Un SSD puede hacer verdadera magia en tu ordenador si se trata de un equipo viejo que todavía funciona bajo el disco duro de toda la vida, es decir, un HDD. Pero también es una solución a tener en cuenta si buscas ampliar la memoria de tu dispositivo, así como también has de valorarla si necesitas un disco externo para almacenar tus archivos. Muchas situaciones, misma solución.
Elegir un SSD primero depende, por lo tanto, del uso que le vayas a dar: puede ser interno, en caso de que lo quieras utilizar para darle una nueva vida a tu ordenador (o simplemente para ampliar su capacidad de almacenamiento), y puede ser externo, véase por ejemplo para tener una copia de seguridad, para reproducir archivos en un televisor o para volcar archivos de un equipo a otro.
Desde que en los últimos años comenzaran a bajar de precio hasta situarse a niveles cercanos a los discos HDD, las unidades de almacenamiento sólido se han convertido en una opción repleta de ventajas: son más rápidos, tienen mayor fiabilidad y, por lo general, tienen una vida útil más larga. ¿Qué más se les puede pedir?
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Cuando necesitamos que nuestro PC vaya más rápido, hay veces que, de manera equivocada, creemos que necesitamos aumentar la memoria RAM. Si tenemos 4 GB, notaremos un aumento de la velocidad en ciertos procesos, pero lo mejor es optar por un SSD, ya que esa es la auténtica revolución.
SSD significa »unidad de estado sólido», o »Solid State Drive», y es uno de los componentes más importantes a la hora de hacer que el PC vaya mucho más rápido. Es la evolución del HDD, y su principal función es la de permitir abrir archivos a toda velocidad, así como iniciar el sistema operativo (y apagar el PC) mucho más rápido.
A lo largo de los próximos párrafos os contaremos todo lo que debéis saber sobre ellos, pero vamos a empezar por el principio explicando qué es y para qué sirve.
¿Qué es un SSD?
Ya hemos dicho que un SSD es una unidad de estado sólido, y en pocas palabras se trata de un componente del PC que sirve para almacenar datos, exactamente »igual» que un disco duro (pero no podemos llamarlo »disco duro» debido a que no hay un »disco» en su interior).
Un disco duro HDD cuenta con un gran plato y un cabezal. Estos elementos se mueven a toda velocidad para escribir y encontrar los datos que guardamos en nuestro PC. En estas unidades, las partes físicas desaparecen, ya que se sustituyen por elementos más parecidos a los módulos de memoria de una pastilla de memoria RAM.
Si estáis puestos en tecnología, sabréis que una memoria RAM es una memoria volátil. Esto significa que, cuando se corta la fuente de corriente, los datos se borran (por eso la RAM se vacía cuando apagamos el PC). Sin embargo, están basados en memoria NAND, una memoria no volátil que permite que los datos no se borren cuando se desconecta la alimentación.
No necesitan una pila para mantener sus datos cuando no tiene una fuente de corriente, y podemos tenerlo almacenado como disco duro externo sin preocuparnos de que sus datos vayan a desaparecer.
A continuación, os dejamos una comparativa entre un HDD (izquierda) y un SSD (derecha) para que veáis el número de componentes que tiene un sistema y otro:
Las ventajas frente a un HDD son evidentes. Al contar con una mayor velocidad de lectura y escritura, los archivos se abren y se cierran mucho más rápido (esto también vale para los juegos y las pantallas de carga). El sistema se abre y se cierra en segundos, la transferencia de archivos es más veloz y hay otra serie de ventajas no tan evidentes, pero sí importantes.
Por ejemplo, producen menos calor al no haber partes en movimiento, pesan menos (lo que es importante en portátiles), resisten mejor a los golpes y no producen ruido ni vibraciones (de nuevo, importante cuando hablamos de portátiles).
Además, si el límite de los discos duros HDD casi se ha alcanzado, a estos todavía les queda camino por delante, ya que cada vez inventan nuevas formas de apilar los datos y comunicarlos con la placa con nuevas vías de conexión (SATA, PCI, etc).
