Carmat, la compañía francesa que ha desarrollado el corazón artificial implantable más avanzado, ha anunciado que está lista para empezar a comercializar su producto en el segundo trimestre de 2021.
Carmat, la compañía francesa que ha desarrollado el corazón artificial implantable más avanzado, ha anunciado que está lista para empezar a comercializar su producto en el segundo trimestre de 2021.
El objetivo del corazón diseñado por la empresa es ofrecer una alternativa terapéutica a las personas que sufren de insuficiencia cardíaca biventricular en fase terminal.
La compañía recuerda que actualmente hay un mínimo de 2.000 pacientes en listas de espera para un trasplante de corazón en cinco grandes países europeos.
El dispositivo de la compañía se posiciona como una alternativa que se puede implantar en los pacientes ante la ausencia de donantes.
Carmat se centrará primero en el mercado francés y alemán «que juntos representan el 55% del mercado de soporte circulatorio mecánico (SCM) en la Unión Europea«.
El corazón artificial imita la acción de uno real y es capaz de ofrecer ese apoyo circulatorio mecánico que necesita el paciente, cuyo principal problema es que no puede bombear al resto del cuerpo la sangre que necesite.
«La insuficiencia cardíaca es una pandemia mundial que afecta a por lo menos 26 millones de personas y cuya prevalencia va en aumento. A pesar de los importantes avances en las terapias y la prevención, aproximadamente el 5% de esta población padece insuficiencia cardíaca terminal, descrita como insuficiencia cardíaca en fase terminal, refractaria al tratamiento médico actual. Como la insuficiencia cardíaca es una enfermedad progresiva, el pronóstico es malo: menos del 50% de supervivencia cinco años después del diagnóstico«, explica la compañía.
Para estos pacientes, el único tratamiento efectivo es el trasplante de corazón, pero «esta terapia se ve limitada por la escasez de donantes, que limita el número de trasplantes a unos 5.500 pacientes por año».
El corazón de Carmat se dirige, por ahora, solo a pacientes terminales esperando una donación y todavía se encuentra bajo investigación.
Los primeros pacientes que reciban el implante serán seguidos por la compañía para «generar más datos sobre seguridad y rendimiento», explican.
Con esos datos esperan poder ir mejorando el dispositivo para convertirlo en una alternativa que no solo permita sostener a los pacientes un tiempo mientras esperan órgano vivo, sino que pueda ser una opción a largo plazo.
Este artículo fue publicado en Business Insider España por Ana Zarzalejos.