La vacunación contra la COVID-19 será un factor clave para la recuperación económica de Latinoamérica, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La economía de Latinoamérica se contraerá un 7.7 % este año, unos dos puntos menos de los que se proyectaba en julio, pero aún es la región más golpeada del mundo.
«La caída será menor, pero aún así estamos viviendo la peor contracción en 120 años, lo que se traduce en una década perdida en materia económica para la región», explicó la secretaria ejecutiva del organismo de la ONU, Alicia Bárcena.
En el tercer trimestre la caída del PBI se atenuó «considerablemente» debido a la apertura de actividades económicas y las grandes ayudas fiscales que recibieron familias, que supusieron un 4.3 % del PIB regional.
Para 2021, la recuperación será del 3.7 %, una cifra que estará «muy condicionada» por la agilidad en el proceso de distribución de las vacunas contra la COVID-19, así como la segunda ola de contagios que ya enfrenta la región, señaló Bárcena.
«Este es un gran tema para todo el mundo, pero especialmente para los países en desarrollo, que son las economías que no han podido hacer acopio de reservas de vacunas», aclaró.
América Latina ha registrado más de 14 millones de contagios y 475,000 muertes por coronavirus, siendo una de las regiones del mundo más afectadas por la pandemia. Pero, por ahora solo México, Costa Rica, Panamá y Chile han autorizado ya la vacuna de Pfizer y prevén iniciar la campaña a finales de este año o a principios de 2021.
La representante del Cepal agregó que para que se cumpla el crecimiento estimado, será necesario también continuar con las políticas fiscales expansivas, ya que un retiro temprano de los estímulos podría truncar estas proyecciones.
Si la región creciera al 0,3 %, el nivel del PIB de 2019 no se alcanzaría en la próxima década. El nivel pre pandemia podrían alcanzarse recién en el 2024 si se llega a mantener el crecimiento de 1.8 %.
Hasta la fecha la tasa de desocupación en la región subió al 10.7 % en 2020, lo que implica un incremento de 5,39 millones de personas desempleadas.