SSD y HDD no son incompatibles
A lo largo de las próximas líneas os daremos más información complementaria sobre estos componentes, pero no podemos pasar por alto que los SSD y los HDD no están »reñidos». Y es que, al principio eran prohibitivos debido a un precio desorbitado y a una capacidad muy, muy reducida.
Ahora se pueden encontrar modelos de 480 GB por menos de 50 euros, y aunque es tentador hacerse un PC con solo este tipo de almacenamiento, lo más lógico es contar con un portátil que sí esté basado en un almacenamiento vía SSD… y un sobremesa con una memoria de gran capacidad para el sistema operativo y las apps más usadas y un HDD de 1 o 2 TB para juegos o grandes cantidades de archivos que no usemos muy a menudo.
Por qué elegir un SSD antes que un HDD
Es el momento de ver con detalle por qué es mejor opción que un HDD, de largo, además. Y es que, la velocidad es un elemento fundamental a la hora de elegirlo por delante de un HDD, pero no es el único.
En 2011 puede que hubiera más detalles que nos echaran para atrás, pero ahora debería ser obligatorio en cualquier equipo, tanto portátil como sobremesa, ya que sus ventajas sobre un HDD son evidentes y numerosas.
Velocidad, el punto clave
Ya lo hemos dicho, el principal motivo para elegirlo en lugar de un HDD es que un SSD cuenta con una velocidad de lectura. Y escritura muy superior a la de un HDD.
Esto se traduce que, tanto para guardar datos como para leer esos datos, es más rápido. Hablamos de una velocidad de unos 500-550 MB/s frente a unos, como máximo, 150 MB/s de un HDD.
Para que nos entendamos, esto afecta al tiempo de apertura del sistema operativo, al tiempo que tarda en apagar el equipo, a la velocidad de apertura de las aplicaciones y a los tiempos de carga de juegos, además de a la velocidad de descarga con líneas de fibra óptica de velocidades elevadas.
Consumo energético
Otra de las ventajas de contar con un SSD en lugar de un HDD es que el consumo es menor. Al no contar con piezas mecánicas que deben moverse para escribir y leer los datos, es una ventaja en ciertos aspectos.
Uno de ellos, como decimos, es que no necesita más energía de la cuenta para leer los datos. Como decimos, es algo que vamos a notar en un portátil, y si bien en uno actual no tiene tanta importancia, si actualizamos nuestro viejo portátil con un HDD y le ponemos un SSD, el impacto energético será menor.
Silencio absoluto
Este no es un motivo de peso, pero sí vale la pena tenerlo en cuenta, sobre todo si dejáis el portátil descargando juegos por la noche, o realizando operaciones que necesiten el disco duro y tenéis el ordenador en la misma habitación en la que dormís.
Debido a la ausencia de piezas mecánicas, no produce ningún tipo de sonido, por lo que el clásico traqueteo del disco duro convencional no hace acto de presencia.
Sin fragmentación, sin alteración por magnetismo y mayor seguridad de los datos
Está claro que el consumo y el ruido no son algo demasiado importante, más en un portátil que en un sobremesa, pero lo que sí debéis tener en cuenta a la hora de elegir un SSD en lugar de un HDD es que los datos están más seguros en un disco de estado sólido.
Los actuales no tienen fragmentación, no ‘’sufren’’ si llevamos el portátil en una maleta y lo movemos (algo que puede hacer que se dañe un HDD conveniconal, que sin ser lo habitual, puede pasar) y, además, no tienen alteración por magnetismo.
Como decimos, esto sí es importante, ya que contar con un disco duro más veloz y, además, seguro, es un motivo de peso para hacernos con uno en lugar de con un nuevo HDD.
Peso
Hablábamos de portátiles cuando nos referimos al peso y al ruido, además de a la seguridad por vibración, y también debemos mencionar que el peso es menor que el de un HDD, aunque este sea de 2,5’’.
