Hace un mes, estuve en Nueva York para conocer al Galaxy Note 10 Plus, el nuevo equipo de Samsung para esta segunda parte del año. Estaba con ganas de ver cómo los surcoreanos le iban a dar la vuelta de tuerca a este dispositivo, tras un Note 9 poderoso y un Note 8 que capturó mi atención. Luego de estar en la sesión previa, a un día del evento principal, llegué al cuarto del hotel en Brooklyn a armar esta nota, y recuerdo esa nube de información previa que habíamos tenido en la sesión privada. Quise evitar caer en el entusiasmo, peor no pude. Desde ese día, sabía que el Note 10 Plus me iba a gustar, y mucho.
Trato de ser objetivo con los equipos que pruebo, y muchas veces mi estándar es alto para los equipos más caros. No cualquiera puede tener tanto dinero para invertir en un teléfono que satisfaga todas sus necesidades, incluyendo las más banales. Creo que es justo someter a evaluaciones sumamente específicas a estas unidades de prueba, pues la información detallada le permite a un usuario tener una decisión mejor sobre lo que realmente requiere. Con el Note 10 Plus fui muy duro, y siento que, fuera de gustos personales, otro equipo hubiera sido criticado duramente con todo lo que prometía en el papel.
Vamos a repasar las especificaciones del equipo:
Diseño digno de un 10
Con los años, el Note ha sabido pulir detalles menores que han empujado el diseño a un punto sin retorno. En este Note 10 Plus han logrado un concepto más firme, heredado de la experimentación del S10 y cimentado con un borde muy fino. A la mano, el teléfono se siente como se ve: cómodo y sin nada que le sobre.
La optimización del espacio es tal, que Samsung ha suprimido el botón de Bixby y lo ha virtualizado en toques con el botón de bloqueo. No sobra nada, y hasta el espacio para las antenas se ha vuelto tan sutil que resultan imperceptibles en este contorno de aluminio.
El trabajo de la tapa trasera es admirable. Samsung llama a este color “Aura Glow”, y despide múltiples colores. No hay palabras para describir el efecto luminoso que logra este diseño. Es muy difícil ver un equipo que amalgame tan bien el panel frontal y el trasero sin sobresaltos o hendiduras complicadas. El Note 10 Plus lo logra.
En la parte superior, el Note 10 Plus cuenta con micrófonos y la bandeja “nano SIM/microSD”, mientras que en la base tenemos otro micrófono, el puerto USB-C, la bocina y el S-Pen. En el caso de la bocina frontal, se encuentra debajo de la pantalla, justo debajo de la cámara delantera. Al lado, casi imperceptible, está el sensor de proximidad debajo de la pantalla, el que puede ser visto en la pantalla de llamada como un pequeño “pixel muerto”. No te preocupes, es el sensor de proximidad.
La ubicación de los botones es muy cómoda, y el hecho que el borde derecho no tenga nada ayuda más al agarre. Es un equipo que, a pesar del tamaño, no se me complica para manejar con una sola mano.
Seguramente la intranquilidad por vulnerar este diseño con un golpe o una rayadura. El Gorilla Glass 6 protege de caídas, pero no de arañazos. El Note 10, tal como todos los diseños de vidrio en estos últimos años, aloja tus huellas con eficiencia y amor, así que usa un case o un paño de microfibra en el bolsillo.
Eso sí, dile adiós al puerto para audífonos. Podemos seguir quejándonos de lo mismo, pero realmente han pasado 3 años de esta tendencia, tiempo suficiente para entender que no hay marcha a tras y buscar audífonos bluetooth o conector USB. El problema con el Note 10 Plus es que no añade un adaptador USB-C a audífonos, pues los AKG de la caja tienen punta USB-C. Una pena para los que añadimos micrófonos a los teléfonos para mejorar el audio.
Detesto este panel, en serio
Lo detesto por una razón: no le puedo encontrar un punto flojo. Lo tiene todo. Extensión, calidad de respuesta, color, luminosidad, fundición con los bordes. Todo.
