Los portátiles han cambiado mucho desde que surgieron los Ultrabook. Como respuesta a Apple y su MacBook Air, los fabricantes con Windows, junto a Intel, inauguraron la categoría de Ultrabook. Básicamente, es lo que su nombre indica: ultraportátiles que tenían mucho sentido en una época en la que los portátiles eran bastante gordotes y pesados.
De hecho, se pone con mayúscula porque era un término registrado y era Intel la que marcaba las pautas de los portátiles que entraban en ese segmento. Con el paso del tiempo, se han ido haciendo ultraportátiles con procesadores AMD y el término ‘Ultrabook’ se ha democratizado, pero el espíritu perdura.
Ahora, os contamos nuestra opinión de uno de los últimos, y más potentes, Ultrabook que hemos tenido entre manos en este análisis del Asus ZenBook Flip S que, además, es convertible y tiene algo de lo que pocos pueden presumir: una pantalla OLED.
Asus Zenbook Flip S | |
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Dimensiones | 305 x 211 x 11,9 – 13,9 mm |
Peso total | 1,3 kg |
Sistema operativo | Windows 10 |
Procesador | Intel Core i7 1165G7 |
GPU | Intel Iris Xe |
Memoria RAM | 16 GB LPDDR4X |
Almacenamiento | 1 TB PCIe |
Tipo de pantalla | Panel OLED con acabado antirreflejos | 13,3″ con formato 16:9 | Táctil | Brillo de 400 nits HDR | Certificación VESADisplayHDR 500 | 100% DCI-P3 |
Resolución de pantalla | UHD 3.840 x 2.160 píxeles | 330 píxeles por pulgada |
Conectividad inalámbrica | WiFi 6 | Bluetooth 5.0 |
Conectores de datos A/V | USB Tipo-A 3.2 | 2 x USB Tipo-C Thunderbolt 4 | HDMI 1.4 |
Batería | Cuatro celdas y 67 Wh | Carga por USB Tipo-C |
Precio | 1.699 euros |
Análisis del Asus ZenBook Flip S por apartados:
Poniendo en valor el término ‘Ultrabook’
Ya ha quedado claro que el término Ultrabook era algo bastante acotado que, con el tiempo, se ha convertido en un término más elástico. Desde la aparición de los ultraportátiles hemos tenido 2 en 1 (con fabricantes como Microsoft haciendo muy bien las cosas con sus Surface), Apple ha seguido su camino con los MacBook (abandonando a Intel para pasarse a ARM) y los convertibles que mezclan lo mejor de un portátil y de una tablet.
Los portátiles que no entraban dentro de los cánones de estilo de los Ultrabook también han adelgazado y perdido peso, pero los Ultrabook ‘de pura cepa’ no se han quedado parados. Este Flip S de Asus es un buen ejemplo.
Estamos ante un portátil que tiene unas dimensiones de 305 x 211 milímetros, algo bastante contenido para una pantalla de 13,3″, y un grosor de 11,9 mm en la parte más estrecha y 13,9 mm en la más ancha. Con 1,2 kg de peso, es un portátil muy, muy fácil de transportar porque entra en cualquier mochila o bolsa.
Lo he llevado de excursión junto al equipo fotográfico y es algo que prácticamente no ocupa en la mochila, un muy buen punto para este dispositivo.
El aspecto es muy premium. En la tapa vemos el logo de Asus en un costado con círculos concéntricos que crean un patrón elegante. La bisagra es resistente y capaz de hacer que la pantalla gire completamente para convertir el portátil en una especie de tablet y tanto la base como la tapa tienen un perímetro en color bronce que da un toque muy elegante al conjunto.
Los materiales no se quedan atrás, ya que todo el conjunto está construido en una aleación de aluminio. Hay veces que nos encontramos policarbonato en algún elemento, pero aquí todo es de aluminio y, además de sentirse premium, tiene una función práctica al disipar el calor.
Es un diseño reconocible para los usuarios de la marca, ya que Asus ha ido creando esa identidad de marca en sus portátiles y, la verdad, nos parece algo acertado. Eso sí, ese efecto elegante del diseño se pierde un poco al ver que es un imán para las huellas, que se quedan fácilmente en la tapa.
En la parte trasera tenemos una salida doble de aire, aunque solo tiene un ventilador, y en los laterales no hay demasiado que contar porque, físicamente debido al grosor, no caben más puertos. Tenemos un USB Tipo-A 3.2 en el lateral derecho y el botón de encendido, que tiene un pequeño LED de estado.