Si el peso es algo fundamental para vosotros en un portátil, podéis arañar unos gramos si, a la hora de actualizar el almacenamiento, escogéis uno de estos en lugar de un HDD.
¿Tienes miedo por los ciclos de escritura? Ya puedes perderlo…
Uno de los problemas de los más antiguos, de los primeros que sacaron, era que contaban con un ciclo limitado de escritura. Las noticias sobre la vida útil limitada de los SSD se extendió como la pólvora, y es un miedo que aún tienen algunos usuarios.
Según las características de los actuales, duran más de 10 años y, aunque dejen de poder escribir pasado ese tiempo (que no es seguro), seguirán pudiendo leer, por lo que no perderemos nuestros datos.
Ya no salen tan caros
Y uno de los impedimentos a la hora de comprar uno hace unos años era el precio. Ahora, podemos conseguir este tipo de unidades de memoria de unos 128 GB por un precio irrisorio, y de 250 GB por 50 euros.
Es un precio muy atractivo tanto para comprar el SSD como disco principal como para hacerlo para instalar solo el sistema operativo y las aplicaciones que más usemos y, así, tener un acceso más rápido a ciertas aplicaciones habituales.
Como veis, no son pocas las tazones para elegirlo antes que un HDD, ya que ganamos en muchos aspectos y, sobre todo, en velocidad y seguridad.
En qué debes fijarte para comprar el más rápido
Ahora que tenemos claro qué es y las principales diferencias entre un SSD y un HDD, toca aclarar que no todos son iguales y, por eso, hay una serie de características que debemos tener en cuenta a la hora de comprar el más rápido.
No es que influya en la velocidad del mismo, pero uno de los aspectos clave es la capacidad. Como hemos dicho, los hay de gran capacidad que pueden encontrarse a un precio muy interesante, y comprar uno de 256 GB para arriba si queréis instalar ahí el sistema, os ahorrará el tener que comprar otro más adelante.
Una vez hemos recordado que debéis comprar el que tenga capacidad suficiente para todo lo que queréis guardar en él, vamos con dos consejos para comprar el más rápido.
Básicamente, hay que fijarse en los MB/s
Es de perogrullo, pero cuando vamos a comprar este tipo de almacenamiento debemos mirar las características para no encontrarnos, por ejemplo, con un SSD que, sí, siendo un SSD, cueste solo unos cinco euros menos que otro más rápido con la misma capacidad.
Si es de hace algunos años, podemos toparnos con modelos que vayan a 400/450 MB/s en escritura/lectura. Es una velocidad que no está mal y que, de hecho, supera a la de los HDD, pero… ¿por qué elegir eso cuando podemos hacernos con uno que vaya cerca de los 600 MB/s?
Cuando compramos uno ‘’tradicional’’, con el factor de forma de un HDD de 2,5’’, debemos fijarnos en eso, en que la tasa de lectura y escritura vaya a 550/500 MB/s, lo más cerca posible de los 600 MB/s.
SATA vs M.2, una gran diferencia en velocidad
Sin embargo, esos 600 MB/s son los que limita el puerto SATA al que conectamos este tipo de discos. Una unidad de almacenamiento con esta tecnología puede ir mucho más rápido y, de hecho, los más modernos alcanzan velocidades de hasta 2.000 MB/s. Se trata de los M.2 y los que tienen protocolo NVMe PCIe.
NVMe son las siglas de Non Volatile Memory express, o lo que es lo mismo, discos con memoria no volátil que van más rápido. Dentro de esta tecnología, hay dos tipos:
- NVMe PCIe que se conecta al puerto PCI de la placa.
- M.2 SATA que se conectan al puerto SATA, pero que cuentan con una segunda muesca para energía.
El ‘’problema’’ de estos discos M.2 o PCIe es que no podemos ‘’pincharlos’’ donde nos plazca, ya que la placa debe ser compatible, y no todas lo son.
