits en este terminal, aunque se mantiene el pico de «altas luces» en 1.200 nits, según Apple.
Como es habitual, hemos medido los lux de la pantalla, consiguiendo estos resultados:
Es una pantalla con un brillo equilibrado que, ciertamente, ofrece una luminancia mayor que la de su hermano menor, aunque el iPhone 12 ya se veía muy bien en exteriores.
Ahora bien, ya que los dos paneles son casi iguales, esperábamos que Apple se desmarcara con una tasa de refresco que sirviera para identificar al modelo «profesional». En este sentido, seguimos con los 60 Hz y esto, en un móvil que parte de los 1.159 euros, es difícil de justificar, sobre todo teniendo en cuenta que móviles que parten de los 179 euros ya montan paneles a 90 Hz.
Y sí, se nota que va a 60 Hz en el scroll en aplicaciones y algunos juegos. Dentro del sistema, Apple cuida muchísimo las animaciones y se camufla un poco, pero el iPhone 12 Pro debería haber llegado, sí o sí, con un panel de 90 Hz como mínimo.
Puede que no 90 Hz o 120 Hz fijos, sino ajustables, la misma tecnología ProMotion del iPad Pro o la que hemos visto en terminales como el Samsung Galaxy Note 20 Ultra. ¿Es, entonces, buena pantalla? Sí, excelente, pero se queda corta en refresco.
El A14 puede con todo, incluso con las tareas más pesadas, sin despeinarse
Lo que no se queda corto es el A14. Ha habido algo de polémica debido a que en los primeros test, el chip no se desmarcaba de los Snapdragon más potentes. Desde que Apple controla el sistema de producción de su SoC, los Apple Ase han mostrado imbatibles en diferentes test de rendimiento.
El A14 sigue siendo muy potente, pero ya no tiene esa supremacía respecto a otras familias, como los Kirin 9000 de Huawei o el Snapdragon 865. La GPU nos ha sorprendido. Hemos pasado el mismo test de Wild Life en el iPhone 12, 12 Pro y en el Mate 40 Pro, que presume de GPU, y los resultados saltan a la vista.
El A14 está formado por una CPU de seis núcleos en la que dos van a una asombrosa velocidad de 3,1 GHz y los otros cuatro, con un consumo menor, cuentan con una frecuencia de 1,8 GHz. La GPU tiene cuatro núcleos, tiene una nueva generación de NPU y un nuevo procesador de imágenes para procesar las tomas de la cámara.
El chip está construido en una litografía de 5 nanómetros y una diferencia con el modelo estándar son los 6 GB de RAM frente a los 4 GB del iPhone 12. En test sintéticos, estos son los resultados que hemos obtenido:
iPhone 12 Pro | iPhone 12 | Samsung Note 20 Ultra | Xiaomi Mi 10T Pro | OnePlus 8T | Huawei Mate 40 Pro | |
---|---|---|---|---|---|---|
AnTuTu | 593.073 | 596.796 | 504.150 | 575.674 | 582.860 | 614.789 |
3D Mark Sling Shot Extreme | 5.937 | 5.898 | 6.490 | 7.224 | 7.094 | 6.353 |
3D Mark Wild Life puntuación | 8.815 | 8.489 | – | – | 3.797 | 5.486 |
3D Mark Wild Life FPS | 52 fps | 50 fps | 22,7 fps | 32,90 fps |
Y sí, es totalmente cierto que no puede en GPU con los móviles más potentes del mercado, aunque en CPU sigue ahí ahí, mano a mano con el top de 2020, pero al final lo importante no son los test, sino el rendimiento general del terminal.
En esto, Apple tiene experiencia de sobra y ha demostrado en numerosas ocasiones que tan importante como la potencia es la integración hardware y software. Cuanto mejor se lleve el software con el hardware, mejor para la experiencia de usuario porque todo está más optimizado, y aunque iOS tenga bastantes carencias respecto a Android, en esto gana por goleada.
Todas las aplicaciones (juegos tanto de Apple Arcade como externos, apps como Photoshop Express, redes sociales o multitarea) se mueve a la perfección. Ahora bien, hemos estado haciendo pruebas y parece que el SoC A14 del iPhone 12 está algo limitado respecto al mismo chip en un dispositivo como el iPad Air de cuarta generación.