Ya con el S10 Plus, Samsung podía tomar distancia sin problemas del resto. Pero esto es una locura. Seguramente, y tras haber usado el OnePlus 7 Pro por una semana, el tema de los 90Hz frente a 60 sea evidente, pero no lo extraño. No lo necesito.
En este caso, las 6,8 pulgadas no incomodan, y eso es un trabajo en conjunto con One UI, el software que los coreanos le añaden a Android. Además, es un panel tan bien equilibrado en colores y contraste que no desentona. De hecho, tenemos una luminancia bajo el sol de 800 nits, y picos de 1200. Con un contraste de 2 millones a uno, tenemos a la mejor pantalla para multimedia. De lejos.
Un tema adicional sobre las dos herramientas que la pantalla integra: la cámara y el sensor de huellas. En el caso de la perforación para la incrustación de la cámara, Samsung ha esmerado demasiado el trabajo en no generar luces alrededor del lente. Con tanta densidad de pixel, y brillando todos al mismo tiempo cuando abrimos la interfaz para fotos, el peligro de coger parte de esos reflejos es latente a esa distancia. Pues la ingeniería de Samsung para este integrado ha permitido una perforación limpia que no genere este ingreso de luz y se note en los bordes de la cámara. Es impecable el trabajo aquí, pues la cámara casi ni se nota, si la comparamos con lo que ofrece el One Action e Motorola o el mismo S10 Plus.
El otro punto es el sistema de reconocimiento dactilar bajo el panel. El sistema ultrasónico del S10 se integra aquí, y trabaja bien, aunque debo reconocer que 9 de 10 preocupa al precio del equipo. Por lo demás, es una pantalla con uniformidad y consistencia, además de contar con un modo de resolución variable que ayuda a mantener la energía por tiempo prolongado.
Un buen puñado de software, pero creo que abusaron
No está mal tener herramientas adicionales, pero a veces pensamos en lo que dejamos de usar y lo que realmente encaja con nuestras rutinas. Este dispositivo lleva Android 9 con la personalización de One UI tradicional de los equipos en este 2019. Sobre esto, Samsung construye un diferencial enorme del resto de formatos, incluyendo el S10.
Aquí hay que desagregar en dos puntos la reseña: en lo que hay dentro del equipo, y lo que ofrece por fuera.
En el caso del software que funciona en el teléfono, Samsung dota al Note 10 y a esta capa de One UI una mayor gama de opciones, combinadas con la potencia del hardware y el concepto S-Pen. Una parte es la tradicional manera en que el lápiz de Samsung – que, por cierto, cuenta con su propio puerto de carga inalámbrica y puede mantener funcionando por 10 horas fuera del teléfono -, con el Samsung Notes potenciado desde el panel apagado.
Ahora, y gracias al reconocimiento inteligente, puedes escribir a mano en la suite nativa de Samsung y convertir tu trazo – hasta el mío, increíble – en texto editable y procesable. OCR vitaminado con el poder de reconocimiento de letra en el Note 10.
No es perfecto, pero la perfección va de la mano con alguien que tenga bonita letra. Sin embargo, debo reconocer que, incluso cambiando el idioma, es capaz de reconocer la letra casi sin problemas.
La herramienta de selección permite extraer el texto, cambiar el color y añadirle detalles, una manera inteligente de remarcar el contenido.
Desde el Note 8, Samsung incorpora otras herramientas para S-Pen, como el envío de GIF animados, cuaderno de apuntes, cambio de color de página y otros beneficios para los que se acostumbran a “tomar notas”.
Otro atributo incluido por software es el AR Doodles, la capacidad de “dibujar en el aire” y mantener el trazo asociado a un rostro mientras se mueve, y poder aprovechar la potencia de la realidad aumentada en video. Con esta aplicación, de momento exclusiva para el Note, el usuario será capaz de dibujar todo tipo de elemento sobre lo que la cámara percibe y grabar clips o tomar fotos.
Yo solía hacer esto con la aplicación “Just a Line”, uno de los primeros proyectos de AR en Android asociados a ARCore, el apartado de Google para realidad aumentada. Sin embargo, esta opción es más estable, artística y completa.
