COVID-19: La importancia de continuar con las medidas preventivas después de recibir la vacuna

La llegada de la vacuna a Perú es un importante punto de inicio hacia el control de la pandemia de la COVID-19 en el país. Sin embargo, dejar atrás el uso de la mascarilla y las otras medidas de prevención del contagio del SARS CoV-2 todavía es un escenario lejano. 

Los anticuerpos generados tras la aplicación de la vacuna, y sus dos dosis, toma algunos días para realizar su acción protectora, por lo que continuar con el uso correcto de mascarillas, lavado de manos y distanciamiento social es clave para evitar contagiarnos o propagar la infección a nuestros familiares.

El doctor Luis Figueroa, patólogo clínico, resalta que, por ejemplo, en el caso de la vacuna de Sinopharm, los refuerzos de la vacuna con una segunda dosis generalmente se dan a después de los 20 días y “el virus tiene un periodo de incubación de cinco días en promedio”.

“Por lo tanto, si una persona se infectó antes de la primera dosis o en los primeros días después de la primera dosis, es posible (que se contagien del nuevo coronavirus), por qué todavía no tendremos los anticuerpos que nos protegerían”, menciona.

Agrega que «debemos esperar las dos dosis idealmente para una inmunidad esperada. Eso representa entre 30 a 40 días considerando las dos dosis».

Por lo tanto, después de aplicarse la primera dosis de la vacuna, en el caso peruano de Sinopharm, es necesario mantener las medidas preventivas de uso correcto de mascarilla, un lavado constante de manos, mantener los espacios ventilados y un distanciamiento social de dos metros.

El doctor Manuel Loayza, epidemiólogo y docente de posgrado de la Universidad Norbert Wiener, explica que después de la aplicación de la vacuna, “la inmunidad no es inmediata, la misión de la vacuna es generar anticuerpos contra el SARS CoV-2 y para eso necesario la aplicación de las dos dosis”.

Usualmente la respuesta de producción de anticuerpos se desarrolla en una semana después de tener las dos dosis de vacunas, por lo cual si se produce la infección es porque la vacuna no tenía el suficiente tiempo de protección necesaria”, menciona.

El doctor Carlos Vidurrizaga, investigador del Centro de Bioingeniería de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), resalta que, dependiendo de la vacuna que se utilice, puede ser de una sola dosis o de dos dosis, “se establece que la inmunidad la vamos a alcanzar más o menos entre una o 2 semanas después de la segunda dosis, pero este es un marco realmente teórico”.

“Si un paciente se ha aplicado una sola dosis de la vacuna, no ha aplicado la segunda dosis de la vacuna y se expone el contagio, pues es evidente que es posible que el paciente se contagie. Si un paciente se ha aplicado las dos dosis de la vacuna también es posible que se contagie porque la vacuna no es 100% efectiva; además, tenemos algunas variantes como es el caso de la variante brasileña y la variante sudafricana, que han venido también a reforzar a la variante británica, que en algún momento podrían llegar al Perú, y se ha determinado que pueden evadir el sistema inmune, esto también podría hacer que evadan a los anticuerpos que se generan cuando uno se vacuna”, resalta.

Vidurrizaga sostiene que hay algunos laboratorios que establecen que sus vacunas son efectivas y otros que establecen que son menos efectivas, “con lo cual, es claro que la inmunidad va a disminuir de manera notable el riego de contagio, pero no lo anula ni lo cancela”.

EVITAR EL CONTAGIO

Figueroa menciona que las principales recomendaciones que se dan a una persona que ha sido vacunada contra la COVID-19 para evitar el contagio es que continúe practicando las medidas no farmacológicas como el uso de mascarilla, una distancia mayor a dos metros y el lavado de manos. “Además practicar las 4C: evitar lugares Concurridos y Cerrados, además de Contactos cercanos y exposición Continua”, agrega.