En el izquierdo vemos el HDMI 1.4, el LED de carga y dos USB Tipo-C Thunderbolt 4. No hay conector de alimentación porque vamos a cargar por USB Tipo-C y buenas noticias, los dos puertos son compatibles con la carga.
Tampoco hay jack de 3,5 mm… y eso sí nos habría gustado verlo, aunque los taiwaneses han decidido no incluirlo.
Si abrimos el portátil nos encontramos un teclado que aprovecha muy bien el espacio interno, así como un touchpad panorámico que se ha puesto de moda. Además, y eso lo hace Asus desde su Zephyrus original, cuando abrimos la pantalla la propia bisagra eleva la base unos milímetros para mejorar el flujo de aire.
La pantalla tiene unos marcos muy reducidos con 5 milímetros en los laterales y 9 milímetros en la parte superior, donde tenemos un sensor de brillo para ajustarlo de forma automática y la cámara de videollamadas.
En la parte inferior tenemos un marco algo más ancho en el que tenemos ‘Asus ZenBook’ escrito en letras cromadas y una barbilla que, esta sí, es de plástico con acabado cepillado y que vemos, sobre todo, cuando usamos el portátil en modo tablet.
Un panel OLED 4K espectacular y táctil que da gusto mirar
Visto el diseño, pasemos a la pantalla. Y es que, aunque el portátil tiene muchas cosas buenas, lo más espectacular del ZenBook Flip S es, sin duda, el panel.
Estamos ante uno de los pocos portátiles con panel OLED (aunque tenemos otros dos en nuestro banco de análisis y nos gusta que la elección empiece a ser normal) y lo cierto es que a nivel de color, hay pocos portátiles tan impresionantes.
La pantalla llama muchísimo la atención en cuanto abrimos la tapa debido a que ocupa gran parte del frontal. Las dimensiones de los marcos hacen que el panel sea el absoluto protagonista, y la verdad es que brilla con luz propia.
La tecnología OLED no es algo que me convenza para pantallas en las que va a haber elementos fijos durante muchas horas. Sé que estos paneles han avanzado mucho, pero no sé cómo resistirán al famoso ‘quemado’ de la barra de Windows con el paso de los años.
Sin embargo, para ver contenido y trabajar, estamos ante un panel que es una maravilla. Los colores son vivos, los ángulos de visión son perfectos y el brillo de unos 400 nits no se resiente aunque miremos desde ángulos extremos.
Esto es algo que, si lo usamos como portátil, no tiene mucha importancia porque, por lo general, vamos a adoptar una postura fija, pero si usamos el portátil como convertible, se agradece.
Muchas veces lo he tenido encima de la mesa en modo ‘tienda de campaña’ reproduciendo algo mientras juego a la consola y, me ponga como me ponga en el sofá, el contenido se ve a la perfección.
Con el 100% del perfil DCI-P3 y la viveza de los colores de los paneles OLED, ver YouTube o las apps de vídeo en 4K es una gozada. Y hablando de 4K, es la resolución nativa del panel. Con un formato 16:9, el panel tiene una resolución de 3.840 x 2.160, lo que nos deja unos 330 píxeles por pulgada.
Certificada por Pantone, es un excelente panel que también brilla para trabajar y, por software, tenemos una serie de herramientas que nos permiten regular los colores, los modos del panel y activar mejoras tanto para cuidar la vista como para optimizar la nitidez y el contraste en vídeo, algo similar al procesado que hacen los televisores.
Es verdad que 13,3″ pueden ser pocas para muchos usuarios profesionales que prefieren un mínimo de 15″ para poder tener aplicaciones a pantalla partida, pero la resolución 4K facilita las cosas. Tenemos más margen para adaptar el tamaño de lo que se muestra en pantalla y me he sentido muy cómodo trabajando tanto con una como con dos apps a la vez, una en cada mitad de la pantalla.
Y sobre el control táctil, tenemos una pantalla que ofrece precisión y que es cómoda. Lo cierto es que el panel táctil no es algo que yo priorizaría a la hora de comprar un portátil, pero cuando lo tienes… lo terminas usando para hacer scroll o presionar algo concreto si estás tecleando.
Que sea táctil implica que tenga una capa protectora de «cristal» y, aunque Asus ha aplicado un tratamiento antirreflejante, lo cierto es que si trabajas con una ventana a tus espaldas van a aparecer reflejos, pero no es algo que me haya molestado demasiado porque el brillo es considerable.
Y sobre el sonido, tenemos dos altavoces en la parte inferior que ofrecen un sonido sorprendentemente potente.
Entre el 60 y el 65% tenemos la experiencia sonora con mejor calidad en lo referente a volumen/(distorsión. Más allá de eso, los agudos empiezan a chirriar.