Por otro lado, el S-Pen se independiza más del equipo, heredando gestos que son reconocidos por el equipo. Hasta el Note 9, la única interacción disponible con el “lapicito” de Samsung era la toma de fotos con el botón de acción. Esto abrió una enorme cantidad de posibilidades, y ya esta liberado el SDK para que los desarrolladores puedan sacar el jugo a sus apps.
Ahora, el S-Pen puede ayudarnos a escoger entre los modos de la cámara, cambiar de lente, hacer zoom y disparar la foto, todo con gestos aéreos desde el lápiz. En el caso de la multimedia, podemos cambiar de canción, subir o bajar el volumen y otras tareas más. Si te grabas solo en video, esto puede ser de gran ayuda para no depender de una “mano amiga” que presione REC a esa distancia.
Para mejorar la experiencia de uso, Samsung apela a la Inteligencia Artificial, empujada desde el Exynos 9820. La idea es que esta implementación permite mejorar la interacción que tenemos con el equipo, mientras mide los recovecos y conductas sobre aplicaciones y momentos del día. Tu uso es analizado al detalle, y en la primera semana la inteligencia artificial puede deducir patrones de conducta para optimizar el comportamiento del equipo. Funciona, y muy bien.
Lo otro que va bien es el IA Game Booster, un modo que nos ayuda a tener mayor control de las condicione del smartphone mientras jugamos. Mide tiempo de uso, consumo energético, temperatura y varios detalles asociados a nuestros hábitos de juego. Incluso, añade pantallas flotantes sobre el mismo para leer mensajes de WhatsApp, hacer llamadas y más detalles.
Otro atributo es la incorporación de un modo de grabación de pantalla realmente completo. Si requieres grabar un tutorial, incluir tu rostro e incorporar trazos del S-Pen, este es el equipo que puede hacerlo, sin sufrir o sudar y entregando un video de hasta 1080p. Una pena que no podamos trepar a la resolución de la pantalla, pero Full HD es más que suficiente para trabajar.
A la par de esta posibilidad, Samsung incorpora un editor nativo de video, fuera del Adobe Rush que ya viene por defecto. Esta nueva suite, incorporada en la galería, permite acceder a los clips que queremos editar y añadir atributos: transiciones, subtítulos, dibujos con el S-Pen y otros están habilitados para el producto final.
Ahora, vamos por fuera.
Este equipo incorpora DeX de una manera singular. Este formato de sistema operativo ha tenido una tibia presencia y, personalmente, nunca lo he visto en acción en manos de un usuario que no sea yo. Sé que no es justo mirar el tema desde estos ojos, pero es la verdad. Para usar DeX, debías conseguir un accesorio caro, que no se consigue así nomás, y que no vale la pena adquirir por separado pues su costo no regresa en productividad.
Con el Note 10, y desde los modelos de Tablet, Samsung ha buscado maneras más simples de proponer el uso de DeX a los usuarios, y ha encontrado una que podría ayudar a una transición más sana. Ahora, y gracias a un sólido partnership con Microsoft, tenemos DeX en PC.
Funciona bien, pero uno podría esperar demasiado de este entorno. Sin embargo, y gracias al hardware del Note 10, las tareas más simples son realmente dóciles.
El software de DeX sirve de “emulador” dentro de Windows y permite el uso de este sistema alterno a pantalla completa. Hay algunas apps que no están optimizadas para el workflow de DeX, como Feedly, pero varias de ellas responden a puntero sin complicaciones.
El grave “pero” que le encontré a este sistema fue el uso del teclado. Hay que reconfigurar el teclado físico de la PC para que la distribución de signos, acentos, comas y otros elementos pueda parecerse al nuestro. Ese trabajo extra me hizo retroceder cada vez que usaba DeX.
Lo bueno es que podemos traspasar datos entre la PC y el teléfono sin contratiempos, y solo arrastrando el contenido de una pantalla a otra. Fabuloso para flujos de edición de fotos y video, pues podemos pasar material de manera simple. Incluso copiar y pegar texto entre equipos.
