Fue un año convulso, y la industria del entretenimiento no fue la excepción. La televisión peruana padeció los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus cuando, el 15 de marzo de este año, el entonces presidente Martín Vizcarra decretó el estado de emergencia nacional, que incluyó un periodo de aislamiento social obligatorio. Diversas producciones debieron suspenderse.
“De vuelta al barrio”, telenovela transmitida por América Televisión, fue una de las primeras en poner un alto a sus grabaciones para prevenir el contagio de la COVID-19. La ficción, ambientada a fines de la década de 1970, tenía planeado retratar los años ochenta en sus nuevos episodios, pero el virus hizo que el equipo ponga a prueba su creatividad.
Gigio Aranda, creador y guionista de la producción, comentó entonces a RPP Noticias: “No podíamos hacer una superproducción, porque así nomás no se puede grabar en las calles ni en locaciones”. Sin embargo, poco más de tres meses después, con el fin de la cuarentena, el rodaje se retomó, pero con un libreto transformado. “De vuelta al barrio” incorporó varios cambios.
El primero y más significativo fue alterar la época de la serie. “Estamos reescribiendo lo que habíamos escrito, así que está un poco trabajoso hacer esta cuarta temporada”, afirmó. De este modo, la audiencia peruana atestiguó esta renovación de la historia y, en vez de transcurrir hace 40 años, la ficción se pasó a ubicarse temporalmente en el 2020.
Asimismo, en el elenco hubo que separar a Adolfo Chuiman, Yvonne Frayssinet, Teddy Guzmán y Ana María Jordán, por ser considerados población vulnerable ante el virus, aunque Aranda aseguró que seguirán en la historia, pues sus roles son importantes.
EN EL NOMBRE DEL PROTOCOLO
El retorno a los sets de grabación debió realizarse bajo estrictas medidas alineadas a protocolos de bioseguridad. Esto implicó que exista un distanciamiento social entre actores y actrices, se suspendan escenas de besos (o que quienes las protagonicen guarden una cuarentena previa) y se realicen de manera periódica pruebas de descarte, ya sea en la modalidad molecular o serológica.
La productora Mariana Ramírez del Villar comentó en conferencia de prensa de la telenovela “Princesas” -cuyo rodaje se vio interrumpido por la pandemia y tuvo que retomarse después de la cuarentena- el trabajo que tuvo que llevarse a cabo para adaptar la ficción a los nuevos tiempos: Los directores aportaron muchísimo, porque hacían ciertas escenas para que parezca una cercanía [entre intérpretes] que no era real”.
Miguel Zuloaga, también productor de la mencionada ficción, expresó a RPP Noticias que este proyecto pudo salir adelante debido a que se había grabado, antes de la crisis sanitaria, “un 60% de la novela”. Así, las grabaciones reiniciaron en la primera semana de agosto, con un guion alterado y un presupuesto elevado en cumplimiento del protocolo de bioseguridad.
“Fueron dos meses de un poco de tensión, pero fue bueno, porque todos los actores y la parte técnica lo hicieron bien”, aseveró Zuloaga, mientras que Ramírez del Villar precisó: “Está demostrado que la salud es cuestión de cada uno, nosotros otorgamos las herramientas, pero de la puerta para afuera es responsabilidad de cada uno”.
Aunque el reto mayor correspondió a evitar los contagios del SARS-CoV-2 en el equipo, las producciones también buscaron que las transformaciones hechas en los guiones no sean visibles para el espectador. Las costuras de la ficción no debían notarse. O como Zuloaga sentenció: “Espero que no logren ver [el cambio], porque hemos dedicado mucho tiempo para que no se note ese cambio de antes y después”.
PROYECTOS A LA MEDIDA DE LA PANDEMIA
Si bien hubo proyectos televisivos que sobre la marcha debieron adaptarse a los protocolos de bioseguridad, producidos por la pandemia, también existieron aquellos que surgieron con guiones escritos a la medida de las circunstancias. Fue el caso de “La otra orilla” y “Mi vida sin ti”, ambas bajo la producción de Michelle Alexander.
Sobre la última telenovela, que fue dirigida por Ani Alva, Alexander detalló en una conferencia de prensa virtual que los 17 artistas que componían el elenco debieron confinarse en un hotel, donde permanecieron alejados de sus familias alrededor de tres meses hasta el final del rodaje. Así, el guionista Eduardo Adrianzén mencionó que la telenovela “está diseñada de tal forma que en ningún momento se sienta limitación de nada”.
“Es una nueva forma de hacer ficción”, dijo por otro lado Jorge Vilela, director junto a Gino Tassara de “Aislados, la serie”, producción que se estrenó el mes pasado en Movistar Play y fue grabada en medio de la crisis. “No solo se ha grabado en la casa de los mismos actores, sino que los famosos canjes [de vestuario y maquillaje] se han eliminado para evitar cualquier tipo de contagio”, agregó Tassara.
Entre otros detalles del rodaje, esta ficción contó con un equipo mínimo de seis personas en set y, en algunos casos, se ensayó y dirigió de manera remota a través de la plataforma Zoom. Cada 15 días, se realizaron pruebas serológicas y, por sorteo, pruebas moleculares, lo que permitió tener una cifra cero de personas contagiadas.
Por otra parte, tanto la serie de Michelle Alexander como la de Vilela y Tassara tuvieron la particularidad de dialogar con la realidad próxima y abordar la pandemia desde su propia óptica. “La otra orilla”, por ejemplo, ofreció una mirada sobre los héroes de la pandemia, mientras que “Aislados, la serie” se basó “en los primeros días de confinamiento”.
Sin duda, muchos desafíos le esperan a la televisión peruana en el 2021. ¿Será este un salto para que nuevos tipos de ficciones irrumpan pronto en la pantalla chica? Toca prestar atención y tener el control remoto a la mano.