El Amazon Echo Dot es uno de los productos más exitosos de la compañía debido a la fantástica combinación entre precio y prestaciones. Se trata del caballo de Troya de Amazon para un ecosistema de dispositivos IoT y, así, crear un hogar conectado en el que el Dot sea el cerebro de casa.
Tras los Dot de tercera generación que han arrasado tanto en época de ofertas como en el resto del año, Amazon tenía que renovar sus altavoces inteligentes.
Realmente no hacía falta porque sus productos estaban bastante bien posicionados en el mercado y diferenciados entre sí, pero estaban «obligados» por imagen.
Y… oye, aunque no hubiera por qué, lo cierto es que el nuevo Dot 2020 es todo un acierto tanto en diseño como en prestaciones. Tras un mes con el dispositivo en casa, os contamos nuestra opinión en este análisis del Amazon Echo Dot de cuarta generación con reloj.
Echo Dot 2020 | |
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Tamaño y peso | 100 x 100 x 89 mm | 338 gramos |
Conectividad | Wi-Fi de doble banda | Bluetooth |
Puertos | Alimentación | jack de 3,5 mm de salida de audio |
Alimentación | Adaptador de 15 W |
Indicaciones visuales | Reloj frontal | Anillo LED de notificaciones y estado |
Sonido | Altavoz de 41 mm, 1,6″ | Ubicación frontal |
Precio | 69,99 euros la versión con reloj |
Índice del análisis del Amazon Echo Dot 2020:
Una pelota del futuro
Cuando pienso en los altavoces de Google veo una tela que recubre un dispositivo en el que no hay botones y cuando pienso en un Echo visualizo un cilindro. Más grande o más pequeño, lo cierto es que los Echo habían sido fieles a esa forma cilíndrica que, sobre todo en el Dot, es bastante discreto.
Un cilindro con botones en la parte superior y, también en esa zona, un anillo LED que muestra notificaciones y el estado de Alexa, el asistente «inteligente». Sin embargo, ese «renovarse o morir» significa un cambio radical en ese diseño, y ahora los Amazon Echo son esféricos.
El nuevo Dot es… bastante mono, realmente. Se trata de una ‘pelota’ de 100 x 100 milímetros con una altura de 89 milímetros que queda bastante bien en cualquier rincón de la casa. Da igual que sea en la mesa del despacho, al lado de la tele, en una mesita auxiliar en el salón, en la mesita de noche o en la encimera.
Y también da igual que vuestra casa sea más moderna o tirando a un estilo clásico: es un diseño que se ajusta a esos ambientes y no desentona, aunque evidentemente con unos muebles más clásicos llama la atención, pero no de forma negativa.
Y es que, lo cierto es que el diseño está bastante bien pensado para que sea un dispositivo muy atractivo.
La tela recubre la totalidad del frontal y gran parte de la trasera, donde se funde con el plástico. Viene en dos colores -negro y gris-, pero creemos que tras tener el Dot de tercera generación en color negro, es más «sufrido» y más discreto el de color gris.
Sin embargo, lo que realmente llama la atención es tanto el reloj (que también nos muestra la temperatura o el tiempo que falta en un temporizador) y, cómo no, el anillo LED, que pasa de la parte superior a la inferior.
Este cambio no impide que veamos con claridad las notificaciones, pero además contribuye a crear un rincón bastante interesante gracias a que ilumina de forma efectiva la superficie en la que está apoyado. Realmente, es un dispositivo bastante bonito y, como decimos, atractivo.
En la parte superior tenemos el botón de acción (para hablar a Alexa sin decir la palabra de activación), el control de volumen y el botón para apagar el micrófono. En ese momento, el LED de notificación se pondrá en color rojo.
En la trasera tenemos la salida de audio por jack de 3,5 mm y el puerto de alimentación.
Ahora bien, aunque me gusta más la nueva forma, reconozco que hay usuarios que pueden no estar muy contentos. Si damos la vuelta al dispositivo nos encontramos la típica rosca para poner las cámaras en un trípode. Eso permite que utilicemos accesorios para convertir el Dot Echo en un Flex –análisis– mucho más potente
Y bueno, algo que siempre me gusta mencionar es la sostenibilidad. No me gustan las fundas de piel, por ejemplo, y es algo que he dicho, pero en este caso me parece interesante saber que el 100% del aluminio y la tela utilizada proviene de materiales reciclados, así como el 50% del plástico. Y no solo en la esfera, sino también en el cargador y el cable.
El embalaje también está hecha con madera procedente de bosques gestionados de manera responsable o de material reciclado.