Es un sonido que nos puede acompañar a la perfección a la hora de trabajar, ya que su teclado es muy silencioso, pero es evidente que no se pueden hacer milagros y aunque los sonidos medios y agudos son satisfactorios, los graves brillan por su ausencia.
Aun así, como digo, son unos altavoces que sorprenden, pero si queréis utilizar castos, el único método es un adaptador USB a jack de 3,5 o mediante Bluetooth, ya que Asus no ha incluido el puerto para auriculares.
Lo último de Intel da la talla junto a 16 GB de RAM
Hace unos días os contamos nuestra experiencia con el Acer Book RS Porsche Edition, un portátil que nos gustó mucho -pese a su inflado precio por tener la marca ‘Porsche Design’- que monta el mismo procesador que nos encontramos en este ZenBook Flip S.
Como dijimos en ese texto, siempre es excitante tener los primeros equipos con la nueva hornada de procesadores y parece que Intel, aunque no consiguen bajar la litografía, ha hecho un muy buen trabajo con sus chips de undécima generación para ultraportátiles.
La CPU que da vida a este equipo es un Intel Core i7-1165G7, un procesador que tiene cuatro núcleos a 2,8 GHz y ocho hilos. Está construido en una litografía de 10 nanómetros y cuenta con tecnología TurboBoost para alcanzar los 4,7 GHz cuando hace falta.
Es un procesador con un TDP de 28 W y está acompañado por 16 GB de memoria RAM LPDDR4X de bajo consumo a una velocidad de 4.266 MHz. La GPU es la Intel I
Os dejamos el resultado de los test sintéticos del procesador:
Asus ZenBook Flip S | Acer Book RS Porsche Design | Lenovo Creeator 5 | MateBook 14 (2020) AMD | Huawei MateBook X Pro 2020 | LG Gram 17 | Asus ZenBook 13 (UX333F) | Acer Swift 5 | |
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Procesador | RAM | Intel Core i7-115G7 | 16 GB | Intel Core i7-115G7 | 16 GB | Intel Core i7-10750H | 16 GB | AMD Ryzen 5 4600H | 16 GB | Intel Core i7-10510U | 16 GB | Intel Core i7-8565U | 8 GB | Intel Core i5-8265U | 8 GB | Intel Core i5-8265U | 8 GB |
Geekbench 4 CPU (Single) | 5.765 puntos | 6.546 puntos | 5.670 puntos | 5.244 puntos | 4.812 puntos | 4.843 puntos | 4.314 puntos | 4.115 puntos |
Geekbench 4 CPU (Multi) | 13.710 puntos | 22.354 puntos | 25.323 puntos | 17.553 puntos | 14.961 puntos | 12.304 puntos | 12.648 puntos | 12.217 puntos |
Geekbench 5 CPU (Single) | 1.230 puntos | 1.451 puntos | 1.267 puntos | – | – | – | – | – |
Geekbench 5 CPU (Multi) | 4.189 puntos | 5.714 puntos | 6.425 puntos | – | – | – | – | – |
PC Mark 10 | 3.070 puntos | 4.952 puntos | 4.836 puntos | – | – | – | – | – |
Cinebench R15 CPU | 763 puntos | 527 puntos | 1.261 puntos | 1.123 puntos | 446 puntos | 544 puntos | 482 puntos | 446 puntos |
Cinebench R15 OpenGL | 80,81 fps | 91,86 fps (MX 350) | 143,95 fps (GTX 1650) | 58,44 fps | 76,53 fps | 43,85 fps | 49.47 fps | 44,24 fps |
Cinebench R20 | 1.366 puntos | 1.959 puntos | 2.944 puntos | – | – | – | – | – |
Antes de nada, no he tenido problema de ningún tipo tanto en aplicaciones del día a día (como el trabajo con varias pestañas a la vez en Chrome, Spotify y uso ocasional de Photoshop para editar lotes de imágenes o Capture One para edición de fotografía RAW) como en apps más pesadas como la de edición de vídeo sencillo (que no tenemos GPU discreta y los procesadores no dan para demasiado) como para revelar muchos RAW seguidos.
El portátil no se ha calentado en exceso y es uno de los mejores aspectos del terminal, con una temperatura de unos 32º en tareas livianas y de unos 81º como pico editando vídeo. El consumo también ha sido de 24,6 W de pico y entre 6 y 10 W trabajando en web.
Ahora bien, como veis, los números están, con la misma configuración del procesador, por debajo de lo que teníamos en el Acer Prosche. Creo que, para asegurar la buena gestión térmica y ahorrar energía, el procesador está algo bajado de vueltas, ya que en el trabajo en web cada uno de los núcleos está entre 1,3 y 1,5 GHz con picos de 3,5 GHz en tareas más pesadas.
