Samsung Galaxy Tab A7 2020, análisis y opinión | Tecnología

Samsung es el único fabricante que sigue plantando cara a Apple en todas las líneas de producto y, claro, eso incluye el segmento de las tablets. Los surcoreanos, como los de Cupertino, cuentan con tablets profesionales (como la espectacular Tab S7+ que analizamos hace unos meses) o las de rango medio que siguen siendo muy potentes, pero no están tan orientadas a profesionales, como la Tab S6 Lite.

En la gama más de entrada, Samsung también ofrece un dispositivo que baja el pistón en prácticamente todos los aspectos para poder ajustar el precio lo máximo posible, pero sin olvidar una línea de diseño clara y unos materiales que son muy, muy agradables entre manos.

Tras una Galaxy Tab A 2019 que nos encantó sabiendo que era una tablet ‘casera’ que tener de apoyo en casa, os contamos nuestra opinión de la Galaxy Tab A7 2020 en un análisis en el que contamos qué hemos hecho con ella en el día a día y para qué tipo de usuario está orientada esta tablet que podemos encontrar por unos 212 euros en este momento.

Índice de contenidos del análisis de la Samsung Galaxy Tab A7 2020:

Materiales TOP y una pantalla IPS para devorar contenido

Vamos a empezar hablando del diseño y al pantalla, ya que son dos puntos muy a tener en cuenta en una tablet y son dos apartados que despuntan en este modelo de Samsung. Apple, Samsung, Huawei y Microsoft son de las pocas marcas que han dado con una línea de diseño que diferencia sus propias categorías de producto y, a la vez, hace que sus dispositivos sean reconocibles.

Los surcoreanos llevan unos años cuidando mucho este aspecto y la Tab A7 2020, aunque es una tablet que podríamos definir como ‘básica’, está construida en aluminio y cristal. El cuerpo es de estilo unibody con la trasera y laterales de aluminio y lo cierto es que resulta muy fácil y cómodo tenerla entre manos. 

Con unas dimensiones de 247,6 x 157,4 mm, los 476 gramos no se hacen pesados y los bordes redondeados y los 7 milímetros de grosor permiten una sujeción muy cómoda. 

Antes de ir al frontal, comentemos el resto de elementos. La trasera es elegante porque solo tenemos el nombre ‘Samsung’ y una cámara en una de las esquinas de la que hablaremos más adelante, pero de la que os avanzamos que no esperéis milagros.

Si sujetamos la tablet en horizontal, en el lateral superior tenemos un micrófono el botón de encendido/bloqueo y los botones de subir/bajar volumen. En el lateral derecho tenemos dos altavoces, otro micrófono, el jack para auriculares y un USB Tipo-C. 

En el lateral inferior solo vemos el módulo para la nanoSIM y la tarjeta microSD y en el lateral izquierdo tenemos otros dos altavoces.

Ahora sí, pasemos al frontal. En color blando tenemos un marco de plástico que está cubierto por el cristal protector de la pantalla y tiene unas dimensiones de 12 milímetros en todos los lados. El 79% del frontal es pantalla y es una buena decisión porque ese marco se ve ‘delgadito’, pero permite un agarre cómodo para no tapar la pantalla.

En la zona superior tenemos dos orificios para la cámara frontal y el sensor de brillo automático (que es algo lento, todo hay que decirlo) y, cómo no, el propio panel. 

Buenas noticias: no pone la marca en el frontal, algo que parece que casi todos los fabricantes han eliminado en sus productos.

La pantalla es una IPS LCD sencilla en lo que a tecnología se refiere. No tiene los mejores ángulos de visión y, de hecho, el brillo comienza a bajar y los colores se perturban en cuanto miramos tanto el eje X como el Y a más de 45º.

