Velocidad y seguridad: Estas son claves para obtener el mejor WiFi para teletrabajar | Tecnología

Una de las consecuencias de la pandemia de la COVID-19 es que el teletrabajo y la teleformación han crecido hasta niveles que nadie hubiera podido soñar nunca. En España, durante el confinamiento de marzo, el teletrabajo pasó de ser una opción que apenas ofrecía el 4 % de las empresas, a superar el 88 %, según un estudio de EAE Business School.

Por su parte, la demanda de teleformación en plataformas como Udemy creció un 288 %, a lo que tenemos que añadir las clases a distancia ofrecidas por la mayoría de los centros educativos.

Este auge del teletrabajo y la teleformación también tiene su lado negativo. El uso de la banda ancha creció un 80 % en los meses del confinamiento, según el Gobierno de España.

Esa masificación en el uso de las redes ralentizó el acceso a algunos servicios, obligando a plataformas como Netflix o YouTube a reducir la calidad de sus emisiones de streaming para evitar el colapso de sus servidores. Según cálculos de algunas páginas especializadas, la velocidad media de descarga de los operadores españoles se redujo un 10 %.

Al mismo tiempo, Interpol advierte de que la cantidad y gravedad de los ciberataques han aumentado desde el inicio de la pandemia. Los ciberdelincuentes se aprovechan de la expansión del teletrabajo y la teleformación, para intentar acceder a las redes de empresas e instituciones educativas mediante su eslabón más débil: los usuarios


La radiación que emiten los móviles es un tema que ha generado un debate eterno. ¿Es perjudicial para la salud? Vamos a echar un vistazo a los mitos sobre la radiación del móvil y qué hay de verdad detrás de ellos.

Mediante phishing y otras técnicas de ingeniería social, los ciberdelincuentes logran hacerse con las credenciales de acceso de los usuarios y roban información confidencial, o instalan ransomware para cifrar los datos y luego pedir un rescate.

Ahora, el confinamiento general ha pasado, la mayoría de los trabajadores ha vuelto a sus oficinas y las escuelas están abiertas. Sin embargo, es probable que sigas notando que todo va más lento cuando trabajas o estudias en casa, sobre todo al navegar con tu conexión WiFi. Y constantemente oyes hablar de empresas e instituciones afectadas por graves ataques informáticos. ¿Será que el problema no era solo el virus?

Más fibra óptica no es igual a más velocidad

Es posible que en los últimos meses te hayas dado cuenta de que tu banda ancha no está a la altura de tus nuevas necesidades. Cuando estás trabajando o estudiando, realizando una videoconferencia o descargando archivos pesados, la conexión se ralentiza o se corta.

Esto ocurre sobre todo cuando hay varios usuarios conectados a la vez. Quizá antes no te dabas cuenta, porque la mayor parte del tiempo navegabas desde el trabajo o la universidad. Pero ahora que pasas más tiempo en casa, la baja calidad de la conexión a Internet se ha vuelto un problema.

¿Cómo puede ser que Internet vaya tan lento si en España presumimos de tener la mayor red de fibra óptica de Europa? Existen varias razones que pueden explicar todas estas limitaciones.

En primer lugar, aunque nuestro país es líder en despliegue de fibra óptica, esta no llega directamente a todos los hogares. Para reducir los costes, algunos proveedores de servicios de Internet instalan los cables de fibra óptica hasta una ubicación cercana y, desde allí, los hogares se conectan con un cable de cobre. Esto reduce la velocidad máxima de la fibra óptica, que solamente llega de manera directa al 57 % de nuestros hogares según el Consejo Europeo de FTTH.

En segundo lugar, muchos hogares se conectan a Internet mediante un router básico u obsoleto. Esto se debe a que en nuestro país no existe libertad de elección del router cuando contratas una tarifa de Internet, sino que cada operadora instala el hardware de red que considera oportuno y no lo renueva durante la duración del contrato.