Otro de los sistemas acoplados a Windows es “Link to Windows”, una aplicación que le permite a la PC reconocer por completo al equipo y acceder a la info, además de contestar mensajes, notificaciones y ver la pantalla en la PC. Esto es lo que buscamos desde siempre los que hacemos capacitaciones con apps: un sistema que no tenga latencia y muestre claramente el contenido de la pantalla.
Hace tiempo no hablaba de software, y menos en Samsung. La homologación de One UI en todos sus equipos hizo simple mi trabajo. Hoy escribí por todas las omisiones que hice con esta marca.
Como cierre del apartado: recibí hace un par de días el parche de seguridad de setiembre. Eso es actualizar software de manera útil. Algunas marcas deberían aprenderlo.
La ciencia de Samsung en cámaras
Si comparas los lentes del S10 Plus con los del Note 10 Plus, la diferencia es una: el sensor de profundidad. Ya con esto, el espectro del Note 10 Plus para capturas más precisas es mayor, y eso ya es un factor a favor por este nuevo equipo.
De fotos, no hay queja. Colores precisos, velocidad de disparo, HDR, tenemos todo. Seguramente las fotos nocturnas no encuentran el “sweet spot” que buscamos, pero le falta muy poco.
El sensor de profundidad nos da la chance de jugar con toda la información del entorno en la foto. El desenfoque madura, respecto a lo que vimos en el S10+.
El punto alto de esto es el video, que aprovecha al sensor ToF y nutre con desenfoque dinámico en video a cada toma que hacemos.
Además, el estabilizador óptico que integran el lente principal y el telefoto, ayudan mucho a la toma suave. El premio es para “Super Steady”, el método de estabilización de Samsung con el lente angular. Va muy bien, y sorprende la diferencia de resultado con el mismo S10 Plus.
La cámara delantera mejora considerablemente, pero carece de un sensor de profundidad que complete el buen trabajo. Añade enfoque dinámico al video también en este lente delantero.
Cuando añadimos el “AR Doodles”, el resultado es muy bueno. No hay quejas, siempre que entendamos que es una primera versión de un sistema que puede evolucionar con el tiempo.
Lo otro es el aprovechamiento para escanear objetos con el sensor de profundidad. Le di gusto a la curiosidad un rato, y veo que funciona. Sin embargo, es un trabajo de paciencia el lograr una figura convincente. Yo paso, pero entiendo que hay personas que encuentren muy útil la virtualización simple de objetos a entornos 3D.
Lo que sí considero útil y necesario es el medidor de distancias. Funciona bien, y lo he usado varias veces.
La ciencia ce cámaras en Samsung ha mejorado con los años, pues es un sistema que rinde en todos los formatos. No hay artificios graves, ni desbalances de color. Incluso tenemos soporte nativo para Instagram Stories desde la propia app, y así no perdemos calidad en color ni textura al escalar la imagen a la plataforma.
Un kraken
Lo más top en hardware se luce en todo. No hay lags, demoras ni saltos imprevistos. Todo funciona como debe funcionar. La calidad de las llamadas es buena, pero no tan buena como otros equipos que cuentan con parlantes físicos sobre la pantalla. La bocina está debajo del panel frontal, y la reverberación no anda mal cuando dejamos el equipo sobre la mesa.
De los 12 GB de RAM, casi siempre mantenemos la mitad libre y disponible. Es una cantidad enorme de memoria aleatoria, pero ayuda a que la experiencia sea fluida.
AI Game Boost ayuda a que nuestra experiencia de juego sea balanceada, además de controlar el flujo de calor. Por cierto, no sé de qué calor hablo. Nunca sentí que el equipo tuviera temperaturas inmanejables. Esto gracias al eficiente sistema de refrigeración cíclica que Samsung integra en estos smartphones desde el S7.
La calidad del audio en multimedia es buena, y aun mantenemos el apartado para mejorar la experiencia auditiva. La conexión bluetooth no se pierde, y el GPS o el WiFi son realmente estables.
