Pueden hackearte con una bombilla normal | Tecnología

Juguetes, enchufes, la smart TV, la nevera inteligente… los hackers tienen en los dispositivos conectados al Internet de las Cosas nuevas rendijas para asomarse y perpetrar sus crímenes. Pero a veces les vale algo tan sencillo como una bombilla común.

Los ciberdelincuentes tienen a su disposición toda clase de métodos y tretas para intentar hurtar tus datos personales, secuestrar tus dispositivos, engañarte a base de phishing, meterse en tu casa o conseguir tu tarjeta bancaria. Y a veces, encuentran soluciones de lo más creativas: lámparas conectadas, juguetes de los más pequeños de la casa, servicios de streaming, enchufes inteligentes, asistentes virtuales, routers… y hasta las bombillas de toda la vida, ni siquiera aquellas conectadas a Internet. 

El descubrimiento insólito ha sido realizado por un equipo de académicos de la Universidad Ben-Gurion en Israel, que plasman en un artículo que es posible espiar a cualquiera hackeando las ondas de luz que emite una bombilla normal y corriente. Con este dato cibercriminales podrían reproducir con exactitud una conversación en una habitación a distancia: un algoritmo complejo y un sensor capaz de medir el espectro óptico calculan el impacto de las ondas de la voz humana en las ondas de luz de una bombilla.

El dispositivo ha sido bautizado en inglés como “lamphone” -algo que podría traducirse como ‘lamparófono’- puede capturar ópticamente unas minúsculas ondas sonoras por medio de un sensor electro-óptico que apunta directamente a la bombilla. Un sistema de detección de voz o música como Siri, Alexa o Shazam permitiría reproducir la charla con exactitud, recomponiendo el diálogo de la conversación. 

Una vez Los ciberdelincuentes tienen a su disposición toda clase de métodos y tretas para intentar hurtar tus datos pmás, la realidad supera a la ficción y una tecnología que nos parecería una ‘fantasmada’ en una película de James Bond se ha convertido en un hecho científicamente comprobado con el que ‘los malos’ podrían entrometerse en conversaciones privadas con las que sacar réditos económicos o simplemente para obtener una información que está exclusivamente en el ámbito privado de otra persona”, señala por su parte Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager de Panda Security.

Para probar la eficacia de este peculiar método, los investigadores de la universidad israelí realizaron un experimento: acoplando al lamparófono un telescopio. De este modo, pudo escucharse una canción en una habitación con las ventanas cerradas y una bombilla encendida a cientos de metros de distancia. Para ello, se conectó un móvil con la app Shazam, reconociendo que estaba sonando Clocks, de Coldplay. Gracias a los minúsculos cambios en la longitud de onda de las lámparas, estos se pueden registrar para traducirse en sonidos. 

Los investigadores se reprodujeron en la misma estancia un vídeo de YouTube con el presidente estadounidense Donald Trump citando su famoso eslogan electoral “We will make America great again”. Pese a que el sonido es enlatado, se aprecia perfectamente lo que dice. También unieron la tecnología a la de Google Translator para transcribir la conversación.

No solamente nuestros dispositivos hiperconectados a Internet son susceptibles de ser hackeados, sino nosotros mismos y nuestra propia identidad, así como la información que diseminamos. «A los hackers no les importa que tengas un móvil Android o Apple, sino la información personal que guardes en él, ya sea tu cuenta corriente, tus credenciales de acceso a Facebook o tus fotos y vídeos personales”, recuerda Hervé Lambert, recordando la importancia de estar atentos.

Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.

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