Si miramos la pantalla desde el ángulo óptimo, tenemos una buena representación de color, y es algo que se agradece porque no hay personalización por software en esta ocasión. Tenemos solo la posibilidad de elegir el modo claro o el oscuro, así como el tamaño de la fuente y otros elementos como el diseño de la parrilla del dash y opciones de accesibilidad, pero nada que tenga que ver con el color o su temperatura.

Es una buena pantalla para ver contenido y, además, responde muy bien tanto al control por gestos como a las pulsaciones, siendo precisa y rápida en esto. La resolución también acompaña con sus 2.000 x 1.200 píxeles. Son 224 píxeles por pulgada en sus 10,4″ y es una resolución extraña porque el formato también es algo extraño.

Se trata de un panel 5:3 que no es ni un 16:9 ni un 16:10, pero que es cómodo tanto para trabajar como para ver contenidos. Vais a encontrar bandas negras en contenido 16:9, pero no son tan exageradas como si estuvieran en un panel 16:10.

OneUI se lleva bien con el Snapdragon 662 en tareas del día a día

En todo momento estamos hablando de una tablet realmente sencilla que sirve, principalmente, para consumir contenido. 

En la versión de 2019 teníamos un chip Exynos en el interior junto a 3 GB de memoria RAM, un Exynos 7904 construido en una litografía de 14 nanómetros que no se portaba mal, pero que no daba para mucho más que para apps básicas del día a día.

Samsung parece que va ampliando horizontes y en 2020 lanzó en nuestro territorio el interesante Galaxy S20 FE 5G –análisis– con el chip más potente de Qualcomm. En la Tab A7 2020 no vamos a encontrar ese SoC, sino uno bastante más modesto, pero también de Qualcomm.

Se trata del Snapdragon 662, un chip que hemos visto en terminales como el Poco M3 –análisis– o el recién anunciado Redmi 9T y que está compuesto por ocho núcleos con cuatro a 2 GHz y otros cuatro a 1,8 GHz. La GPU es la Adreno 610 y es un chip que, como podéis ver en el vídeo, nos permite jugar a títulos como el Call of Duty Online.

Este SoC está acompañado por 3 GB de RAM tanto en la configuración de 32 GB de almacenamiento como en la de 64 GB. Nos habría gustado tener 4 GB o más a estas alturas porque cuando estamos dentro de una app, todo va bien, pero si sois de los que dejáis muchas aplicaciones en segundo plano, el pasar de una a otra hará que el equipo se resienta.

Antes de hablar del uso y experiencia de la Galaxy Tab A7 2020, os dejamos los resultados de los test sintéticos y los comparamos con la Tab A7 2019, pero también con móviles con hardware similar para que veáis el rendimiento general en estas pruebas:

Por los números, queda claro que no estamos ante una tablet potente, ni mucho menos. Si queremos usarla para editar fotos a nivel profesional, editar algo de vídeo o, simplemente, jugar a juegos exigentes, debemos apuntar en otra dirección como las tablets más potentes del fabricante surcoreano o ir, directamente, al iPad.

La razón de ser de esta Tab A7 2020 es el consumo multimedia, la red y el juego en la nube. Viendo redes sociales, películas, YouTube, como elemento de consulta de páginas web, como ‘periódico digital’ y para jugar a Stadia o los juegos en la nube de Game Pass, el rendimiento es excelente.

La multitarea está algo lastrada por esos 3 GB de memoria RAM, que me parece una mala decisión por parte de Samsung, pero cuando estamos dentro de la app en cuestión, la respuesta es buena.

Vamos a poder jugar a juegos sencillos como Oceanhorn, pero en los más exigentes… debemos tener cuidado. Call of Duty va bien en la configuración más modesta de gráficos, pero Genshin Impact o Fortnite son, directamente, injugables.

Y aunque fueran jugables, con esos tres juegos ya sumaríamos 12 GB y el modelo básico y más barato solo trae 32 GB. De esos 32 GB, 10 están ocupados por el sistema, por lo que no hay realmente mucho margen para instalar un sinfín de aplicaciones.