El sensor de huellas va bien, al ritmo que uno espera de Samsung. No es tan veloz como el sistema de Huawei para el P30 o el Xiaomi para el Mi9T, pero va bien. El reconocimiento facial ha mejorado, y ahora el equipo se desbloquea con mayor frecuencia usando el rostro.
Aun tenemos la pantalla Edge, la captura de GIFS, el mensaje con GIF creados con el S-Pen y todas las innovaciones que el formato “Note” añade por generaciones. Hay más herramientas de las que puedes usar, pero es bueno saber que tenemos disponibilidad de un enorme arsenal de soluciones.
El número no es lo importante en la autonomía
En este caso específico, cuando tenemos un equipo de 4300 mAh, pensamos inmediatamente que la energía será suficiente para el promedio. Sí y no. Por un lado, es el número más alto que Samsung haya incorporado en un smartphone de gama alta, pues tenemos un A70 de 4500 mAh. Sin embargo, la dosificación de esa energía es importante.
Por esa razón, uno debe considerar que el Note 10 no es el equipo más eficiente para el desgaste energético, pero tampoco deja desvalido al usuario sin batería. En uso promedio, llegaba a casa con 20% de batería con mi habitual rutina de 6:20 de la mañana a 8 de la noche. Pero vamos, una unidad de reseña se exige muchísimo, y es ahí en donde la tranquilidad vuelve.
Lo bueno es que tenemos carga inalámbrica de 15 watts, pero también carga cableada de 45 watts. Lamentablemente el cargador con esta velocidad es un accesorio aparte.
Por otro lado, mantenemos el Power Sharing de 9 watts para cargar los Galaxy Buds o cualquier otro equipo de esas dimensiones sin despegarme del cargador. Y, por otro lado, el cargador que viene en caja tiene dos puntas USB tipo C, por lo que podemos dar y recibir carga de otro smartphone sin necesidad de un adaptador, ya que este equipo cuenta con USB Power Delivery 3.0.
¿Vale la pena?
Aquí viene el punto delicado. No es que no valga la pena, pues es un equipo muy completo. El asunto está en el equipo que tienes ahora y qué tanta distancia existe entre los dos. Si tuviera que comprar un equipo este año, el Note 10 entraría en mi bolo de opciones, y pondría un elemento adicional para convencerme: las capacidades fuera del equipo.
Es un equipo que satisface la gran mayoría de mis demandas, en temas de productividad, entretenimiento, creación de contenido, soluciones implementadas y energía. Incluso, despreocuparme por temas como el almacenamiento y el rendimiento ya genera en mí un nivel de confianza inédito.
Creo que lo válido sería preguntar “¿Por qué no lo compraría?” Y ahí la lista sería más pequeña. Después de mucho tiempo, siento que un smartphone entrega muchísimo más de lo que esperaba de él, pero creo que puedo combatir al mundo con menos costo. El mismo Note 10 tradicional podría ser una solución intermedia, y un lujo en el bolsillo tiene que avalarse con la necesidad de este.
El Note es muy cercano a lo que quiero en un teléfono, pero definitivamente el costo es un ingrediente ineludible. Si tienes el dinero, ve por él. Si vienes de un iPhone, por ejemplo, no lo vas a extrañar, te lo garantizo. Te vas a abrumar igual que yo al comenzar a escribir esta review, cuando armaba en la mente la cadena de oraciones que pudieran establecer mejor mi opinión. No puedo ser objetivo con un equipo que, en credenciales y uso, es lo mejor que he usado.
Tras unos meses, lo que escribí en ese hotel de Nueva York nunca abandonó mi cabeza, y creo que sirve de cierre para un tiempo de prueba que esperé: “Hay una verdad absoluta respecto a la historia del Note. Samsung ha sabido capitalizar al máximo una tendencia que satisface rendimiento, diseño y autonomía con cada producto presentado en esta línea. No hay otro equipo poderoso que integre un lápiz, y no hay un equipo con lápiz que sea más poderoso. Ya espero tenerlo en manos para la prueba”. Ya lo tuve, y no cambio mi opinión por nada.