Son los maestros de las falsificaciones, pero no siempre les sale bien, tal como veremos con estos ejemplos
Sabemos que los coches chinos sienten debilidad por los europeos… o al menos, sus diseñadores. Es por eso que, a menudo, se parecen sospechosamente a otros modelos. O al menos lo intentan, como los protagonistas de esta lista.
Son, probablemente, algunas de las peores copias chinas de coches de la historia. En ellas se puede ver que la idea era «buena», pero copiar coches no es tan fácil (ni legal) como parece y por eso, el resultado no siempre es el que se espera.
Cuida tus retinas, porque lo que vas a ver puede resultar abrasivo.
CH Auto Lithia
Ha llovido ya desde que el CH Auto Lithia viera la luz por primera vez. En 2012, CH Auto presentó este coche eléctrico en el Salón de Pekín y nada más hacerlo, la polémica estuvo servida: sus intenciones de imitar al Audi R8 eran claras, aunque en el fondo no se parecían en nada… El Lithia ofrecía 201 CV a 7.000 rpm y 220 Nm de par a 5.000 rpm, ofrecía una escasa autonomía de 150 km y necesita algo más de una hora de carga para recuperar el 80% de la capacidad de su batería.
Lifan 320
El Lifan 320 salió a la venta en China por primera vez en 2008 con un claro parecido al Mini… Bueno, a un Mini diseñado por tu sobrino de 8 años para el concurso de dibujo del colegio. Más o menos. Estaba propulsado por un motor de gasolina de 80 CV y 110 Nm, tardaba 14,5 segundos en alcanzar los 100 km/h y alcanzaba una velocidad máxima de 155 km/h. A lo loco…
Suzhou Eagle Carrie
Con el Suzhou Eagle Carrie tenemos dudas porque no sabemos si la idea fue hacer una copia china de un Porsche (presta atención al logotipo) o de un Ferrari; es una mezcla (horrible) de los dos. Nos parece tal aberración que es imposible seguir analizando más allá de su aspecto…
Yema B11
Otra copia china de cuidado es el Yema B11, un intento desesperado de imitar al BMW i3. Hasta los colores son idénticos, aunque se ve algo más artificial y desproporcionado. Estaba disponible tanto como eléctrico como en versión híbrida enchufable -con 40 y 67 CV de potencia-, aunque olvídate de la fibra de carbono…
Hawtai Boliger B35
La último, pero no menos importante, copia china de la que hablamos hoy es también una mezcla extraña entre el Porsche Cayenne y Jaguar (especialmente si nos fijamos en la parrilla). Además, lejos de su intento de parecer ‘premium’, se escondían motores de gasolina mundanos y un precio, por cierto, nada barato: el más caro rondaba los 41.000 euros.
Este artículo fue publicado en Top Gear por Rebeca Álvarez.