Ya hemos dicho que debemos mantener las apps pesadas y exigentes con la GPU lejos del dispositivo, pero… ¿se puede usar la tablet para trabajar? Si me pongo en la piel de un estudiante que quiere una tablet barata para crear textos y consumir multimedia, podría pensar en esta Tab A7 2020 y lo cierto es que, conectando un teclado y ratón Bluetooth y trabajando en Google Docs, la tablet va de forma correcta.

No hay cierres en las aplicaciones (incluso en textos muy complejos como este análisis, que está escrito en nuestro CMS directamente desde la tablet) y la respuesta tanto del teclado como del ratón son buenas, sin ningún tipo de retardo.

De hecho, aunque no tenemos la interfaz de escritorio de Samsung, en cuanto conectamos un ratón, aparece el cursor en pantalla.

Y, hablando de software, contamos con Android 10 con OneUI por encima. Nos habría gustado que, a estas alturas, Samsung hubiera aplicado Android 11, pero bueno, ya sabemos que los fabricantes van bastante lentos en este sentido y lo que sí tenemos es OneUI Core 2.5.

Ya dijimos en el análisis del Galaxy M51 que esa versión ‘Core’ de OneUI recorta algunas características, sobre todo de seguridad, para que el sistema sea algo más ligero y el rendimiento mejore.

OneUI no es una capa que, precisamente, ‘coma’ pocos recursos, por lo que esos 4 GB habrían estado, de nuevo, de maravilla. Sin embargo, en mi tiempo de uso de la tablet no me he encontrado con errores graves en la interfaz. Un par de veces, con muchísimas aplicaciones en segundo plano, noté que la barra de notificaciones se desplegaba ‘a saltos’, pero es un error que se soluciona fácilmente cerrando esas apps en reposo.

La interfaz tiene elementos de personalización para que podamos juguetear con ella y, obviamente, no contamos con Google Discover ni con UpDay de serie. Para mí, que no tenga Discover es una pérdida porque lo uso mucho, pero al final es un mal menor porque puedo acceder desde la app de Chrome.

Las notificaciones no fallan y me sigue pareciendo una gran idea el modo niños de Samsung, ya que permite lanzar un launcher personalizado para que los más pequeños de la casa no accedan a aplicaciones potencialmente peligrosas.

Hay un avance evidente en potencia tanto de CPU como, sobre todo, de GPU respecto a la generación anterior de esta familia, pero, y me repito, habría metido más RAM y, sobre todo, más almacenamiento… y algo más rápido.

Tenemos tanto 32 como 64 GB (nuestra versión es la de 32 GB) y podemos ampliar mediante una microSD, pero es un almacenamiento algo lento.

Este factor, junto a la falta de RAM, es lo que puede lastrar, en ocasiones, algunas tareas sencillas del día a día, y siendo Samsung quien fabrica tanto los módulos de RAM como de almacenamiento, podría haber estirado algo más estos elementos.

Sobre el desbloqueo, tenemos los métodos de la pantalla (PIN, patrón…) y el desbloqueo facial por foto. No es el más rápido, pero funciona tanto con la tablet en vertical como en horizontal y es el único método ‘biométrico’ disponible.

Nos habría encantado tener un sensor de huellas, aunque fuera en el botón de bloqueo, para que la acción de desbloqueo fuera más rápida y contribuyera a una mejor experiencia de usuario.

7.040 mAh que parecen inagotables, pero que hay que cargar por la noche

Últimamente estamos viendo móviles con capacidades locas de batería. Hemos tenido terminales de 6.000 mAh como el Poco M3 y hasta de 7.000 mAh como el Samsung M51. Sin embargo, no es lo habitual y nos encontramos que en móviles, cuanto mayor es la batería… más grosor.

