Ecuador inicia este jueves una “atípica” campaña para los comicios generales del 7 de febrero marcada por la pandemia, que afecta a dos candidatos presidenciales que se contagiaron de coronavirus y por la que los mítines están vedados.
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Con 16 candidatos empezará la carrera para elegir al sucesor del mandatario de izquierda Lenín Moreno, de 67 años, cuyo período de cuatro años concluirá el 24 de mayo.
Cientos de postulantes, incluidos del debilitado oficialismo (en el poder desde 2007), también harán campaña hasta el 4 de febrero para ser parte de la Asamblea Nacional, con 137 curules.
“Es una campaña atípica, con poco tiempo por un lado y muy afectada por las restricciones del COVID”, dijo a la AFP el politólogo Santiago Basabe, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Ante la pandemia, que deja en Ecuador más de 210.000 contagiados y 14.000 muertos, el Consejo Nacional Electoral (CNE) autorizó marchas con un máximo de 200 personas y caravanas con hasta 50 vehículos en las ciudades con más votantes.
Ya el economista Andrés Arauz, de la alianza Unión por la Esperanza (Unes, izquierda) y delfín del expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), y Gustavo Larrea, de Democracia Sí (centroizquierda), contrajeron el virus.
Alrededor de 13,1 millones de los 17,5 millones de habitantes están llamados a elegir al reemplazo de Moreno, que sostiene una fuerte pugna de poder con Correa, de quien fue vicepresidente.
Moreno, que ha visto caer la aprobación a su gestión de un 70% en mayo de 2017 a menos del 10% en noviembre, marcó distancia de Correa tras asumir el cargo por no compartir posiciones como la de enfrentarse con la prensa y empresarios, y dio un giro hacia la derecha, retomando vínculos con Estados Unidos, del que su antecesor fue un crítico.
La sombra de Correa
El correísmo intentará cautivar nuevamente a los electores sin su líder en la papeleta debido a que en setiembre fue confirmada su condena a ocho años de cárcel por corrupción, quedando inhabilitado de por vida para puestos públicos.
Correa, que vive en Bélgica y afronta orden de prisión, se había inscrito para la vicepresidencia en binomio con Arauz pero fue reemplazado por el periodista Carlos Rabascall.
Moreno también impulsó un referéndum en 2018 que eliminó la reelección indefinida promovida por su exaliado, el único que se opuso a esa iniciativa.
Arauz, de 35 años, capta un 13% de la intención de voto, detrás del exbanquero Guillermo Lasso (CREO, derecha) con un 23% y por encima del abogado indígena Yaku Pérez (Pachakutik, izquierda) con un 11%, según el más reciente sondeo de la privada Cedatos.
El partido oficialista Alianza País (izquierda) presentó en tanto a Ximena Peña, una exasambleísta de 44 años y la única mujer candidata presidencial, que aparece con 1% de la intención de voto, al igual que los otros doce aspirantes.
“Correa va a ser el que empuje a la campaña de Arauz para bien o para mal”, expresó Basabe, agregando que su imagen “marca el pulso de la campaña”.
“Quien más lleva ventaja es Lasso por el hecho de venir haciendo campaña por ocho años”, manifestó de su lado a la AFP Pablo Romero, experto en comunicación estratégica de la privada Universidad Politécnica Salesiana.
Pues Lasso, de 65 años, busca por tercera vez la presidencia.
“Crisis democrática”
Paulina Recalde, directora de la encuestadora Perfiles de Opinión, señaló a la prensa que el proceso comicial se desarrolla “en un marco de crisis democrática, de crisis institucional” por un enfrentamiento entre los organismos electorales, que llegó a poner en duda la fecha de la votación.
El CNE aún no viabiliza la inscripción de la candidatura del multimillonario Álvaro Noboa, cuyo partido Justicia Social (derecha) fuera inhabilitado por carecer de las firmas necesarias para ser reconocido.
Sin embargo, el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), responsable de hacer cumplir las reglas y juzgar, le devolvió la vida jurídica, lo que no es aceptado por el CNE.
Noboa, de 70 años, ha sido candidato presidencial en cinco ocasiones desde 1998.
Para Simón Pachano, politólogo de Flacso, será una “campaña sin contenidos serios que digan qué es lo que se va a hacer, cómo van a enfrentar los problemas económicos, que son fundamentales y que se agravan con la pandemia”.
Ecuador, dependiente del petróleo y en crisis financiera, perdió más de 6.400 millones de dólares entre marzo y mayo por la pandemia.
“Va a haber que tomar medidas muy duras y nadie las va a anunciar”, estimó.
Quito estima que su dolarizada economía sufrirá este año un decrecimiento de 8,9%, mientras que la pandemia en su peor momento provocó la desocupación de un millón de personas, con lo que el desempleo escaló a 13,3% en junio.
Fuente: AFP