En otros países de la UE, como Alemania e Italia, el usuario puede elegir el router aplicando la normativa de la UE de libre elección de hardware en las conexiones de banda ancha.

Esta limitación hace que muchos hogares y oficinas no dispongan de un router capaz de aprovechar las innovaciones que mejoran la calidad, velocidad y capacidad de las conexiones, arruinando así la experiencia de navegación por WiFi.

En tercer lugar, la mayoría de las redes WiFi de los hogares no están optimizadas. A medida que nuestros hogares u oficinas se llenan de nuevos aparatos con WiFi, simplemente los añadimos a la red local, sin pensar que tal vez estamos llegando al límite de su capacidad.

Hay que tener en cuenta que el ancho de banda no es ilimitado, por lo que conviene dimensionar la red en función de las necesidades de los usuarios (que con la pandemia se han vuelto más elevados).


¿Tienes problemas para conectarte a la red WiFi de tu casa desde las habitaciones más alejadas? La solución está en comprar un repetidor WiFi con el que se ampliará la cobertura. En esta guía tienes algunos consejos para comprar el modelo adecuado.

En definitiva, la conexión a Internet que antes te servía para navegar un rato, ver una película o jugar online, ha resultado ser más lenta e insegura de lo que creías ahora que la usas de forma intensiva.

Cómo mejorar la velocidad del WiFi de tu casa

Intentar acceder a una aplicación en la nube del trabajo o seguir una clase online puede llegar a resultar muy frustrante con una conexión a Internet lenta y que se corta constantemente. Para evitarlo, te damos algunos consejos que te ayudarán a mejorar la velocidad de la conexión WiFi en casa o la oficina.

Aumenta el ancho de banda contratado

A menudo, las ofertas más agresivas de los proveedores de Internet son para conexiones de 300 a 500 Mbps, pero por un poco más de dinero puedes tener 600 Mbps o incluso 1 Gbps para navegar más rápido.

Eso sí: haz un test de velocidad antes y después del cambio para verificar cuánto ancho de banda te llega en realidad. Es muy importante que sea simétrico, es decir, que la velocidad de subida y descarga sean similares, para que así todos los servicios funcionen de manera fluida.

Mueve de sitio el router

Si colocas tu router más cerca de tu zona de trabajo o estudio, mejorará la calidad de la señal WiFi que llega a tu equipo. También deberías considerar la posibilidad de conectarte con un cable de red en lugar de WiFi, para navegar más rápido y liberar el espectro inalámbrico de tu red WiFi, de modo que otros dispositivos funcionen con mayor fluidez.

Así mismo, procura orientar las antenas para que la señal se difunda uniformemente, o utiliza un router con tecnología beamforming que orienta automáticamente la señal hacia los dispositivos.

Añade un segundo router en modo puente

Como ya hemos comentado, los routers que instalan las operadoras no suelen ser los más potentes y avanzados. Pero siempre puedes añadir un segundo router, en modo puente o ‘bridge’, para complementar tu router actual.

Instala un repetidor WiFi para mejorar la señal

Cuando el problema es que la señal inalámbrica no llega a todos los rincones de la casa, es recomendable instalar un repetidor WiFi.

Cambia la banda de frecuencia de los dispositivos

Incluso con un buen router o repetidor inalámbrico, llega un momento en el que un gran número de dispositivos satura hasta la red WiFi más potente. Para evitarlo, los dispositivos inalámbricos modernos trabajan con dos bandas: 2,4 GHz y 5 GHz. Cambiar la banda de algunos de tus dispositivos puede ser la solución para reducir la saturación y hacer que todas las conexiones vayan más rápido.

Los routers más avanzados incorporan una función llamada Band Steering que selecciona automáticamente la banda más adecuada para conseguir que todos los dispositivos naveguen más rápido.