En tablets, los fabricantes tienen algo más de margen para poder introducir baterías enormes sin que el grosor aumente exponencialmente y, en sus 7 milímetros de grosor, la Galaxy Tab A7 2020 tiene 7.040 mAh.

Se trata de una cantidad muy buena para una tablet y son casi 900 mAh más que en la generación anterior, que ya nos dejó un buen sabor de boca en lo que a autonomía se refiere. 

Medir la autonomía de una tablet es complicado porque es un dispositivo que no estamos consultando continuamente, pero en mi caso, con consulta de vídeo, algo de ofimática, Bluetooth siempre encendido, videojuegos tanto en local como en la nube y el brillo automático, he tenido para cinco días sin preocuparme por buscar el cargador.

En las pruebas de descarga, hemos tenido 6 horas y 2 minutos con el brillo al 100% y 9 horas 4 minutos con el brillo al 50%, más que suficiente para consumir contenido en casa sin forzar la vista.

Son, teniendo en cuenta el uso de la tablet, el tamaño de la pantalla, el nivel de brillo y la resolución, buenos datos, pero si queréis usar la tablet hasta agotar la batería, lo mejor es que calculéis para realizar la carga por la noche.

Y es que, el cargador suministrado por Samsung es el de 7,8 W de 5 V y 1,55 A que tarda mucho, muchísimo en cargar. Concretamente, tarda una hora y tres cuartos en llegar al 50%, necesitando cuatro horas y dieciséis minutos para el 100%.

En este apartado, definitivamente, nos gustaría ver una mejora de cara a la siguiente generación.

Lo básico para meternos a internet y un espectacular sonido estéreo con cuatro altavoces

Durante el análisis del la Galaxy Tab A7 2020 nos hemos dado cuenta de que hay luces y sombras, pero donde no tenemos duda alguna es en el apartado sonoro. 

Y es que, estamos ante unos altavoces que ofrecen una pegada y un volumen óptimo para disfrutar consumiendo contenido.

El sonido que producen es claro, contundente y no chirría con el volumen hasta el 90% y podemos utilizar la tablet tanto para llenar una habitación con música como para ver vídeos de YouTube, alguna que otra serie o jugar por streaming sin necesidad de cascos.

Es de los mejores apartados de esta tablet y algo que afianza nuestra idea de que este dispositivo está destinado al consumo de contenido multimedia. Ubicados dos a cada lado de la tablet, cuando la sostenemos de manera horizontal vamos a tapar parte de los altavoces inferiores, pero eso no merma la calidad del sonido.

Si necesitáis conectar unos cascos, tenemos un jack de 3,5 mm, pero su ubicación no me parece la más acertada. Esta justo en la esquina (de hecho, no podría estar más abajo) derecha y no podemos sostener la tablet cómodamente en horizontal de manera natural, por lo que tendríamos que voltearla.

Habría sido más acertado poner el conector en la parte superior o, ya que estamos, en el lateral superior o inferior si la sostenemos horizontalmente. 

Respecto al software, no tenemos ecualizador, pero sí la posibilidad de activar o desactivar Dolby Atmos y tenemos una herramienta ara enviar automáticamente el sonido de una aplicación independiente a un altavoz Bluetooth.

Esto es… realmente útil, toca decir. Por ejemplo, tengo configurado Spotify para que se envíe automáticamente el sonido a un altavoz independiente Bluetooth que tengo en el salón (que es donde suelo usar esta tablet). 

Mientras estoy escuchando música, suelo navegar o ver vídeos de YouTube y esos sonidos de YouTube, de algún anuncio, de algún tuit con sonido… salen por la tablet, pero la música en Spotify no se interrumpe. Me ha gustado bastante esta opción.

Por el lado de la conectividad inalámbrica, lo cierto es que no hay sorpresas. Tenemos Bluetooth 5.0, GPS, podemos meter una SIM LTE (en el modelo compatible) y contamos con Wi-Fi 5. La calidad de la antena es buena, logrando en el punto más alejado de la casa una bajada de 167 Mbps y una subida de 182 Mbps.