Además, Amazon promete que por cada venta de dispositivos Echo, crea plantas eólicas o de energía solar que asumen el impacto energético de cada uno de esos dispositivos. Esto no afecta a nuestra puntuación del dispositivo, evidentemente, pero no está de más comentarlo. Así sí nos gustan los discursos medioambientales.
Alexa sigue siendo uno de los mejores asistentes del mercado
Como usuario de asistentes inteligentes prácticamente desde que aparecieron en los móviles y, además, en nuestra vida gracias a los altavoces inteligentes, he de reconocer que tengo preferencia por Alexa.
Tiene sus fallos, como todos, pero junto a Google Assistant me parece el mejor asistente de voz por algo muy singular: lo bien que entiende el contexto. No hace falta que me exprese de manera robótica para que entienda lo que quiero hacer y llega a realizar la acción deseada a través de distintos comandos de voz cada vez.
«Alexa, dime qué notificaciones tienes», «Alexa, qué mensaje tengo», «Alexa, notificación», «Alexa, qué pasa» me llevan al mismo resultado, la notificación de que mi pedido de Amazon está en reparto. Es solo un ejemplo que ilustra que podemos hablar de forma bastante natural al asistente para recibir la respuesta deseada, y lo cierto es que con las funciones propias, los servicios de Amazon, responde genial.
Con servicios de terceros, como Spotify o Renfe, hay veces que no va del todo fino. Suele ir bien, pero en ocasiones contadas entra en un bucle de error que al final nos obliga a coger el móvil para hacer la acción de manera más rápida. Es algo que en este mes me ha pasado un par de veces tanto con el nuevo Echo como con los anteriores, pero ya estoy acostumbrado y, como es natural, hay mucho margen de mejora.
Alexa es útil para poner recordatorios, consultar información de nuestro alrededor, consultar las noticias, que nos cante el calendario, hacer listas, poner temporizadores y alarmas… y bastantes otras opciones que no uso en mi día a día (como los chistes o juegos), pero que están ahí.
La configuración inicial del dispositivo se realiza mediante la app Amazon Alexa, con la que conectamos el dispositivo al Wi-Fi, hacemos los grupos, renombramos nuestro altavoz y realizamos la configuración general, y casi todas las opciones mencionadas anteriormente funcionan sin tener que instalar nada más.
Sin embargo, si queremos usar Spotify o Renfe, que son dos ejemplos de terceros que ponía hace unas líneas, hay que bajar la ‘Skill’ de la propia app de Amazon Alexa, vincular nuestras cuentas… y listo, ya podemos empezar a usar ese servicio con la voz. Podemos pedir comida, podemos realizar pedidos a Amazon y otra serie de acciones que, si os acostumbráis a ellas, hacen vuestra vida algo más fácil.
Los cuatro micrófonos del Dot captan la voz bastante bien y, además de la información auditiva, tenemos guías visuales. Si el anillo de Alexa está en color rojo significa que no nos está escuchando, si brilla en color naranja es que está buscando la Wi-Fi, en color amarillo significa que hay una notificación, en color morado significa que está activa la opción de no molestar, la blanca nos indica el volumen y la verde indica que nos están llamando.
Nosotros, como veis, tenemos el Echo Dot con reloj y lo cierto es que cuando miro mi Echo Dot de tercera generación sin reloj, siento que me falta algo. Tengo el nuevo en el despacho y, aunque ya me he acostumbrado a dar órdenes de voz, cuando trabajo a pantalla completa en el Pc es mucho más rápido desviar un poco la vista para echar un ojo a la pantallita del Dot.
Además, hay otras ventajas, ya que no solo da la hora. Si preguntamos por la temperatura, nos muestra la cifra en la pantalla. Me habría gustado poder configurar el Dot para que la temperatura estuviera siempre presente, pero es imposible por el momento.
Lo más útil, sin embargo, es el temporizador. Utilizo muchísimo el temporizador tanto en la vida cotidiana (para ver cuánto le queda a la pizza) como en el trabajo (a la hora de hacer mediciones de dispositivos) y con los Echo anteriores tenías que preguntar «Alexa, cuánto le queda al temporizador» y esperar la respuesta, o bien estar pendiente del móvil cada dos por tres.
Cuando configuramos un temporizador en el Echo Dot con reloj, la pantallita muestra el tiempo restante y no tenemos que preguntar nada para que se vea. Desde el inicio al final tenemos la cuenta atrás. Me parece algo muy útil y que, realmente, he utilizado mucho durante este mes en el que he estado analizando el Echo Dot 2020.