Prioriza el tráfico de tu red inalámbrica

Servicios como las videoconferencias, el streaming de vídeo o la descarga de archivos consumen mucho ancho de banda y pueden ralentizar la red WiFi. La solución en estos casos es utilizar las funcionalidades de Quality of Service (QoS) que ofrecen los routers de última generación. Estas te permiten definir qué dispositivos y qué aplicaciones de red deben tener prioridad en el acceso a la conexión a Internet.

De este modo, el tráfico, menos urgente queda en segundo plano y el ancho de banda se reparte de manera equitativa entre los servicios a los que has concedido prioridad, para que así vayan más rápido.

Cómo mejorar la seguridad de tu WiFi

Como hemos dicho al principio, muchos ciberdelincuentes se frotan las manos ante la posibilidad de poder robar información confidencial de los usuarios que trabajan o estudian desde casa. Si quieres ponerles las cosas más difíciles, sigue estos consejos para proteger tu red inalámbrica.

Cambia la contraseña de tu router

En Internet, existen programas capaces de romper las claves poco seguras y listados de contraseñas por defecto de los routers, que los amigos de lo ajeno usan para conectarse sin permiso a las redes cercanas.

En el mejor de los casos, solo pretenden navegar gratis; pero una vez que han accedido a la red, pueden espiarte y robar datos de tarjetas de pago, fotos y vídeos personales, etc. Para evitarlo, es recomendable cambiar periódicamente la clave del router por una contraseña segura que solo tú conozcas.

Controla quién se conecta a tu red

Los routers modernos te permiten ver quién está conectado a tu red inalámbrica y también puedes usar una aplicación móvil de supervisión de redes inalámbricas.

De esta forma, tendrás visibilidad sobre los dispositivos de tu red, para detectar tanto a posibles ‘gorrones’ de WiFi como a ciberdelincuentes que quieren penetrar en la red local para intentar robar información personal o del trabajo.

Usa antivirus y herramientas de seguridad

Además de los clásicos antivirus, que te protegen de los códigos maliciosos más conocidos, conviene contar con aplicaciones de seguridad en la red y en la nube, que ofrecen protección contra los nuevos tipos de amenazas como el spyware, el ransomware, el robo o suplantación de identidad y otras amenazas digitales.

Si hay niños en casa, también es buena idea usar las funciones de control parental y filtrado de URL que ofrecen algunos routers, para impedir el acceso a sitios peligrosos o para adultos.

Emplea conexiones cifradas

Es importante que toda la información de tu red inalámbrica se transmita cifrada, para de este modo impedir que alguien pueda utilizarla aunque lograse interceptarla. Para conseguir esto, asegúrate de activar el cifrado del router (mejor si es WPA3 o WPA2, que son los protocolos más actuales). Para el trabajo, también puedes utilizar una conexión segura VPN (red privada virtual).

Utiliza software oficial y que esté siempre actualizado

Otra forma de penetrar en las redes y equipos locales es aprovechar las vulnerabilidades del software obsoleto. Para prevenirlo, asegúrate de usar solo programas con licencias oficiales, además de mantener tus equipos al día con las últimas actualizaciones de seguridad.

Esto incluye el propio router, a menudo el gran olvidado entre los equipos de hardware, pero que también dispone de un software interno (firmware) que es necesario actualizar periódicamente el router para corregir posibles vulnerabilidades de seguridad.

Haz copias de seguridad

Una última recomendación (pero no por ello menos importante) es hacer copias de seguridad periódicas de tus archivos y documentos de trabajo o de estudio. Una manera muy fácil de hacerlo es conectar un disco duro o unidad flash de gran capacidad al puerto USB de tu router y compartirlo en tu red doméstica.


Estos son los mejores routers que puedes comprar con WiFi 6, el nuevo estándar WiFi que multiplica la velocidad a internet.

De esta forma, podrás guardar fácilmente copias de tus archivos en esta unidad de red e, incluso, realizar una segunda copia de seguridad en la nube para tener mayor protección. ¡Nunca se sabe cuándo vas a necesitarla!

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