Loayza explica que si bien es cierto que la vacuna contra la COVID-19 genera anticuerpos que imitan la enfermedad, como la mayoría de las vacunas disponibles, “no impedirá que las personas se infecten, cualquier persona vacunada tendrá la misma posibilidad de infectarse que otra que no haya recibido la vacuna, la diferencia es que quien haya recibido la vacuna no tendrá que ser hospitalizada porque su cuerpo habrá desarrollado los anticuerpos necesarios para que esta infección sea leve o asintomático”.

“En tal sentido, a pesar de vacunarse es necesario seguir con las medidas de protección: seguir usando mascarillas, aplicando la sana distancia y evitando los espacios cerrados y confinados”, añade.

Vidurrizaga sostiene que tenemos que establecer mantener las recomendaciones de distanciamiento social, higiene, desinfección de superficies, de estar atento a la presencia de determinados tipos de síntomas, el uso de mascarillas y tapabocas, “incluso exagerando, en algunos casos, cuando haya cierta sospecha o cierta certeza de que estamos ante un paciente diagnosticado positivo”.

El hecho de que uno esté vacunado no debería hacer bajar la guardia porque no solamente va a ser difícil de controlar, sino que ante un hecho en el cual tememos variantes de un virus que todavía recién estamos terminando de conocer, yo creo que es bastante riesgoso asumir que ya podemos llevar ‘una vida normal’ y esto todavía nos va tomar bastante tiempo antes de poder hacerlo de esa manera”, menciona. 

CONTROL DE LA PANDEMIA

Figueroa añade que la mejor experiencia conocida es la de Israel que “con el 40% de su población vacunada están empezando a disminuir el número de hospitalizaciones de pacientes por COVID-19” y “quizás esas sean las cifras tentativas” para el control de la pandemia.

Por su parte, Loayza sostiene que la inmunidad de rebaño se refiere a la protección indirecta contra una infección otorgada a personas susceptibles, cuando en una población existe una proporción suficientemente grande de personas inmunes a dicha infección.

“Existen posibilidades o enfoques para alcanzar una inmunidad de grupo frente al SARS CoV-2: una es una campaña de vacunación masiva que requiere el desarrollo de una vacuna efectiva y segura; y, la otra es la inmunización natural con el virus a lo largo del tiempo, con consecuencias graves para la población por las formas graves que ocasiona produciendo mortalidad. En ese sentido, de acuerdo a algunos modelos matemáticos, se propone que para conseguir la inmunidad de rebaño se podría llegar o alcanza al 80%, aunque todavía se sigue en evaluación dependiendo de la transmisión de la enfermedad de manera comunitaria”, menciona.

Finalmente, Vidurrizaga menciona que lamenta no ser optimista porque ya la Organización Mundial de la Salud estableció que se espera que no se alcance ningún tipo de inmunidad de rebaño durante el año 2021, “porque en un mundo globalizado como el que estamos, el hecho de que un país alcance cierto grado de inmunidad para control no lo vuelve invulnerable, porque vamos a seguir teniendo contacto con otros países que probablemente puedan tener más o menos control de la epidemia y de la pandemia que tenemos nosotros, y más o menos pacientes que puedan circular llevando consigo incluso variantes del virus que puedan de alguna manera tener otros comportamientos de contagio”.

“En ese contexto, no quiero ser optimista ni plantear que la inmunización nos va a llevar a un control de la pandemia. Yo creo que la inmunización va a reducir el riesgo de contagio en una manera importante y sin embargo, debo insistir en algo, que es la necesidad de buscar mecanismos de tratamientos, no solamente mecanismos de prevención ni tampoco mecanismos de aislamiento, sino mecanismos de tratamiento que nos permitan de alguna manera reducir los tiempos de hospitalización de los pacientes, reducir los tiempos de progresión de esas enfermedades y llevarlas a la cura, y de esa manera poder contar con mayor capacidad de infraestructura disponible, en el caso de que la requieran”, finaliza.

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