Es más que suficiente para ver contenido en alta resolución sin esperas y para jugar por streaming tanto a Game Pass como a Stadia.

La cámara trasera se podría haber eliminado para potenciar la frontal

¿Necesita una tablet una cámara trasera? Esa es una pregunta que me hago cuando analizo un dispositivo de este estilo y todo depende de la situación y la categoría. Una tablet con una capacidad de procesamiento elevada y con un sensor de profundidad/LIDAR que acompañe al sensor principal es útil para realizar trabajos profesionales gracias a la realidad aumentada.

Sin embargo, una cámara por el mero hecho de introducir una cámara, no tiene demasiado sentido en una tablet. Sí, se ha visto a gente en estadios de fútbol haciendo fotos con tablets, pero al final es algo testimonial y la cámara que más importancia tiene, sobre todo en esta época de pandemia y comunicación/trabajo telemático, es la frontal.

En este caso tenemos dos cámaras… y las dos dejan bastante que desear. La trasera tiene 8 megapíxeles y es capaz de enfocar de manera automática y grabar vídeo a 1.080p30. 

Es un sensor extremadamente pequeño que impide tomar fotos en condiciones de luz complicadas, pero que incluso con la luz óptima tampoco rinde como esperamos.

Son fotos que sirven para guardar una receta de cocina de algún libro o algo rápido si no tenemos el móvil a mano, pero realmente, no vale para guardar recuerdos porque la calidad obtenida es muy, muy baja. 

Sobre la cámara frontal, tampoco hay demasiado bueno que decir porque volvemos a encontrar un sensor muy pequeño de 5 megapíxeles. Habría preferido que eliminaran la cámara trasera para potenciar la cámara frontal, que es la que más vamos a usar, pero no ha sido el caso.

Como decía hace unas líneas, al final la cámara frontal es la más importante en un dispositivo de estas características y la de la Galaxy Tab A7 2020 nos va a servir para hacer videollamadas con familiares y amigos, pero en una videollamada más profesional, la imagen no será óptima. Será mejor hacer dicha videollamada con la cámara frontal del móvil, sin duda.

Opinión de la Galaxy Tab A 2020: sigue siendo la tablet ‘casera’ más recomendable

Llegamos al final de la Galaxy Tab A7 2020 y lo que nos hemos encontrado a lo largo de las semanas de prueba es que se trata de una digna sucesora de la Tab A 2019. Se ha puesto al día en calidad de pantalla, un procesador más actual y una batería mayor, pero la esencia sigue siendo la misma.

La tablet más básica de Samsung sigue enfocada al usuario que quiere una tablet porque leer la web en el móvil o consultar en ese dispositivo las redes sociales cuando se está en casa es algo ‘incómodo’ debido al tamaño del panel.

La tablet de Samsung cuenta con más de 10″ con una buena resolución y un brillo perfecto para estar por casa y es más cómodo consultar ese tipo de contenido en esa gran pantalla.

Para ver Netflix, YouTube y jugar a juegos por streaming, también es una pantalla muy buena y, además, el consumo de multimedia es espectacular gracias a unos altavoces que ofrecen un gran sonido, tanto en volumen como en pegada.

La batería es correcta y lo cierto es que se defiende bien teniendo en cuenta el brillo máximo, pero la carga es, por momentos, un suplicio. 

Un cargador de 7,8 W de serie a estas alturas es muy, muy escaso, sobre todo teniendo en cuenta que deben »llenar» 7.040 mAh. También me habría gustado ver un lector de huellas para desbloquear el dispositivo, y realmente espero que eso venga en una revisión de 2021.

No es una tablet perfecta, pero en las semanas que me ha acompañado, ha sido un apoyo a la hora de consumir videojuegos y contenido en el salón… y en los pocos viajes que se han podido hacer estos últimos meses.