Investigadores de Reino Unido y Europa se han unido en el proyecto ‘Odeuropa’ con el objetivo de identificar y recrear aromas de entre el s.XVI y principios del XX.
Los olores tienen el poder de transportarnos a tiempos pasados, desde el aroma de un cigarro hasta la fragancia de las rosas. Ahora pueden ser una realidad, literalmente, según recoge The Guardian.
Científicos, historiadores y expertos en inteligencia artificial de Reino Unido y Europa han anunciado que se han unido en un proyecto bajo el nombre de Odeuropa y un presupuesto de 2,8 millones de euros con el objetivo de identificar e incluso recrear aromas de entre el siglo XVI y principios del XX.
«Cuando empiezas a leer textos impresos publicados en Europa desde el año 1.500 te das cuenta de que hay muchas referencias al olfato, desde aromas religiosos, como el olor del incienso, hasta otros como el tabaco«, explicó William Tullett, miembro del equipo de Odeuropa.
El primer paso de este proyecto, que tendrá una duración de tres años y comenzará en enero, será aplicar inteligencia artificial para filtrar textos históricos en siete idiomas para descripciones de olores y su contexto, así como para detectar elementos aromáticos dentro de las imágenes.
Esta información se usará para desarrollar una enciclopedia online sobre ‘olores europeos’, junto a información sobre las emociones y lugares asociados con ciertos aromas.
«También incluirá discusiones sobre tipos particulares de narices del pasado, la gente para la que el olfato era importante y lo que significaba para ellos«, explicó Tullet.
El investigador señaló que una parte clave del proyecto es resaltar cómo los significados y usos de los diferentes olores han cambiado con el tiempo, algo que se nota en la historia del tabaco.
Este producto fue introducido en Europa en el siglo XVI y comenzó siendo un tipo de olor muy exótico, pero luego se domestica rápidamente y se convierte en parte del paisaje olfativo normal de muchas ciudades europeas.
Tullet apuntó que, una vez que entramos en el s.XVIII, la gente empieza a quejarse del uso del tabaco en los teatros o cines y, actualmente, su olor está desapareciendo de nuestro mundo olfativo por las prohibiciones de fumar en determinados sitios.
Los investigadores han explicado que tiene previsto usar sus hallazgos para trabajar con químicos y perfumistas con el objetivo de recrear los olores del pasado e investigador cómo se pueden transmitir, junto con información sobre su importancia para mejorar la experiencia de los visitantes de museos.
No son el primer equipo en tratar de involucrar las fosas nasales en nombre del patrimonio, el Jorvik Viking Centre en York es famoso por recrear el hedor del s.X.
“ElJorvik Viking Center demuestra que el olfato puede tener un impacto real en la forma en que las personas interactúan con los museos”, señaló Tullett.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Sandra Viñas.