La mayor cadena de cines de EE.UU., AMC, anunció este martes que ofrecerá sus salas en alquiler para proyecciones privadas a grupos reducidos de personas tras informar recientemente de un trimestre de fuertes pérdidas por la pandemia de COVID-19, pese a la reapertura de sus establecimientos.
AMC reveló, en un comunicado, que durante octubre lanzó esta iniciativa a través de un programa piloto por todo el país sin hacer ningún anuncio a la prensa ni ejecutar acciones promocionales, y el resultado han sido 110.000 solicitudes de alquiler en cuatro semanas, lo que cuadruplica sus cifras de todo el año pasado.
La compañía ofrece las salas de sus casi 600 cines en EE.UU. a grupos de hasta 20 personas por un mínimo de 99 dólares para una selección amplia de películas populares, y para estrenos recientes, como “Tenet”, “The war with grandpa” o “Freaky”, cobrará entre 149 y 349 dólares, dependiendo del cine y la ciudad.
“No tiene precedentes que AMC recibiera 110.000 contactos en cuatro semanas para un alquiler privado de sala, basándose solo en el boca a boca y la publicidad orgánica, y estamos emocionados por el interés que ha generado entre los clientes”, dijo en la nota la responsable de programación y contenidos, Elizabeth Frank.
Las salas alquiladas se someterán a limpieza y desinfección como en el resto del cine, y los clientes tendrán que llevar mascarilla y distanciarse socialmente, mientras que pueden consumir comida y bebida sin un mínimo ni un costo adicional, de acuerdo a la nota informativa.
Hace una semana, AMC presentó unos resultados devastadores para el periodo entre julio y septiembre, cuando comenzó a abrir sus establecimientos tras cinco meses cerrados por la pandemia, y registró unas pérdidas de casi 906 millones de dólares, mientras que su facturación se hundió un 91 % interanual, hasta 119,5 millones.
Desde que comenzó el año, acumula unas pérdidas de 3.643 millones de dólares -el año pasado en la misma fecha eran de 135 millones- y sus ingresos acumulados han caído un 73 %, hasta 1.079 millones.
En octubre, la compañía advirtió que podría quedarse sin liquidez a finales de este año tras experimentar una ocupación de butacas un 85 % menor tras reabrir a finales de agosto, por lo que ha recurrido a medidas como emisión de deuda o rondas de financiación, venta de activos y otro tipo de acuerdos con socios.