Pueden parecer unas mascarillas normales y corrientes como las que usamos a diario, pero cuentan con un as en la manga.
El desarrollo de nuevas mascarillas y sistema de protección sigue en auge. El virus permanecerá con nosotros mucho más tiempo, pero, a cambio, nosotros contaremos con formas más eficaces para contrarrestar su avance.
Una start-up francesa ha desarrollado unas mascarillas cuya eficacia es del 99,9% frente al coronavirus. Por su estilo pueden pasar por unas mascarillas de pato o quirúrgicas normales, pero lo que las hace tan especiales es el filtro que se encarga de descontaminar el aire.
Marc Frouin, director general de BioSerenity, ha explicado en una entrevista para Le Monde que los investigadores habían creado la cobertura facial protectora con múltiples capas capaces de «filtrar y descontaminar», dando a la máscara en general «la capacidad de bloquear y matar el virus».
Al contrario que las mascarillas convencionales que simplemente filtran el aire, estos modelos usan varias capas con distintas funciones: unas cuentan con un bloqueador de gotas en el exterior, seguido de una capa de filtrado y descontaminación, y una capa final de protección interna.
Esta fórmula ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Lille y los organismos nacionales de investigación Inserm y CRNS. Uno de los responsables, el profesor Nicolas Blanchemain de la Universidad de Lille e Inserm, ha asegurado que las mascarillas también «funcionarían contra las variantes de Covid”.
No solo supone una ventaja par ala persona que utilice la mascarilla, sino para el resto puesto que el riesgo de contagio cuando desechamos la mascarilla a la basura o la dejamos sobre alguna superficie es menor. Si nos tocamos la cara y rozamos la mascarilla con la mano, el riesgo de contagio es menor.
Actualmente, cuentan con la producción de dos modelos de mascarillas, una con certificación FFP2 y una segunda versión quirúrgica que esperan su certificación para el 22 de febrero. Tendrán un coste de 1,49 euros para la versión FFP2 y 0,44 euros para la versión quirúrgica. Una vez conseguida la aprobación de la Unión Europea podrían salir de la frontera francesa y llegar a las tiendas españolas.