A principios de 2020 nos despedíamos de Windows 7 definitivamente, el soporte para esta versión del sistema operativo de Microsoft llegaba a su fin, pero no para todos. Millones de usuarios sigue utilizándolo con un alto riesgo.
Microsoft dejó de dar soporte a Windows 7 el pasado 14 de enero de 2020, lo que significa que se acabó el soporte y las actualizaciones de seguridad. La seguridad de muchos equipos se encuentra ahora comprometida sin esas actualizaciones y mejoras en seguridad, porque muchas personas se resisten a abandonar este sistema operativo.
Según indica NetMarketShare, el final del soporte animó a bastantes personas para hacer el salto a Windows 10. Sus cifras muestran que a finales de 2020 el uso de Windows 10 aumentó 11 puntos, del 63,0% al 74,0%, mientras que el uso de Windows 7 cayó 9,5 puntos, del 31,2% al 21,7%. ZDNet calcula que más de 100 millones de PC con Windows se retiraron, reciclaron o actualizaron en los últimos 12 meses.
No obstante, eso deja una importante cifra de usuarios que aún no se han decidido o luchan por conservar este sistema obsoleto. Al menos 100 millones de PC todavía ejecutan Windows 7, y ese número podría ser significativamente mayor, según los cálculos de ZDNet.
Aunque es casi imposible contar con una cifra exacta de la cantidad de usuarios que han actualizado sus dispositivos y los que se han negado u olvidado de hacerlo, está claro que Windows 7 persiste. Esta versión había estado conviviendo en empresas y equipos particulares con Windows 10, desde que este se lanzara en 2015.
Microsoft ha intentado por todos los medios que los usuarios se pasen a su actual sistema operativo, primero con un periodo de actualización gratuita de Windows 7 a Windows 10 que se dilató más de la cuenta y segundo, amenazando con el fin del soporte a Windows 7 y el peligro que esto supone.
El final del soporte supone que no habrá más actualizaciones de seguridad del sistema, como ya hemos dicho. Las actualizaciones de seguridad son vitales para mantener la seguridad de los sistemas y máquinas ante posibles brechas de seguridad y no tenerlas en Windows 7 puede ser un riesgo para sus usuarios.
Estas actualizaciones nos mantienen al día de los nuevos malware y formas de ataque que utilizan los piratas informáticos, cierran las brechas y fallos del sistema que se hayan descubierto para blindarlo frente a cualquier engaño o ataque. Si ya es complicado proteger cualquier sistema o dispositivo frente a las cambiantes y nuevas amenazas, si mantenemos sistemas obsoletos el riesgo se dispara. Por eso lo más recomendable es actualizar (aquí te explicamos cómo hacerlo gratis) aunque añoremos el diseño y algunas funciones de Windows 7.