Esto explicaría que la puntuación sea menor en los test sintéticos que en un PC que no esté limitado. Ahora bien, como digo, en el uso que he estado haciendo del portátil, no he tenido problema alguno.
De hecho, editando fotos se ha portado de manera excepcional en el momento de importar/exportar archivos pesados gracias a la velocidad del SSD. Tenemos un SSD PCIe de Samsung con 1 TB de capacidad que se queda en algo más de 900 GB y que es de los más rápidos que han pasado por nuestra mesa de análisis.
Es cierto que la velocidad de escritura es más de 1 GB/s más lenta que la de lectura, pero aun así sigue siendo una muy, muy buena velocidad que agiliza mucho el trabajo en el día a día. Abrir aplicaciones, volver al equipo desde el reposo o lo que menciono, exportar/importar muchos datos pesados es algo que el SSD gestiona a la perfección.
CrystalDiskMark | Acer Book RS Porsche Design | Lenovo Creator 5 | MateBook X Pro 2020 | Asus Zephyrus G14 | HP Elite Dragonfly | |
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Lectura secuencial | 3.340,4 MB/s | 2.394,47 MB/s | 2.210 MB/s | 3.520 MB/s | 1.876 MB/s | 2.091 MB/s |
Escritura secuencial | 2.147,76 MB/s | 1.982,19 MB/s | 1.077 MB/s | 2.904 MB/s | 1.079 MB/s | 567,29 MB/s |
Sobre el software, no hay demasiado que contar porque tenemos preinstalado Windows 10 Pro. Es un sistema operativo que, con un SSD, ha mejorado muchísimo estos últimos años y que va realmente bien en el Flip S, sin ningún tipo de cuelgue ni problema de ningún tipo durante el tiempo que lo hemos estado utilizando.
Tiene software preinstalado, pero se puede eliminar fácilmente, y la útil aplicación My Asus. Se trata de una evolución de la suite de Asus que permite controlar todos los aspectos del equipo. Estos programas de control por parte de las compañías no eran santo de mi devoción, pero he de reconocer que todas han mejorado mucho en esto, haciendo que sean más rápidos, menos pesados y, sobre todo, más útiles.
Desde My Asus, podemos controlar la calibración de la pantalla, podemos definir perfiles de rendimiento y de energía, cambiar el bloqueo de las teclas de función, definir las funciones del sistema WiFi Smart y realizar un mantenimiento general tanto del software como del software del PC.
Es una muy buena experiencia que se complementa con un sistema de desbloqueo mediante Windows Hello gracias a, sensor infrarrojos que incorpora la cámara web y que es capaz de reconocer nuestro rostro de forma muy rápida.
Y hablando de la cámara, hay algunas soluciones por inteligencia artificial como una mejora de imagen para las videollamadas o una cancelación de ruido por IA que elimina la mayor parte de los sonidos externos para potenciar nuestra voz. Es algo que funciona bien, pero el tono de nuestra voz suena demasiado metálico y robótico.
Eso sí, en un PC de este tipo, y más que Windows Hello, me habría gustado tener un sensor de huellas. Es algo que encuentro comodísimo en el día a día y es un punto negativo no verlo en este equipo.
Un touchpad panorámico que esconde sorpresas y acompaña a un muy buen teclado
Me encantan los teclados tanto de membrana como mecánicos. Son una herramienta de trabajo muy importante y tengo en casa más de los que me gustaría reconocer. Con los teclados de portátiles he tenido una relación de amor/odio bastante interesante.
Hasta hace unos años, prácticamente no me gustaba ningún teclado que no fuera el de los MacBook (incluso el de mariposa, hasta que se me rompió), pero poco a poco, los fabricantes con Windows se han puesto las pilas y han ido ofreciendo mejores teclados de membrana en sus equipos.
Aquí nos encontramos un teclado que tiene un recorrido ligeramente superior al de la media y que es de lo más interesante porque el tamaño de las teclas se siente bien, aprovecha toda la superficie del portátil y, además, es tremendamente silencioso.
Es muy, muy cómodo estar trabajando en este teclado, aunque he de decir que no tiene eñe serigrafiada y el formato es ANSI, por lo que algunos símbolos están cambiados y la tecla ‘Enter’ es la de una sola fila.
