¿Nos hemos planteado alguna vez si el simple hecho de montarnos en el coche es peligroso? Un nuevo estudio revela que si pasamos más de 20 minutos en el interior del vehículo podríamos estar poniendo en peligro nuestra salud.
Un nuevo estudio ha revelado algo que jamás habríamos pensado que podría ser tan grave. Si lo pensamos fríamente, podría tener lógica, y más cuando expliquemos los detalles del estudio.
Hay días que no pisamos el coche, por el tema del confinamiento y el teletrabajo, pero hay otros días en los que los usamos durante un largo periodo de tiempo que, por supuesto, supera los 20 minutos que comenta el estudio.
El estudio llega directo desde la Universidad de California en Riverside y comenta que pasar más de 20 minutos dentro del coche puede aumentar las probabilidades de sufrir cáncer a lo largo de nuestra vida.
Pero… ¿dónde está exactamente el peligro? Nuestro coche puede estar limpio y ser el más bonito de la provincia, pero el riesgo sigue existiendo. Según el estudio, hay dos elementos específicos que son tóxicos para nosotros y se encuentran dentro del coche con cierta facilidad.
Por un lado tenemos formaldehído y el otro es el benceno. Ambos son productos químicos y aunque nuestro coche esté muy limpio, estos elementos se encuentran en las alfombrillas (se pueden lavar en la lavadora), en el combustible y hasta en la pintura del propio coche.
Estos agentes químicos pueden llegar a provocar cáncer e incluso defectos en el desarrollo. El estudio se basa en California y comentan que el 90% de las personas tienen un 10% más de probabilidades de respirar estas sustancias.
Otro dato curioso es que cada año que pasa aumenta el tiempo que pasamos dentro del coche. El estudio sostiene que en 2018 eran unos 27 minutos de media y ahora ya vamos por 30 minutos (por trayecto).
El estudio aclara que por pasar más de 20 minutos dentro de nuestro coche no aseguran que vayamos a tener cáncer, ya que se trata de una teoría que necesita de más investigación, pero sí dejan caer que ese tiempo es suficiente para tener más probabilidades de respirar formaldehído y benceno y, como consecuencia, aumentar las probabilidades de tener cáncer a lo largo de nuestra vida.
El riesgo acecha allá donde vayamos, pero a veces poco podemos hacer. En este caso podemos cambiar el coche por otro medio de transporte o reducir su uso considerablemente, también hay alimentos que reducen la aparición de cáncer.