Teniendo el mismo altavoz que la anterior gen, suena mejor
Sin embargo, más que por las capacidades de los Echo como altavoz inteligente, lo que muchos amigos y familiares me han preguntado estos dos años que llevo usando dispositivos de la compañía es… «¿me lo compro como altavoz?»
Siempre he dicho lo mismo: excepto el Flex –análisis-, el resto de los Echo suenan, cada uno dentro de su categoría, muy, muy bien. El Echo, Echo Plus y Echo Studio, sobre todo, eran dispositivos que sonaban muy bien. El conjunto de altavoces sumado a la caja de resonancia hacía que estos dispositivos fueran altavoces bastante «majos» para disfrutar de un buen volumen y calidez en habitaciones grandes.
El Echo Dot, sin embargo, también sonaba sorprendentemente bien gracias, sobre todo, a una muy buena gestión de los bajos/medios. He estado dos años, como digo, escuchando música en la cocina, que es donde está el Dot, y sin ningún problema.
Ahora, el Echo Dot 2020 llega con el mismo altavoz de 41 mm que teníamos en la generación anterior, pero la principal novedad es que la orientación en la parte frontal. Esto, sumado a una mejor caja de resonancia debido al diseño y mayor espacio interno, hace que el altavoz suene algo mejor, sobre todo cuando subimos el volumen.
Puesto al nivel medio, el Dot es capaz de llenar con sonido de calidad una habitación pequeña como un despacho y, además, tenemos margen para poder subir más el volumen en esa canción que nos gusta sin que los agudos o los graves empiecen a chirriar.
Si queréis un Echo por sus posibilidades como altavoz, debéis mirar al Echo normal, que se escucha realmente, bien, pero el Dot se defiende a la perfección en este sentido.
Cientos de dispositivos compatibles IoT y jack de 3,5 mm
Alexa es un asistente que me resulta muy útil para ciertas acciones cotidianas, pero realmente para lo que más uso los dispositivos de Amazon, así como el Google Nest, es para controlar dispositivos inteligentes IoT.
Tengo varios enchufes inteligentes y un par de bombillas «inteligentes» y hace mucho, mucho tiempo que no necesito levantarme del sofá para realizar alguna acción con estos dispositivos y que, además, me permiten controlarlos desde fuera de casa.
El Amazon Echo Dot es la puerta de entrada a este universo de dispositivos de hogar conectados y, aunque no cuenta con los protocolos Zigbee, lo cierto es que hay tantos dispositivos compatibles con los servicios de Google Assistant/Amazon que solo vais a echar de menos Zigbee cuando ya tengáis experiencia con el hogar conectado.
Por ejemplo, podemos comprar decenas de modelos diferentes de enchufes y bombillas, así como algunos otros dispositivos como un termostato inteligente, compatible con los protocolos de Alexa/Assistant sin que sean Zigbee.
Lo único que hay que hacer en este caso es comprar el dispositivo, enchufarlo, bajar su app… y enlazar la app del dispositivo con la app Alexa. Hay algunos dispositivos que se conectan directamente a la aplicación de Amazon en cuanto realizamos una búsqueda, pero cualquiera de las dos formas es un método facilísimo para tener un dispositivo IoT que podemos controlar con la voz o la app.
Desde la app podemos crear grupos (salón, cocina, despacho, habitación…) y rutinas que son muy útiles. Por ejemplo, mi «Alexa, buenos días» activa las luces de la cocina, enciende el enchufe en el que tengo la cafetera para que esta se vaya calentando, me recuerda el calendario del día y me hace un resumen de las noticias.
No os va a cambiar la vida, evidentemente, pero al final lo usas. Gestionar estas rutinas y definir las acciones del altavoz es un proceso de lo más simple e intuitivo que se realiza a través de la app. Y si tenéis un Fire TV Stick y un Echo en la misma habitación (por eso de la comodidad), podéis pedir que ponga The Boys en Amazon Prime y lo hará sin problema.
Sin embargo, aunque sacamos mucho partido a estas acciones, nos habría gustado que la democratización de Zigbee también llegara a los Dot. Este año ha pasado del Echo Plus al Echo normal, pero el pequeñín de la familia sigue sin ella.
¿Impedimentos? Para la gran mayoría de usuarios no demasiados, realmente, pero si queremos comprar unas bombillas Philips Hue, por ejemplo, y no tenemos un Echo con Zigbee, tendremos que comprar el puente propietario de Philips, que no es barato, para que el Echo Dot y la bombilla se entiendan.
