Un fuerte golpe sacude la cápsula Starline, los paracaídas se ha desplegado, con ellos la nave podrá regresar a tierra a salvo. Boeing sigue adelante con sus pruebas para servir a la NASA de transporte espacial.
Lanzar una cápsula tripulada al espacio es complicado, pero traerla de vuelta es un proceso muy delicado. Boeing y la NASA han anunciado el buen resultados de sus últimas pruebas de aterrizaje de la cápsula Starline.
Se trata de una segunda prueba, pues la primera se realizó en diciembre del año pasado y el resultado no fue tan positivo. la nave, sin tripulación no logró alcanzar la órbita necesaria para llegar a la Estación Espacial Internacional.
Esta vez todo ha salido según lo planeado, uno de los mayores éxitos de esta misión es el sistema de aterrizaje que incluye un sistema de paracaídas de gran tamaño. A diferencia de la cápsula Crew Dragon de SpaceX que ya hemos visto en acción, Boeing pretende aterrizar la nave de vuelta en tierra firme y no en medio del océano.
La nave espacial utiliza una serie de paracaídas y bolsas de aire que se despliegan en altitudes específicas para asegurar un aterrizaje suave y así se puede ver en este vídeo que ha compartido para celebrar el éxito de esta prueba. El mecanismo primero despliega dos pequeños paracaídas que funcionan de escudo térmico, para después desplegar otros cuya función es frenar la caída.
Además del conjunto de paracaídas para cada una de las fases de descenso, Boeing también utiliza airbags con los que amortiguar el golpe contra el suelo. La compañía ha forzado el fallo de diferentes sistemas y paracaídas durante la prueba para asegurar que el protocolo de aterrizaje es lo suficientemente robusto para superar cualquier obstáculo.
La NASA y Boeing se preparan ahora para las pruebas finales en las que se debe realizar el vuelo orbital completo con Starline. Tendrá lugar a lo largo de la primera mitad del próximo año y si vuelve a tener éxito se espera que el primer vuelo espacial tripulado del Starliner tenga lugar varios meses después.
Boeing quiere también tener su hueco en la reciente industria de transporte espacial. Este mercado alivia a las agencias espaciales de gran parte de la carga de trabajo que supone poner en marcha las misiones para poder centrarse en los experimentos y proyectos de investigación. Con el tiempo, también podrían servir para los primeros viajes turísticos al espacio.