Las mejores alternativas de SSD interno en 2021
Ahora, ya sabéis en qué os debéis fijar a la hora de querer comprar el más rápido. Si vuestra placa soporta los discos M.2, ni os lo penséis, ya que ganaréis muchísima velocidad y el sistema, así como las aplicaciones, volarán.
La tecnología de este formato de almacenamiento ha mejorado muchísimo estos últimos años, pero si nos metemos en cualquier comercio online, vemos decenas de modelos y, muchas veces, no sabemos por cuál empezar a mirar para ampliar nuestro equipo.
Por eso, a continuación vamos con las mejores alternativas para comprar un SSD en 2021, un modelo por cada necesidad que podemos tener para que halléis alternativas de sobra dependiendo de las características de vuestro equipo o el almacenamiento que necesitéis.
Kingston SSD A400 – Almacenamiento »tirado» de precio
Ahora mismo, este modelo de Kingston es la opción más barata de confianza para actualizar nuestro equipo. Es una alternativa ideal si tenemos un sobremesa con un HDD y queremos acelerar el arranque del sistema, pero también si tenemos un portátil antiguo sin esta unidad de almacenamiento, ya que es una manera ideal de dar una segunda vida al equipo.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Muy, muy barato | No tiene la escritura más rápida |
SATA | »Solo» 240 GB |
No es el que tiene más capacidad del mercado, ni el más rápido con su velocidad de 350 MB/s de escritura y 500 MB/s de lectura, pero por menos de 30 euros, vamos a notar un incremento de velocidad si venimos de un HDD.
Samsung 860 EVO – El más equilibrado
Empezamos con las palabras mayores si hablamos de los mejores SSD que podemos comprar en 2021. Y es que, este Samsung 860 EVO es una de las mejores opciones para actualizar nuestro equipo.
Se trata de una alternativa que cuenta con una relación calidad/precio impresionante y al que, de hecho, por un precio menor a 70 euros no podemos poner ninguna pega.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Lectura/escritura rápida | Por ese precio, nada |
500 GB por menos de 80 euros |
Tiene una velocidad de 550 MB/s de lectura y de 520 MB/s de escritura y, como decimos, es de las mejores opciones para actualizar nuestro PC e instalar tanto el sistema operativo como las principales apps.
Samsung MZ 970 EVO Plus – El más rápido
Estamos ante uno de los pata negra de los SSD. Este modelo de Samsung, NVMe M.2, es un SSD que se conecta al puerto PCIe 4.0x. Es un modelo »normal», pero como está conectado a un puerto mucho más rápido que el SATA, se le puede sacar más partido a la tecnología de almacenamiento.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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500 GB da para el sistema y principales apps | El precio sube |
3.300 MB/s de escritura 4.000 MB/s de lectura |
Necesita un puerto especial |
Es cierto que es un poco más caro, sobre todo si queremos más de 500 GB, pero la velocidad vale la pena. Por apenas 100 euros, no vais a encontrar una alternativa mejor.
SanDisk SSD Plus SATA III – Mucha capacidad y buena velocidad
Vale, no es el más rápido, y después de hablar del EVO M.2 de Samsung, lo cierto es que es complicado recomendar uno que no sea PCIe. Sin embargo, este modelo de SanDisk que se conecta por SATA III nos ofrece, a un buen precio, mucho almacenamiento.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Mucho almacenamiento | …pero tampoco es el más rápido |
Buena tasa de lectura/escritura… |
Estamos ante un SSD de 1 TB que por 99 euros nos ofrece almacenamiento moderadamente rápido y con espacio tanto para el sistema como para algunos juegos.
Otra posibilidad es la de ampliar nuestro almacenamiento externo escogiendo una opción mucho más rápida que las unidades externas HDD o los pen drive flash.
Corsair Force Series MP510
El Corsair Force Series MP510 es otro de los SSD internos que te recomendamos. Se trata de una unidad con una interesante relación calidad-precio disponible en diferentes tamaños: 240, 480, 960 y 1.920 GB.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Buena relación calidad-precio | Velocidades de acceso aleatorio mejorables |
Buen rendimiento en la lectura/escritura secuencial | La velocidad baja en el modelo de 240 GB |
Puedes comprarlo desde 59 euros en Amazon España.
