Se debate continuamente sobre el orden de vacunación, pero ¿qué dicen los distintos estudios al respecto?
La campaña de vacunación del coronavirus está resultando especialmente complicada en todos los países. La necesidad de vacunar a todos los ciudadanos partiendo desde cero y la gradualidad con la que llegan las dosis fomenta un debate en el que se toman en cuenta muchos factores, pero en este artículo nos vamos a detener en la información publicada por distintos estudios.
De momento, se ha empezado la vacunación con la población que corre mayor riesgo y los sanitarios, a pesar de que algunas personas hayan cometido ilegalidades y actos reprochables. Pero cuáles son los siguientes pasos: ¿por edad?, ¿en función del sector laboral?
Según la información de los epidemiólogos de la Universidad de Colorado publicada en Science, el primer paso está siendo el correcto: primero a los más vulnerables y luego a los contagiadores, en este caso personal médico o de residencias que pueden transmitirles el virus, además de estar continuamente expuestos a este.
En 20 Minutos han recordado un estudio realizado por el Instituto Noruego de Salud Pública que detalló cuáles han sido son los profesionales más contagiados: sanitarios y conductores de transporte público, pero también camareros, asistentes, dependientes… Este ha abierto el debate clave: una vez vacunada la población más vulnerable, ¿es el trabajo el baremo a tomar en cuenta?
En este mismo mensaje es donde encaja el estudio de la Universidad de Nueva York para la revista Advanced Theory and Simulations que apuesta por priorizar a aquellos que tengan una mayor exposición, factor en el que el trabajo es esencial a la hora de organizar a la población.
Pero aquí nos enfrentamos a un problema, los estudios publicados finalizan con conclusiones distintas sobre quiénes son las personas más expuestas, los hay donde copan el listado los sectores de la agricultura o la pesca y en otros los trabajadores sociales y de educación. Y todo esto sin tener en cuenta otros aspectos, como las diferencias por sexo o edad.
De toda esta información se pueden extraer varios apuntes, el primero es que los estudios no colocan a políticos entre los grupos a priorizar, pero también que cada país va a tomar una dirección distinta a la hora de organizar la vacunación, ya que los estudios carecen de la distancia temporal necesaria para que sus conclusiones sentencien el debate.