En nuestras pruebas, hemos tenido mejores resultados en los benchmarks, y esto puede deberse a una decisión de Apple para intentar tener la temperatura a raya.
ANTUTU | iPad Air (2020) | iPhone 12 | vs iPad (%) | iPhone 12 Pro | vs iPad (%) |
---|---|---|---|---|---|
TOTAL | 666.601 | 596.796 | – 10,47% | 593.063 | – 11,03% |
CPU | 182.632 | 149.895 | – 17,93% | 134.665 | – 26,26% |
GPU | 276.069 | 244.121 | – 11,57% | 245.422 | -11,10% |
MEM | 111.653 | 110.431 | – 1,09% | 117.071 | 4,85% |
UX | 96.247 | 92.349 | – 4,05% | 95.915 | -0,34% |
3DMark | iPad Air (2020) | iPhone 12 | vs iPad (%) | iPhone 12 Pro | vs iPad (%) |
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Sling Shot Extreme | 7.146 | 5.898 | -17,46% | 5.937 | -16,92% |
Wild Nature Unlimited | 9.136 | 8.489 | -7,08% | 8.815 | -3,51% |
Es una decisión que no afecta al rendimiento general, como hemos contado, pero parece lógica si tenemos en cuenta que el chip solo se calienta en el iPhone 12 Pro cuando utilizamos la realidad aumentada.
Cuando estamos usando el sensor LiDAR, una de las novedades del modelo Pro, la NPU empieza a funcionar, pero también la CPU y la GPU. Se trata de tres partes del SoC realizando millones de cálculos en tiempo real por segundo, más las cámaras que también están captando la escena y el propio sensor LiDAR haciendo su trabajo a la hora de medir la profundidad de la escena.
El iPhone 12 Pro empieza a coger temperatura en apps y juegos de AR y, como decimos, es algo lógico porque es algo que está demandando el 100% del hardware, pero como lo hemos notado en este terminal, veíamos conveniente señalarlo.
Con la estabilidad por bandera gracias a iOS 14
Cuando hablamos del Pixel 4a os contamos que Android había encontrado la estabilidad tanto en diseño como en rendimiento. Por fin, pese a todos los problemas pasados con la segmentación, parece que el sistema es maduro. iOS es un sistema maduro desde hace tiempo y Apple no introduce cambios importantes en cada nueva versión.
Tenemos mejoras aquí y allá, pero siempre con la estabilidad en mente. Eso se consigue gracias a un férreo control por parte de Apple que permite que el software y el hardware funcionen a la perfección y en armonía, pero que también afecta a aplicaciones de terceros.
La App Store es una tienda de aplicaciones muy cuidada y si venís de otro dispositivo de Apple, no os va a sorprender, pero si venís de un Android, debéis saber que apps que son gratuitas, o freemium, en el dispositivo de Google aquí son de pago o de uso muy limitado.
Hablo de apps concretas, nada como las que solemos utilizar más en el día a día, claro está, pero es algo que debéis saber.
Pese a ese control por parte de Apple, parece que la personalización se va abriendo camino en iOS y con la nueva versión tenemos una suerte de cajón de aplicaciones que es realmente útil por dos motivos. El primero, el funcional. Ya no hace falta que hagamos carpetas porque el sistema reúne de manera automática cada app en su categoría.
Me habría gustado poder controlar esto y decidir si Instagram va en ‘Creatividad’ en lugar de en ‘Redes sociales’, pero de momento esto es algo automático y no podemos salirnos de ahí. El segundo motivo por el que es útil es porque, por fin, podemos tener una pantalla principal con las apps y carpetas que queramos sin tener que estar metiendo todo lo demás en carpetas «contenedor».
También podemos poner widgets, algo muy limitado por el momento y ligado principalmente a apps de Apple, pero que poco a poco va abriéndose camino. En las últimas semanas se han añadido widgets de Spark o Spotify, y la verdad es que el diseño es bonito y el widget es muy funcional.
Para terminar con la personalización, iOS 14 permite cambiar el diseño de los iconos del sistema, pero es algo que se hace a través de la app de atajos y lo cierto es que sí, puede quedar bonito, pero no es funcional porque realmente no cambiamos el icono, sino que creamos otro que llama a esa app y en el proceso tardamos un segundo más en abrir la app que queremos.