Más allá de esto, y de alguna desconexión puntual en algún fallo interno que provoca que el Echo no vea como «conectado» el enchufe o bombilla inteligente y, por tanto, no pueda controlarlo, la verdad es que es una muy buena experiencia y puerta de entrada en el mundo de la domótica.
Menos «inteligente» es el puerto jack de 3,5 mm que tenemos en la parte trasera. Se trata de una salida de audio (en el Echo a secas es entrada/salida) que abre una interesante posibilidad. Imaginad que tenéis una barra de sonido espectacular en el salón, con Dolby Atmos y es la que usáis para reproducir música cuando queréis disfrutar a lo grande.
No vais a comprar un Echo o un Echo Studio porque, aunque suenan muy bien, no son comparables a la potencia y nitidez de esa barra, pero queréis un altavoz inteligente a toda costa. Podéis comprar un Echo Dot y conectar la barra al Dot para que el Echo sea, simplemente, el micrófono con el que nos recibe Alexa, pero su voz, así como la música que reproduzcamos, sale por la barra de sonido.
Es algo que no he utilizado, realmente, porque ese sistema ya lo tengo configurado con un Nest y Chromecast TV, conectado a mi barra de sonido, pero es una posibilidad que está ahí y que sirve, en definitiva, para convertir en inteligente a cualquier altavoz que tengamos en casa (y que tenga jack de 3,5 mm, claro.
El adaptador es de 15 W y tiene un consumo que depende de lo que hagamos
Hablemos del consumo, ya que estamos ante un dispositivo que está pensado para que esté 24/7 conectado tanto a la red como al Wi-Fi. ¿Consume mucho un Amazon Echo Dot 2020? Lo cierto es que… bastante menos que un televisor con un Chromecast apagado (está en los 8 W).
El transformador de corriente es de 15 W, pero no os preocupéis. Cuando el Echo está en reposo con luz ambiental tenue, el reloj atenúa el brillo y el consumo es de solo 1,01 W. Si le preguntamos algo, ese consumo sube a los 1,41 W y, teniendo en cuenta que el altavoz está funcionando y el LED de notificaciones también, es un consumo ínfimo.
Si la luz ambiental es más fuerte, el reloj brilla algo más de forma automática, pero el consumo sigue en 1,07 W, por lo que la subida es totalmente despreciable.
Si reproducimos Spotify con el volumen al 75%, el consumo varía entre los 1,55 W y los 1,88 W en nuestras pruebas y dependiendo de la canción. En ningún caso hemos tenido un consumo superior a los 2 W, por lo que podéis estar tranquilos que la factura de la luz no va a subir demasiado.
El Echo Dot 2020 es más de lo mismo, pero mejor
Si teníais un Echo Dot de tercera generación, ya habéis visto en este análisis del Echo Dot 2020 que el nuevo dispositivo es prácticamente igual que el que tenéis en casa. Las funciones son idénticas, ya que Alexa ha cambiado desde su lanzamiento en España, pero las novedades del nuevo Echo también han llegado a los anteriores, por lo que en lo que a funciones se refiere, el dispositivo es 1:1.
Ahora bien, hay dos elementos importantes a tener en cuenta. Uno es el diseño y el reloj. Sí, ya había un Echo Dot de tercera generación con reloj, pero el diseño de este nuevo Echo «casa» mejor con más ambientes y es una pelota realmente atractiva gracias a ese altavoz de tela y a la base iluminada por el anillo de notificaciones, que se refleja en la superficie en la que lo apoyemos.
Por otro lado está el tema del sonido. Con el mismo altavoz que el Echo Dot anterior, el nuevo es capaz de ofrecer un sonido más rico y nítido en volúmenes altos gracias a la mejora en la caja de resonancia y situación del propio altavoz, enfocado, ahora, al frontal.
Puede que no sea el dispositivo más convincente para cambiar si ya teníais uno, pero desde luego mejora respecto a lo que había. Lo ideal habría sido que incluyera la compatibilidad con los protocolos de Zigbee, ya que de esta manera sería el dispositivo ideal, y el más barato, para convertirlo en el centro de un hogar conectado, pero de momento esa funcionalidad está reservada al Echo estándar.
Y claro, todo esto lo decimos a un usuario que ya tiene un Echo Dot en casa. Si no tenéis ninguno, nos parece un dispositivo más que interesante para comenzar, ya que las funciones de Alexa son muy útiles, la calidad del sonido es más que buena teniendo en cuenta el precio y tamaño del altavoz y es el caballo de Troya de los productos IoT.
El Echo Dot era de los dispositivos más vendidos en Amazon y, visto lo visto en el nuevo Echo Dot 2020, seguirá la tendencia durante los próximos meses.