Está retroiluminado y lo único que no me gusta es que las teclas de desplazamiento son muy pequeñas y, a veces, cuando voy rápido y sin mirar e intento cambiar de filas, pulso la que no es. Todo es acostumbrarse, imagino…
Cuando abrimos el equipo, como mencioné hace unas líneas, la bisagra hace que el teclado se eleve unos milímetros para potenciar la disipación de calor, aunque me habría gustado que lo elevara algo más para inclinar el teclado unos milímetros más y, así, tener una superficie más cómoda para trabajar.
Sobre el touchpad, parece que este año serán tendencia los touchpad ultrapanorámicos. Las dimensiones del de este equipo son considerables, con 13 milímetros de ancho y 6,5 mm de alto y eso permite desplazamientos muy cómodos.
Me gusta el bloqueo automático que tiene y que sea preciso, algo fundamental en el trabajo en movilidad al que está enfocado este PC porque no siempre tendremos la opción de conectar un ratón Bluetooth.
Además, la sorpresa es que en la parte superior derecha del touchpad está el icono de un teclado numérico, el que solemos tener en los teclados de formato completo. Si lo mantenemos pulsado, se dibuja el teclado numérico en el cristal del touchpad y podemos seguir usando el desplazamiento de forma convencional, aunque cuando estemos en un cuadro de texto, si pulsamos los números y símbolos, estos aparecerán en la pantalla.
El icono de la izquierda sirve para regular el brillo (dos niveles) de este teclado numérico virtual. Es algo bastante útil en determinadas situaciones y una forma muy inteligente de solucionar un problema de espacio en estos equipos. No es nuevo, porque Asus ya ha experimentado antes con esto, pero desde luego es algo que nos sigue gustando.
Una carga que hace que la vida sea más fácil, pero una autonomía que deja que desear
A lo largo del análisis del ZenBook Flip S hemos ido viendo que se trata de un Ultrabook bastante redondo con una muy buena relación entre rendimiento, portabilidad y calidad del panel. Sin embargo, hay un punto en el que flaquea, y es el de la batería.
Tenemos una batería de 67 Wh, que no está nada mal, pero el panel de 13,3″ es un elemento que consume mucho debido tanto a la resolución 4K como al elevado nivel de brillo. En nuestras pruebas, con varias pestañas de Chrome, Spotify, brillo al 50% y trabajo web, en definitiva, he tenido unas seis horas y media de autonomía.
Sin embargo, cuando exijo más al equipo y en esa sesión de trabajo meto la variante de edición de un lote de fotografía RAW en Capture One con la siguiente pasada en Photoshop para redimensionar todas las imágenes a 1.440p, la autonomía baja entre media hora y una hora, dependiendo del nivel de fotografías.
Es una autonomía que me permitiría un viaje en avión a nivel europeo o tres cuartos de mi jornada habitual. Y no, no es suficiente.
En el apartado de carga sí tengo buenas noticias, ya que Asus se ha olvidado de la carga propietaria y tenemos carga mediante USB Tipo-C en los dos puertos que tiene el equipo. El cargador suministrado es de 65 W, pero valen otros cargadores potentes USB-C a USB-C.
Opinión del Asus Zenbook Flip S: un Ultrabook convertible que puede volverse indispensable en el trabajo remoto
Es complicado encontrar un dispositivo que sea perfecto. Los hay, pero generalmente no son dispositivos tan complejos como un portátil, una consola o un smartphone y nos tenemos que ir a por dispositivos como algunos ratones y teclados.
Sin embargo, sí podemos encontrar dispositivos que sean muy equilibrados y, en dicho equilibrio, brillen en algunos aspectos, flaqueando algo más en otros. Es el caso del Asus ZenBook Flip S, un portátil que apuesta por una experiencia extraordinaria a nivel de ofimática gracias a la combinación de rendimiento, teclado/touchpad y pantalla.
La pantalla es una absoluta gozada con el panel OLED y la altísima resolución UHD. Es versátil gracias a su diseño convertible y, aunque el Intel Core i7 de undécima generación está limitado por Asus, el rendimiento en labores profesionales que no necesiten una GPU es excelente.
Es un portátil rápido gracias a un muy buen SSD y me encanta el teclado y el touchpad, así como un diseño muy pulido que apuesta por la portabilidad extrema.
Y, claro, ese diseño ultrafino y una pantalla tan exigente con la batería está reñido con la capacidad de una pila que es potente, pero que no puede ser mayor en dimensiones y que se ve obligada a alimentar componentes que consumen más de lo normal.
La autonomía es el punto flaco de este equipo, pero aun así, no podemos decir que sea mala en absoluto. Es mejor en algunos rivales, pero si me dais a elegir tener una hora más de batería o la excelente pantalla de este Asus, definitivamente me quedo con el panel que han metido los taiwaneses.