Más allá de lo robusto que es el sistema, tenemos los servicios de Apple como Apple TV+, la app de Fitness (genial si tenéis un Apple Watch), Apple Arcade o Apple Music. Es ese «ecosistema» de hardware y software que tan bien le funciona a la compañía y que va, realmente, muy ‘fino’.
Ahora bien, lo dije con el iPhone 12 y lo mantengo, tener solo FaceID como sistema de desbloqueo biométrico me parece algo muy incómodo. En condiciones normales, FaceID es un sistema que va de maravilla tanto para desbloquear el terminal como para aprobar aplicaciones o realizar pagos móviles, pero en las condiciones en las que estamos ahora mismo, con las mascarillas, FaceID nos obliga a meter el PIN de seis dígitos cada vez que vamos por la calle, y es algo muy tedioso.
No habría estado de más un sistema TouchID como el del iPad Air de nueva generación, integrado en el botón de desbloqueo.
El ‘Pro’ viene del telefoto, de las herramientas para vídeo y de promesas para el futuro
Y pasemos a las cámaras del iPhone 12 Pro, ya que es algo que explica ese apellido ‘Pro’. Tenemos un módulo formado por el mismo sensor angular y gran angular que vimos en el iPhone 12, pero también contamos con un telefoto que nos da un aumento 2x óptico (un resultante de 52 milímetros en paso universal) y un sensor LiDAR que nos permite hacer retratos en condiciones de baja luz, entre otras cosas.
Además de lo que podemos ver, los sensores, el iPhone 12 Pro cuenta con dos importantes novedades que tendrán más o menos peso en función del usuario. Por un lado, la grabación de vídeo Dolby Vision nos permite grabar a 4K60 en lugar de a 4K30 como el iPhone 12.
Ya comenté que el archivo Dolby Vision es un archivo complicado a la hora de tratarlo y que no es el ideal para grabar celebraciones familiares o vídeos del día a día que no vayáis a editar, ya que puede que no lo podáis ver más que en el iPhone 12 o en otras pantallas HDR compatibles con Dolby Vision. Sin embargo, ahí está y es impresionante el poder grabar a 4K60 en este formato.
Por otro lado está el software. Y es que, una de las características de los iPhone 12 Pro es que podrán hacer uso del formato Apple ProRAW, un RAW «editado» que llegará a los iPhone 12 Pro en algún momento y que, por fin, nos permitirá disparar en formato RAW sin recurrir a apps de terceros.
Es algo muy interesante porque los móviles aplican mucho procesamiento por software a la fotografía y el iPhone en concreto cuenta con Deep Fusion, un sistema de inteligencia artificial que mejora automáticamente la imagen. Sin embargo, esto es algo que no se puede usar, así como el trato de color del iPhone, en apps de terceros al disparar en RAW, pero sí se podran aprovechar estas características en el Apple ProRAW.
Disparar en este formato nos pemritirá tener más manga ancha a la hora de editar los colores de la fotografía, o la exposición, el contraste, bajar altas luces o elevar sombras, sin perder calidad y directamente desde la app de fotos del iPhone. Es algo muy interesante, pero como decimos, llegará en el futuro y es una pequeña decepción no tener este formato de inicio.
Dicho esto, vamos con la información de los sensores del iPhone 12 Pro:
Megapíxeles | Estabilización | Apertura | Enfoque | Tamaño del píxel | Angular equivalente en 35 mm | |
---|---|---|---|---|---|---|
Principal | 12 Mpx | OIS | f/1.6 | PDAF | 1,4 µm | 26 mm |
Gran angular | 12 Mpx | – | f/2.4 | – | – | 13 mm |
Telefoto | 12 Mpx | OIS | f/2 | PDAF | 1 µm | 52 mm |
Frontal | 12 Mpx | – | f/2.2 | – | – | 23 mm |
Y antes de pasar a los ejemplos, vamos a recordar que la app de cámara apuesta por los automatismos. Tenemos el modo vídeo, cámara lenta, foto, retrato y panorámica, y realmente las únicas opciones avanzadas son el trato de color (aunque se puede editar a posteriori), la apertura en el retrato (que también podemos modificar una vez sacada la fotografía) y el modo noche.
No podemos elegir forzar el modo noche, ya que solo se activa cuando el iPhone lo cree conveniente y tampoco podemos modificar el tiempo máximo de exposición si el iPhone considera que no necesita 5 segundos, sino 3, para sacar la foto.
