Lo que comemos, bebemos y respiramos proviene de un suelo influenciado por la calidad del agua y del aire. En el Día Mundial de los Suelos, los expertos en materia de ambiente dialogan sobre soluciones que pudieran revertir la peligrosa degradación del suelo en América y el Caribe, un punto clave sin el que es imposible avanzar hacia el futuro.
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El continente americano es la principal región exportadora de alimentos del mundo. Por eso, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) presentó el plan “Suelos Vivos de las Américas” este viernes para proponer iniciativas políticas que proporcionen seguridad en materia agrícola, alimentaria y nutricional.
El primer líder de este plan es el instituto IICA, pero el segundo es el director del Centro de Manejo y Secuestro de Carbono de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), Premio Mundial de la Alimentación 2020 y la autoridad mundial en ciencias del suelo, Rattan Lal.
“Necesitamos producir más, proteger el ambiente y restaurar los suelos degradados. Por eso, adoptamos un enfoque concentrado en el suelo para reconciliarnos con las necesidades de lograr seguridad alimentaria y nutricional. En este sentido, se podrá restaurar la naturaleza y mitigar el calentamiento global”, dijo Lal en el lanzamiento del plan.
Plan “Suelos vivos de las Américas”
El plan busca trabajar junto a los Gobiernos, organismos internacionales, universidades, el sector privado y organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de contribuir a detener procesos de degradación de la tierra y de la agricultura, que agotan la materia orgánica de los suelos.
El científico Rattan Lal explicó que el plan cumple con “adoptar una segunda revolución verde centrada en el suelo” que incluya a los pequeños productores agropecuarios de diversas regiones. “Nuestra meta es no dejar atrás a ningún agricultor”, dijo quien también es embajador de Buena Voluntad del IICA.
¿Qué pretenden? Juntos buscan contribuir a la formulación de políticas, prácticas de manejo de tierras e incentivos para transformar los sistemas agrícolas en ecosistemas que acumulen más carbono en los suelos.
Revertir la degradación de suelos es “un desafío impostergable que enfrenta nuestra región”, comentó el director general del IICA, Manuel Otero. Y agregó que la importancia de reconocer un suelo vivo es que esto repercute en la productividad de los sectores, los ingresos de los productores, la biodiversidad y el bienestar de las poblaciones rurales y urbanas.
“Un suelo vivo no es otra cosa que un suelo con una adecuada capacidad de drenaje y estructura, que respira y vive a través de sus organismos vivos, pero también actúa como un sumidero de los gases de efecto invernadero. El suelo devuelve a quienes lo tratan adecuadamente niveles crecientes de productividad, provee servicios ecosistémicos, biodiversidad. En síntesis, proporciona mayor bienestar para las familias que en él habitan”, expresó Otero.
En la ceremonia de lanzamiento del plan participaron ministros y otros altos funcionarios de 10 países de América y el Caribe, cuatro organismos internacionales de financiamiento, empresas líderes, asociaciones de productores y representantes de la sociedad civil, además de autoridades de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos.
¿Por qué cuidar los suelos?
Según el medio digital sobre desarrollo sostenible, Agora: diario del agua, la agricultura es la responsable del 11% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo. Debido a que una de las principales causas del calentamiento global son estas emisiones, el secuestro de carbono en el suelo es una iniciativa considerable para contrarrestar el problema ambiental.
Por ello, el plan busca que los sistemas agrícolas tengan en la mira la acumulación de carbono en los suelos. No solo eso, también abre un camino a una mejor implementación de métodos de gestión y desarrollo de políticas públicas y regulaciones que recuperen la salud y la calidad del suelo.
Por su parte, el director del IICA advirtió que la degradación de los suelos afecta al 50 % de las tierras en Suramérica y al 74 % en Mesoamérica. “Debemos enfrentar el desafío de seguir proveyendo en abundancia alimentos baratos y nutritivos en momentos en que aumenta la pobreza y la desigualdad”, agregó.
Según estudios de IICA, América Latina y el Caribe es la región exportadora neta de alimentos más importante del mundo, donde uno de cada cinco empleos corresponde al sector agropecuario y el 20 % de la población vive en zonas rurales fuertemente vinculadas a la agricultura.
Un promedio de 49 % del territorio de América Latina y el Caribe está expuesto a la erosión hídrica y alrededor de 56 % de la tierra está afectada por la degradación química del suelo, según mencionó IICA a EFE Agro.