Comprar un televisor nuevo puede convertirse en una locura al encontrarnos con todas las tecnologías y estándares de los que beben los actuales TV. ¿Sabéis qué es HDR y cómo funciona? Os lo contamos
La tecnología HDR desembarcó en el mundo de los televisores hace cuatro años, desde entonces se ha convertido en una jungla de términos y opciones que puede resultar abrumador para los consumidores. Desde su introducción en esta industria se han formado alianzas en torno a un estándar u otro y se han creado versiones con el avance de la tecnología. Pero tranquilos, comprender qué ofrece un televisor HDR es más sencillo de lo que parece.
Explicado de forma muy básica cuando decimos que una pantalla tiene certificación HDR, a lo que nos referimos es que ofrece imágenes más realistas y naturales, con muchos más colores, de los negros más profundos hasta blancos más claros. HDR, son las siglas High Dynamic Range o rango dinámico alto.
Ese rango dinámico hace referencia a la profundidad de color y la escala de luminancia. Al final de lo que se trata es de que nuestro televisor muestre las imágenes lo más parecidas posibles a lo que ven nuestros ojos en directo o incluso mejor, con la mayor variedad de colores y tonalidades posibles. Como si habláramos de la paleta de un pintor.
La escala de luminosidad
De esta forma, la gama dinámica de un televisor será mayor a medida que se incrementa la distancia que separa la intensidad de las zonas más oscuras de las imágenes, de la intensidad que tienen las zonas más iluminadas. A esto se le llama escala de luminosidad en la que se persigue alcanzar el brillo más alto en las zonas más claras y mantener las parte más oscura en un negro muy profundo con la mejor iluminación.
Además, la variación intermedia también es importante. Que el televisor sepa mostrar muchos niveles de brillo diferentes entre ese punto máximo y mínimo de luminosidad, para poder dar a cada detalle el brillo justo y apropiado.
En este aspecto influye con gran fuerza el tipo de tecnología que utiliza cada televisor. Si elegimos un LCD, un OLED, MiniLED etc, cada uno conseguirá aportar una ventaja diferente a la del HDR. Por ejemplo, los paneles OLED utilizan celdas independientes que se iluminan por sí solas. Si necesitamos una parte de la imagen oscura, esas píxeles se apagan por completo consiguiendo un negro más intenso, más natural. Mientras, las zonas iluminadas se mantienen encendidas y se ven más claras.
Por el contrario, si optamos por un panel LCD, estos televisores necesitan una fuente de luz adicional que elimina desde detrás el panel. Estos televisores necesitan mantener la iluminación incluso para mostrar el color negro, lo que hace imposible que una pantalla LCD pueda mostrar un negro puro y se deben conformar con un gris más o menos oscuro. Sin embargo, pueden ofrecer unos niveles de luminosidad mayores en las zonas claras, lo cual también es importante para el HDR.
Así ocurre con cata tipo de pantalla, con los televisores MiniLED, QLED, MicroLED, y muchos más. Por culpa de estas diferencias técnicas, las compañías y los organismos que regulan la definición de los estándares HDR, la UHD Alliance, decidieron definir dos estándares diferentes: uno para los televisores LCD y otro para los modelos OLED.
Como podéis ver en la tabla, los estándares se han adaptado según las características de cada tipo de pantalla. A los OLED se les exige un nivel de oscuridad más profundo que a los LCD para poder contar con esta certificación y viceversa.
LCD | OLED | |
---|---|---|
Brillo mínimo de la pantalla | 1.000 nits | 540 nits |
Brillo máx. para color negro | 0,05 nits | 0,0005 nits |
Profundidad de color
Esa escala de luminancia se quedaría pobre si no fuera de la mano de otro aspecto fundamental para el HDR. La profundidad de color determina cuantos tonos es capaz de reproducir un televisor y, como ya hemos dicho antes, cuantos más mejor.
Así podemos encontrar una profundidad de color de 10 o 12 bits. Los paneles con una profundidad de color de 10 bits consiguen reproducir un espacio de algo más de 1.073 millones de tonos diferentes (1.0243 al cubo). También podemos encontrar paneles de 8 bits capaces de reproducir un espacio de hasta 16,7 millones de colores diferentes (256 al cuadrado) Como ves, la diferencia es abismal.
Y si comparamos estas cifras con los televisores que consiguen alcanzar los 12 bits el cambio es abrumador. Esta es la profundidad de color que deben presentar los televisores con certificación Dolby Vision, uno de los nuevos estándares que ha surgido a raíz de la llegada de HDR hace cuatro años.
En vez de evolucionar en un estándar único que todos los fabricantes respetan, el mercado se ha dividido en varios formatos. Están HDR10, 10+ o Dolby Vision, entre otros. Las marcas como Samsung y Amazon defienden el HDR10+, frente a Dolby Vision, diseñado por la empresa Dolby y apoyado por fabricantes como Sony.
En esta competición también entran en juego los creadores de contenido, pues de nada serviría tener esta tecnología en los televisores si las películas, series o juegos que en ella se muestran no respetan también estos estándares. Así creadores y fabricantes se mueven en el mismo terreno en busca de nuevas mejoras para que los consumidores puedan disfrutar de una calidad de imagen cada vez más realista.