Son limitaciones que nos gustaría no encontrar, pero es cierto que es algo hecho a propósito para que la cámara del iPhone, que al final es la más vendida cada año, sea de ese tipo Point&Shoot en la que solo tenemos que preocuparnos por sacarla del bolsillo y disparar.
Ahora sí, vamos a los ejemplos de los diferentes angulares, pero os recordamos que tenéis más imágenes y los archivos sin comprimir en el siguiente enlace:
Algo que me gusta del iPhone es que, con buena luz, los colores de los tres sensores son muy estables y similares. No encontramos cambios radicales en el tono o el balance de blancos cuando cambiamos de sensor, y eso siempre es bueno.
El angular y telefoto son los sensores que más me gustan y el gran angular de 13 milímetros es un gran angular más para uso artístico que para fotografiar catedrales cuando nos vayamos de vacaciones, ya que puede haber una deformación excesiva en los bordes de la imagen. De noche, el angular sufre un poco más, pero es un salto respecto al del iPhone 11 Pro (que no es decir demasiado porque, realmente, el de ese móvil dejaba mucho que desear).
La cámara frontal está compuesta por el sensor de profundidad y el sensor de 12 megapíxeles con un angular de 23 milímetros y una apertura f/2.2. Trata la textura de la piel de forma correcta (sin pasarse, algo que sí hacía el iPhone 11 en su lanzamiento) y los colores siguen tirando a esos tonos anaranjados, pero de forma menos evidente que en la generación anterior.
En el apartado del vídeo, el iPhone 12 Pro sigue siendo uno de los mejores, junto a Samsung, para grabar. El desenfoque de fondo que aplica el iPhone en vídeo, la estabilización, los colores y el enfoque tan suave y gradual que tiene es espectacular. De hecho, los vídeos que usé para el análisis del iPhone 12 están grabados con este teléfono (y los vídeos de este iPhone 12 Pro están capturados con el iPhone 12).
Es un enfoque rápido y preciso que sabe identificar lo que estamos grabando y, además, lo hace muy biuen. Si se equivoca, no notamos un «saltito» en el enfoque, ya que es gradual y no molesta en absoluto.
Os dejamos otro ejemplo:
Sin duda, es una gran cámara de fotos, pero también una enorme cámara de vídeo que, además, nos permite grabar en Dolby Vision a 4K60. Como digo, no es un archivo para todo el mundo porque, dependiendo de a quién se lo compartas, puede pecar de colores quemados como los que vemos aquí:
¿Espinitas? Lo comentado, el no tener Apple ProRAW de inicio y tener que esperar hasta… no se sabe cuándo. Por lo demás, sigue siendo uno de los mejores móviles para hacer fotos, sobre todo de calle.
Un día de uso a pleno rendimiento con una carga a medio gas
Entramos en la patata caliente del análisis del iPhone 12 Pro. Y es que, la batería es uno de los caballos de batalla de Apple en esta generación. Ya sabéis, como os contamos en el unboxing, que los iPhone llegan, a partir de ahora, sin cargador en la caja.
Tenemos el cable Lightning a USB Tipo-C y podemos usar cualquier cargador con esa entrada, pero es un problema para muchos usuarios. No todos los móviles Android tienen cargador con entrada Tipo-C y si venís de un iPhone, el único que lo ha llevado hasta ahora era el 11.
Tocará comprar uno oficial (25 euros) o elegir uno compatible. La potencia de carga es de 20 W y nosotros hemos realizado las pruebas de carga tanto con un cargador de 18 W como con el MagSafe de 15 W.
MagSafe es la carga «inalámbrica» del iPhone 12 y lo cierto es que es un cargador de lo más comodo. Cuesta 45 euros y nos permite cargar el dispositivo y cogerlo en panorámico para ver una serie o jugar sin que moleste el conector Lightning de la parte inferior. Además, es muy cómodo tenerlo en la mesa de noche o en el despacho, ya que lo único que debemos hacer es posar el teléfono para que empiece a cargar.
A continuación, os dejamos el tiempo de carga del iPhone con el cargador Lightning de 18 W y el MagSafe. Sí, está muy, muy lejos de la carga rápida de otros móviles y llama la atención teniendo en cuenta que solo tenemos 2.815 mAh de batería.
