La Administración Federal Aérea (FAA, en inglés) de EE.UU. dio este miércoles el visto bueno a Boeing para que sus aviones 737 MAX vuelvan a volar con pasajeros, después de la prohibición aplicada en 2019 por dos accidentes de estas aeronaves que dejaron 346 muertos en Indonesia y Etiopía.
“El diseño y certificación de esta aeronave incluyó un nivel sin precedentes de colaboración y revisiones independientes de autoridades aéreas de todo el mundo”, indicó la agencia estadounidense en un comunicado.
La orden de la FAA permite que Boeing vuelva a comercializar a aerolíneas de todo el mundo los 737 MAX para vuelos con pasajeros.
“Esos reguladores han indicado que los cambios de diseño en Boeing -subrayó la FAA- así como las modificaciones a los procedimientos y entrenamientos de la tripulación, les darán la confianza para aprobar el avión como seguro para volar en sus respectivos países y regiones”.
La investigación halló que, debido a un fallo técnico, los sistemas de seguridad diseñados para evitar un ascenso demasiado rápido del avión se habían comportado de manera indebida, causando descensos precipitados que no pudieron ser controlados por los pilotos y que desembocaron en los accidentes fatales.
Esta crisis le ha costado a Boeing cerca de US$ 20,000 millones, incluida la compensación que debe pagar a las víctimas y a las aerolíneas.
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“Nunca olvidaremos las vidas perdidas en los dos trágicos accidentes que llevaron a la decisión de suspender las operaciones. Estos sucesos y las lecciones que hemos aprendido como consecuencia han reformado nuestra compañía y centrado aún más nuestra atención sobre nuestros valores fundamentales de seguridad, calidad e integridad”, señaló David Calhoun, consejero delegado de Boeing, en una nota de prensa.
El primero de los accidentes mortales del 737 MAX ocurrió en octubre de 2018 en Indonesia, cuando un avión de la aerolínea Lion Air impactó en el mar de Java y causó la muerte a los 189 pasajeros y miembros de la tripulación que lo ocupaban.
El segundo accidente, que propició la prohibición a las aerolíneas de seguir usando este modelo de aeronave, se produjo en marzo de 2019 en Etiopía, cuando un avión de Ethiopian Airlines se estrelló cerca de la población de Bishoftu y murieron las 157 personas que se hallaban a bordo.