Los trucos caseros son entrañables, pero también temerarios… Te explicamos por qué debes evitar uno de los más conocidos;
Si eres de los que piensa que con un chupito de cognac y una ramita de romero es posible curar casi todo, probablemente te gusten los trucos caseros. Y entonces, es probable que hayas escuchado que arrancar un coche cuesta abajo es una buena idea y pienses incluso en ponerlo en práctico (o quizá ya lo hayas hecho). Pero… ¡ERROR!
Que en infinitas ocasiones haya funcionado no quiere decir que sea la mejor forma de hacerlo y desde luego, tampoco es la más segura. Que sí, que estamos seguros que desde que el coche es coche son muchos quienes han arrancado el coche de esta forma, pero estamos aquí para contarte por qué no debes hacerlo.
Verás, resulta que hace años (bueno, quizá no tantos…) los coches eran diferentes. La electrónica sonaba a cosa de ’frikis’ y poco o nada tenía que ver con la forma de arrancar un coche. En cambio, tenías que confiar en elementos muy mecánicos, tales como la llave de contacto, la palanca de arranque, el distribuidor, las bujías… y sobre todo, la batería.
Si no hay batería, no hay vida y entonces el motor de arranque no funciona, así que en tus manos estaba hacer su trabajo y empujar el coche (previamente, era necesario liberar la dirección, pisar el pedal de embrague, meter segunda para lograr fuerza y movimiento y quitar el freno de mano).
Pero claro, si estabas solo ante el peligro, empujar el coche y hacer todo lo que he mencionado anteriormente era para profesionales… Ya que una vez que el coche hubiera cogido inercia, tenías que subirte en marcha y seguir con el proceso.
Para ello, más te valía tener la mente despejada… y saber que tenías que hilar muy fino para evitar perder el control del coche cuesta abajo y acabar empotrado contra algo o peor, contra alguien. Sin olvidar que tú también podías salir lesionado.
Arrancar el coche cuesta abajo en la era moderna
Y si ya por aquel entonces, con coches más sencillos, arrancar el coche cuesta abajo era un deporte de riesgo, hoy en día la cosa se complica. La dirección asistida ofrecerá mucha resistencia a la hora de girar hasta que arranques, por lo que intentar poner en marcha un coche que apenas eres capaz de mover es realmente temerario.
Por otro lado, el sistema de frenos -servo mecánico o eléctrico- también necesitará corriente para funcionar correctamente y seguramente, no te ofrezcan respuesta inmediata al ir cuesta abajo y si tienes cambio automático, ni que decir tiene que no podrás empujar el coche y experimentar entre las diferentes marchas para intentar controlarlo.
Por suerte, vivimos en el S.XXI y los coches más actuales tienen incluso servicios de asistencia a bordo que, mediante un botón, pueden ponerte en contacto con la grúa. Y casi todos los seres humanos contamos con una extensión de nuestro cuerpo llamada telefónico móvil. Así que si tu coche no arranca, hay formas mucho más rápidas y seguras de traerlo de vuelta a la vida que empujándolo por una pendiente… Puede sonar barato y divertido, pero ¡no te la juegues!
Este artículo fue publicado en Top Gear por Rebeca Álvarez.