Ahora bien, ¿para qué dan esos 2.815 mAh? Lo cierto es que es algo que sorprende y que demuestra el buen hacer de la optimización del software y los 5 nanómetros del chip A14. En estos días de uso, llego sin problema al final del día, pero es cierto que llego algo más justo de autonomía que con el iPhone 12.
Hago un uso muy intensivo de mis teléfonos y aunque no he sentido que me fuera a dejar tirado, puede que por los 6 GB de RAM o el hecho de usar el LiDAR para el retrato, con el gasto energético para el procesador que eso supone, el teléfono dure algo menos.
No es demasiado, una media hora menos de pantalla, estando en una media de seis horas de pantalla, pero ahí está. Es una buena batería para llegar al final del día si le dais caña al teléfono y puede que, sin no lo hacéis, podáis estirar al día y medio. Desde luego, no es nuestro caso.
5G, NFC, Wi-Fi 6 y un sonido a la altura
En este apartado, poco que decir que no dijéramos en la review del iPhone 12. Contamos con lo último en conectividad, lo que se traduce en NFC para pagos móviles y enlazar dispositivos de manera sencilla, Wi-Fi 6 y, claro, 5G. Todos los iPhone 12 son 5G y cuenta con un modo en el que podemos forzar el 5G en todo momento en una zona con cobertura, pero también podemos dejar al teléfono a su aire.
Con el 5G automático, usa la red 5G cuando esté disponible, pero puede cambiar a una red 4G si ve que no está usando todo el ancho de banda y velocidad del 5G. Sin embargo, aunque estemos en un área 5G, el iPhone puede decidir no usar la red 5G y estar operando en 4G, pero el icono del teléfono no va a cambiar.
Hemos hecho pruebas de velocidad en entornos 5G y la verdad es que, ademas de inconsistentes, los números no son nada sorprendentes. Esto se puede deber a que las antenas están en pruebas (acab an de encenderlas en mi ciudad), a que el móvil considera que no necesita el ancho de banda del 5G o, simplemente, a que no es el 5G «de verdad» y estoy lejos del nodo.
En el tema del sonido, contamos con sonido estéreo. En la parte inferior tenemos un altavoz y otro en la parte superior, aprovechando el sistema del auricular de llamadas. El sonido es bueno y tiene pegada, aunque echo en falta algo más de refuerzo en los graves.
Os dejamos una prueba:
Es un buen sistema de sonido para disfrutar de juegos y series, de eso no hay duda, y unido a su gran pantalla, tenemos una muy buena experiencia audiovisual.
Para usuarios muy concretos que quieran sacar partido a la cámara
Y llegamos al final del análisis del iPhone 12 Pro. Es un móvil tremendamente parecido al iPhone 12 y, de hecho, son los detalles los que marcan la diferencia. En lo esencial, son dos móviles calcados y el 12 estándar está muy, muy cerca del Pro en prácticamente todos los aspectos.
Para mí, sin embargo, el Pro es el mejor de los iPhone 12 lanzados hasta el momento por una sencilla razón: el telefoto. Creo que un 52 mm f/2.0 es perfecto para retrato y fotografía de calle y me encanta tirar con este objetivo. También tengo muchas ganas de ver de qué es capaz el móvil con el formato Apple ProRAW, pero me queda la espinita de que no está disponible por el momento.
Sin embargo, entiendo que mi «necesidad» no es la general y por la diferencia de precio que hay, puede que a muchos os importe menos este telefoto y los acabados mate de la trasera y estéis considerando el modelo estándar.
Por rendimiento, pantalla, batería, tecnología de carga y dimensiones/peso, el iPhone 12 me parece una grandísima opción. Si ya buscáis hacer más fotografía o no queréis un acabado brillante en la trasera ni en pintura, sí deberíais optar por este Pro.
Y sí, creo que este modelo Pro se debería haber diferenciado del estándar en algo más, como una pantalla con un refresco mayor, pero Apple parece que no ha entrado, aún, en esa batalla intrafamiliar de la segmentación de los paneles dependiendo del refresco.
Dicho esto, tengo muchísimas ganas de tener entre manos el iPhone 12 Mini por el tamaño… y el Pro Max por ese enorme, y doblemente estabilizado, sensor principal, además de por el telefoto de 75 mm.