Los mejores alternativas de SSD externo en 2021
Como decimos, podemos escoger cualquier SSD convencional, de 2,5», y conectarlo a una caja para crear un SSD externo. De esta manera, contamos con más almacenamiento que en un SSD externo 100% y, además, la posibilidad de ampliar en un futuro metiendo otra unidad a un precio atractivo.
¿Opciones? Las que queramos. Por ejemplo, cualquiera de los recomendados anteriormente y esta caja por apenas 15 euros. Con este SSD de 1 TB, es una combinación fantástica.
WD My Passport SSD
Hay varios modelos, y uno de los mejores, por su seguridad y tamaño, es este modelo de WD. Los externos 100%, por llamarlos de una manera, son muy pequeños, caben en cualquier bolsillo y nos sirven llevar datos de un PC a otro, obviamente, pero también para crear copias de seguridad del móvil o la cámara.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Portátil y muy, muy pequeño | USB-C o no sacaremos todo el potencial |
Velocidad más que suficiente | Si queremos más de 512 GB, sube mucho el precio |
Se le saca todo el partido cuando lo conectamos mediante un USB Tipo-C, y por 81 euros con 512 GB, es una gran opción.
Samsung T5
Esta es una de las alternativas externas más populares, y es algo que se ha ganado a pulso. Es pequeño, es elegante, está construido en aluminio (que siempre suma) y cuenta con unas características suficientes en velocidad de lectura/escritura para ser un gran SSD externo.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Cuerpo de aluminio | Podría tener enganche de seguridad |
Muy pequeño |
Como en el caso del de WD, el precio a pagar es más elevado, ya que cuesta unos 91 euros la versión de 500GB, pero si solo queréis la básica, la de 256 GB, podéis haceros con ella por menos de 90 euros. Con sus 550 MB/s, es de las mejores opciones, y trae cables tanto USB Tipo-C como Tipo-A.
SanDisk Extreme
Peleando con el modelo de Samsung por ver cuál es el mejor modelo portátil en lo que a popularidad se refiere, el modelo de SanDisk es una gran opción si buscáis portabilidad »en aventura». Está claro lo que es y, como tal, se puede usar en cualquier ámbito, pero el modelo de SanDIsk está creado para la aventura.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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El enganche de seguridad | Podría ser algo más pequeño |
Resistente a golpes y salpicaduras |
Cuenta con refuerzo anti golpes (más marketing que otra cosa, ya que no lo necesita, pero lo interesante es la protección contra salpicaduras. Además, tiene un asa muy útil para engancharlo a una mochila y no perderlo en una escapada por la montaña a hacer fotos, por ejemplo.
Sabrent SSD
Y la última recomendación es el de Sabrent. Si el resto de modelos cuenta con una velocidad »estándar» de unos 500-550 MB/s de lectura escritura, aquí nos encontramos con picos de 1.000 MB/s.
Y es que, es externo M.2 PCIe, lo que permite llegar a esas cifras de locura.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Velocidad | Hay que usar un USB Tipo-C en ambos extremos |
Relación GB/Precio | No es tan pequeño como un SSD externo |
Viene con un cable Tipo-C a Tipo-A con conversor a Tipo-C, por lo que es interesante hacerse con un cable Tipo-C a Tipo-C para sacar todo el potencia.
Adata SD600Q
Si lo que necesitas es un SSD externo y portátil que se pueda llevar con comodidad y que no se dañe con los golpes, el Adata SD600Q es lo que necesitas.
Lo mejor 👍🏼 | Lo peor 👎🏼 |
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Resistente (certificación militar) | No es tan rápido como otras unidades |
Asequible | Rendimiento mejorable |
Cuenta con un grado de resistencia con certificación militar, es bastante ligero (pesa 118 gramos) y también muy asequible: tiene una capacidad de 480 GB y cuesta 70 euros.